martes, diciembre 21, 2010

 

Cuando estás gordo tienes mucha mierda en la cabeza. MUCHA. Más de la que piensas. Lo sé.

Una de las frases que he oído con cierta frecuencia últimamente es: “Es más fácil ser delgado que estar gordo”. Sí, claro, mis cojones 33 –pensé la primera vez que lo oí. ¿Por qué? Porque nos sobreadaptamos. Somos bichos preparados para la supervivencia a toda costa.

Sublimamos, obviamos, escondemos, engañamos a propios y extraños. Nos engañamos de un modo alucinante. Y esto requiere energía. Una energía que gastamos en eso en lugar de enfocarla a controlar nuestra vida. Viva las excusas.

Si el culo no nos cabe en el asiento, es porque es demasiado estrecho, que los hacen aposta para ganar espacio y dinero. Y nos encogemos, cruzamos los brazos por delante. Si la silla cruje es porque es de mala calidad. En el fondo, sentimos esa vergüenza insoportable que asfixiamos de cualquier forma rezando para que los demás no lo vean, oigan, piensen.

Si no hay ropa en ninguna tienda es porque está toda hecha para anoréxicos, no me jodas. Bueno, si vas a una tienda donde no pasan de la 36, a lo mejor. Pero si lo que buscas es una 54, a lo mejor no es una talla tan común… Buscas ropa de tu talla y resulta que vale un potosí y tampoco te queda tan bien: si se ajusta porque eres el muñeco de Michelín; si cae porque pareces una mesa camilla. Te acabas gastando una pasta en lo que te cabe, no en lo que te gusta.

Por supuesto, dejas de entrar a casi todas las tiendas de ropa informal y asequible. Son todos un nido pro-niñatas anoréxicas. Tienes que ir más lejos y gastar más.

Si los demás paran y tú sigues con hambre es porque son unos tiquismiquis que no saben disfrutar de las cosas y se autocastigan. El problema ¡por favor! lo tienen ellos. Sales de los restaurantes embotado, rodando.

Si no te cabe el anillo, lo agrandas, copón, será por joyerías.

Si en las fotos no sales tú, sino una masa informe que parece habérsete comido: 1. eres poco fotogénico, 2. el fotógrafo tiene mala leche y te ha cogido en cualquier ángulo 3. a quién narices le gustan las fotos, no te haces y punto.

Podría seguir hasta hacer otro blog como este. Pero creo que ya puede entenderse la idea.

De cosas así me he ido dando cuenta conforme he ido perdiendo peso. Antes, de haberlo leído, me habría cabreado como una mona. La limpieza de la mierda que tenía y tengo acumulada está siendo importante. Y descubro una nueva lucidez que es sólo parte del tratamiento. Porque lo importante no es perder el peso, lo importante es descubrir la medida de cada uno y no volver a perder el control de una forma tan abrumadora.

Hasta qué punto un gordo renuncia a su vida.

lunes, diciembre 20, 2010

 

Voy a echar de menos algunas cosas, pero de ningún modo hacen que desee mirar hacia atrás. La lección de la esposa de Lot la tengo bien aprendida.

Quizás un nuevo cambio sea una nueva huida. Y me pregunto si vuelvo a escapar buscando un nuevo comienzo, un borrón y cuenta nueva.

Pero esta vez no. Me voy yo, con mis nombres, mis alter ego, mi vida, mi cuerpo, mi cabeza.

Cuando el jevi me ha dicho que le da cierta pena dejar la casa donde tanto ha vivido (bueno y malo) yo le he mirado sorprendida. Los buenos recuerdos son los que compartimos y bueno, esto son sólo cuatro paredes. La familia, la vida, la ciudad va con nosotros (sí, otra vez Kavafis).

La casa (esta que acabamos de vender) tiene una distribución estupenda, tiene luz. El barrio está plagado de comercios. Tengo un Corte Inglés a cinco minutos y cualquier tienda que podáis nombrar de ropa o complementos. Debe de ser el punto mejor comunicado de la ciudad en cuanto a transporte. Tenemos 4 o 5 colegios en un radio muy pequeño.

Mis vecinos son gente tranquila y amable. Mi vecina de enfrente, la que tiene síndrome de Diógenes (estoy segura) a sus cuarenta y poco y es alérgica a la escoba y al trapo, es un cielo. Y lo digo en serio. Su gata es nuestra gata, Minibere los visita a diario y compartimos platos y tartas cuando nos salen ricos.

Mis muy mucho mejores amigos viven a 10 minutos andando. Sobre todo ella, que dice que le gusta tenernos a mano, pero que no me canso de decirle que es recíproco.

Pero no.

Yo me alejo de la inmigración ruidosa. De los colegios públicos con mala fama. Del concertado (privado en infantil)  donde la educación religiosa es obligatoria sí o sí. De la calle estrecha donde los borrachos pasan gritando y no puedes abrir las ventanas en verano, de las voces de los que juegan al fútbol en la calle a las 2 de la madrugada, el puto reguetón de los cojones, la tele de los de enfrente, que parece que en ese maldito bloque no se duerme en verano nadie antes de las 4 de la mañana o sus voces a mil decibelios (que no hablan, gritan) mientras se visten para salir. De la esquina donde en cuanto hace un poco de calor se reúnen una media de 17 a jugar a las cartas, contarse sus cosas (oh, sorpresa, a gritos) y zanganear con sus críos (que juegan, para variar, a gritos) hasta las mil de la noche.

Me alejo de los comercios petados, me alejo del tráfico, de tener que pagar una plaza de garaje y de no poder aparcar nunca en mi calle. De tener que andar un cuarto de hora para llegar a un parque infantil que siempre está hasta la bandera. De tener tan solo una piscina cerca (a 20 minutos en bus ¿¿lo es??) que está tan llena que ni se ve el agua.

Del calor pegajoso en el asfalto, de la cuesta que tengo que subir a pleno sol, de que no se vea el cielo. De un piso que se nos ha quedado pequeño, de tener los libros en el altillo, de no poder poner aire acondicionado, de no tener terraza, de tener un solo baño sin ventana. De no tener un trastero donde poner los juguetes, la bañera o el carrito de Minibere (y tenerlo a la vista o en casa de mis padres a 500 y pico kilómetros). De no tener un simple hueco para poner un acuario.

¿Darme pena a mí marcharme?

Pos mirusté…

sábado, diciembre 18, 2010

 

Hoy he estado en un cumple infantil y he vuelto a dar gracias a Dior por no haber ejercido nunca como maestra. Titulación oficial y todo.

No entiendo a las pijomadres, es que no me entra en la cabeza. Más de 40 niños, la mayoría de unos 4 años y dos animadoras haciendo ciencia para peques (genial, las chicas). Llego a la fiesta y… no veo a los adultos. Los padres de la del cumple, tres parejas que eran familia suya y ni un padre de los del cole a la vista. Los pocos adultos en otra habitación, por cierto.

El ruido era ENSORDECEDOR. Gritos, empujones, saltos, carreras. Uno llorando, otra subiendo por donde no debía. Unos intentando ponerse coca cola sin poder abrir la botella, otros buscando a su madre. Varios divirtiéndose hinchando globos con un inflador para explotarlos a mi lado (putos críos). La mayoría entretenidos con el espectáculo pero COPÓN ¡¡que tienen 4 años!!

Pues nada, han llegado las pijomadres, han soltados a sus churumbeles, y se han ido al VIPS. Con dos cojones y un palito. De qué y de cuándo puedo hacer responsables a dos animadoras y a unos padres de más de 40 bichos rabiosos.

Ni tarta, ni cumpleaños feliz ni nada. Minibere, pobre mía, buscando a la del cumple para que le enseñara su cuarto (cuarto que no tenía porque esa no era su casa sino un piso vacío); preguntándome que cuándo cantábamos; llorando porque la empujaban y la tiraban al suelo (es lo que tiene tanto niño en un salón y una minibere más bajita que todos).

Ha habido un rato en el que casi me echo a llorar yo porque aquello no había dios que lo soportara. Cuando una compañera de clase de minibere me ha dicho: mamá de minibere, cuándo viene mi mamá? Me quiero ir a casa, estoy muy cansada.. He codigo a Minibere y me he pirado.

En fin, que iba a escribir un post más o menos divertido pero no me sale: estoy cabreada y, sobre todo, me han dado mucha pena los niños que no encontraban a sus padres. Que digo yo que si te molestan los niños, usa condón, hazte la vasectomía, una ligadura o machácatela con dos piedras. No tengas tres seguidos para que te los cuide “la chica” y luego “descanses” de ellos a la más mínima.

En cuanto al nivel de desquiciamiento al que he llegado con los gritos, lo que tengo que compartir es la conclusión a la que he llegado: el infierno, que lo sepáis, no es una cueva de roca y fuego donde asan despacito a los malos. El infierno es una fiesta infantil sin adultos. Lo que yo os diga.

martes, noviembre 30, 2010

 

Que lo normal es cantar, lo sé, pero yo bailo. Bueno, bailar lo que se dice bailar… Pero empezaré por el principio y no por en medio, como hago tantas veces.

Ya no sé si no me gusta bailar porque me da vergüenza (mortal) o si, verdaderamente, es que no me gusta y punto. No bailo. Y no será porque no lo haya hecho antes.

Un día de ocio y mimos suele incluir una ducha con música alta, y ésta suele ser la incluida en mi lista UPS del iPod. Se llama así como se podría llamar “patatas al gratén” pero UPS me pareció más adecuado porque son canciones que me animan y que suelo utilizar cuando tengo que caminar largas distancias (entre media y una hora, vaya, que tampoco me voy a poner medallas a estas alturas).

Y al igual que los días negros me dejo azotar por el agua haciendo que caiga a plomo y ardiendo sobre la nuca y dejando resbalar todo lo malo por la piel, los días blancos bailo.

La dimensiones de la bañera no me dan ni para un triste moonwalk, así es que lo que hago más bien es mover las caderas hacia los lados, y poco, que no es plan de matarse. Pero me gusta y me hace sentir bien.

¿Cantar? Eso lo dejo para el coche, gracias. También sin grandes aspavientos, que lo mío es más de gato atropellado que de Christina Aguilera.

Os dejo mi lista de UPS, mezcla de todo y sin más criterio que el de que es música que me pone en marcha, me alegra y me hace feliz. Desgraciadamente, faltan algunas que no están en Spotify. Por ejemplo: Old Time Rock'n'Roll de Bob Seger, Back in Black de AC/DC, Chase the Sun de Planet Funk o Twist and Shout cantada por The Beatles.

LISTA DE UPS DE BERENI-C (AKA MAYMIU)

domingo, noviembre 21, 2010

 

Snif… snif… que mi Remedios es famosa.

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(Otra cosa es que ella no salió del alma, pero eso son minucias.)

viernes, noviembre 19, 2010

 

Con la maestría imposible del señor Miyagi, revuelve en mi garganta con unos palillos chinos y ¡zas! encuentra cosas pequeñitas, brillantes, oscuras e insólitas para mí.

¿Por qué te sientes sola? –me pregunta. Y yo no lo sé, pero no es algo nuevo ni cambiante. Pero insiste. ¿Por qué te sientes sola?

Si esto es lectura fría, debe de ser muy buena, porque al rato aparece la respuesta. Y esta vez es una pelusa de lana negra, hecha un nudo. Vamos aflojando y estirando a cuatro manos hasta extender el grueso hilo.

Y sé que tiene razón, que hay gente que se va pero que, la mayoría de las veces, soy yo quien se retira.

Porque me he dejado guiar por primeras impresiones que luego han llevado al desengaño; porque hay determinadas personas que me hacen gastar una energía que prefiero reservar para otras cosas; porque me agobio; porque no me gusta mezclarme en determinadas actitudes; porque no pertenezco a nadie.

Cambio de perspectiva: no es lo mismo que te abandonen que marcharte tú.

Saberlo ahora explica muchas cosas y justifica muchas otras.

La leche.

jueves, noviembre 18, 2010

 

En la búsqueda obsesiva de la aprobación de los demás y su amor (te da igual si pena, paternalismo…), si te enganchas en la compulsión de la búsqueda has dejado de buscar realmente, porque lo que te importa es el camino, el impulso, la ansiedad. Y nada la calma. Nunca será suficiente.

Si estás de acuerdo con todo el mundo ¿quién creerá en tu palabra? ¿cuándo tendrás tú razón? No tendrás razón ni criterio, nadie querrá conocerlos porque no serán válidos más allá de unas horas.

Si le prometes amor sincero a todos ¿quién se sentirá realmente amado por ti? ¿quién te corresponderá si llega a la conclusión de que tu amor va y viene como el viento? No estarás amando.

Si lo regalas todo y a todos de forma indiscriminada ¿qué te quedará? ¿quién le dará valor a tus presentes si no significan nada ni siquiera para ti? No serás apreciado por ello.

Si amoldas a golpes tu carácter al del entorno ¿quién eres? ¿cómo va a quererte alguien que no sabe quién o qué eres? No tendrás identidad.

Si no te haces oír porque lo que dicen los demás siempre es más importante y cambias de opinión según lo que toca ¿quién va a escucharte? Estarás mudo, además de sordo y ciego para tu voz.

Si tú no significas nada para ti, no significarás nada para los demás.

No serás nada.

¿Cómo va a quererte nadie si tú no quieres a nadie, si te quieres de forma equivocada, egoísta y victimista? Eso es no querer o malquerer.

Y así, ad infinitum.

lunes, noviembre 15, 2010

 

Hay días redondos, ligeros y brillantes como una canica. Duros, fríos y perfectos, con ese chirrido del cristal al chocar.

Hay días pelusa que se van arrastrando sin querer, que remontan el vuelo ante cualquier puerta que se abre o cierra. Que nacen de debajo de los radiadores y se esconden bajo la cama.

Hay días cuadrados, que no encajan, que no se dejan descuadrar. Uno dos uno dos. Mirada al frente, días extraños, días de papel.

Hay días estrella con aristas que arañan y hacen daño. Quemando las retinas pero tan bellos. Días de hornear galletas a su calor.

Hay días mojados en los que todo resbala, como lágrimas de cronopio en la lluvia. Días con forma de gota que deforman las imágenes hasta la risa.

Hay días hermosos.

martes, noviembre 02, 2010

 

Hay noches en las que no quiero dormirme y lucho contra el sueño a brazo partido. Las causas pueden ser diferentes pero el fondo el mismo: ese rato sola conmigo en el que las ideas vuelven y se manifiestan.

Darme cuenta de que estoy sola y dejar que me acosen los remordimientos o sentir que me invaden los nervios, la rabia, el hambre, el dolor, la ansiedad.

Otras veces es que, simplemente, no quiero que llegue mañana. Es evidente que no podré evitarlo, pero al menos podré dilatar el tiempo y no comérmelo de un bocado a golpe de unas horas de inconsciencia.

Al final no es una noche en blanco, ni tampoco es negra: acaba convirtiéndose en un arrastrarme por el cansancio y el picor de ojos. Una mezcla nada homogénea entre el gris y los rayajos mezclados como pinceladas al azar.

Esta es una noche gris.

Y a lo mejor debería ser valiente y enfrentarla hasta que se vuelva negra.

O también puedo ponerme la radio, claro.

lunes, noviembre 01, 2010

 

Soy un desastre, puro y duro. Me refiero a desordenada. Voy dejando las cosas en cualquier sitio y, lo que es peor, como tengo memoria de pez, luego no consigo recordar dónde. A veces se me cae algo y digo luego lo cojo. O guardo algo en un sitio que no es el suyo y digo luego lo saco. Y ni lo cojo ni lo saco ni recuerdo el lugar en el que estaba. Un caos.

Vivir conmigo misma es desesperante. Que se lo pregunten al jevi.

Pero ahora necesito orden.

De un puñetazo en la mesa se me cayó el castillo de naipes de la cabeza. Llevo un tiempo intentando recuperar el equilibrio, esa tranquilidad emocional que he conocido recientemente y que perdí. Necesito recolocar, encontrar el sitio de cada cosa.

Y me paso el día ordenando. De forma casi compulsiva. Al menos, lo es para mí, que siempre he sido todo lo contrario. Y eso me aporta paz. Quién iba a decirlo.

Este nuevo yo es una maravilla, qué pena que no me vaya a durar…

sábado, octubre 30, 2010

 

Yo no sufro en silencio, para qué negarlo. Hablando en plata: tengo una hemorroide que me está amargando la vida y a la que le estoy cogiendo hasta cariño (mentira, pero bueno, el que no se consuela es porque no quiere). Tanto tiempo me lleva acompañando y tanta relevancia ha tenido la puñetera que hasta le he puesto nombre: Remedios.

Apareció un día y ahí se ha quedado. Y tan rebelde es que al segundo día ya estaba yo en urgencias, alardeando de ella. El diagnóstico del médico (al que, al parecer, debían de descontarle del sueldo cada palabra de más que dijera) fue claro: PUES SÍ QUE LA TIENES MAL, SÍ.

(No, hombre, qué la voy a tener mal, si yo vengo a urgencias por deporte, no te jode, y para enseñar el culo, que también tiene derecho a ver mundo).

Ahora viene la enfermera, y va y se pira.

Y la enfermera, otra que tal baila, viene con una inyección de Voltarén y una gasa húmeda con algo que parecen cristalitos para que empape bien a Remedios. Es azúcar, me dice. ¿Pero azúcar, azúcar?, le digo. Azúcar, azúcar, me contesta. Y a punto de arrancarme por Celia Cruz, abro la boca para hablar pero se pira y nos deja, a Remedios, a mí y al trapito con el azúcar-azúcar, solos.

Después de tres meses a dieta estricta sin que un sólo grano de azúcar me haya rozado los labios, el cuerpo se me ha rebelado, maldito traidor. En aquel box de urgencias, Remedios extendió sus bracitos y debió de pensar ¡ESTO ES JAUJA, YIPI JEI! porque desde entonces ahí está, con la cabecita esperanzada y los apéndices fuera, esperando a ver si le doy más alpiste.

Total, que ya no sé si ponerme Hemoal o meterme un donut por el culo.

En fin. Seguiremos informando (Remedios y yo) desde la retaguardia.

martes, octubre 26, 2010

 

Querida R.

Qué encuentro tan inesperado. Sobreponerme a él ha sido más fácil de lo que podría pensar. También he notado que me ponía un poco blanda: nada que la determinación no pueda inhibir. He sacado la careta de aquí no pasa nada, la de la sonrisa falsa y la verborrea. Magnifica careta, por cierto.

Pero que conste que no te he sonreído: eso era enseñar los dientes.

Que te vaya bien.

B.

domingo, octubre 24, 2010

 

El viernes por la mañana algo hizo click en mi cabeza y me reconcilié con el mundo. No es que plop desaparecieran mis preocupaciones, es que se me levantó el velo negro. Cosas de la mente que no acabo de entender. Fueron los Bee Gees, que saltaron inesperadamente de un cd sin rotular, con sus voces agudísimas y el culillo prieto meneándose al compás. Deberías estar bailando, decían, .

¿Y por qué no? Se desdibujó la Castellana y sin cerrar los ojos pude ver la pista, las luces, la bola de espejos. Y sentirme Tony Manero, ese chulo de poca monta que en ese justo momento es el REY, así con mayúsculas, de la discoteca. Controlando tiempo y espacio. Dominando el Universo. Esa mierda de universo pequeñito que en su cabeza es como un triunfo.

 

 

Vamos, que me faltó soltar el volante y poner posturita de “Soy una tetera”. Una pena que el techo no me diera para hacerlo y las inexistentes ganas de piñarme y provocar un accidente múltiple, tampoco. Llegué al algodonal y seguí con la canción para pasar después a esta otra que tengo asociada a la anterior. Quizás porque el prota de la peli también es Travolta o porque, en aquellos lejanos 70 (78, concretamente) sonaban a la par las bandas sonoras de Fiebre del Sábado Noche y Grease en toooooodas partes.

 

El caso es que me gustan a rabiar.

Total, que me pasé la mañana picando pedidos a ritmo setentero.

De donde he sacado dos ideas:

1. John Travolta como chulo discotequero no tiene precio y tiene su aquél (30 años después, lo veo). ¿Por qué a la mayoría de las mujeres nos tiran los chulos despreciables?

2. Tengo que volver a ver ambas películas.

miércoles, octubre 20, 2010

 

Querida B.

No se lo cuentes a nadie, pero se jodió el Zen. He mirado en los cajones, en los armarios, en la cocina: no hay repuesto. NO-PUE-DE-SER. Pues sí. La hemos fastidiado y de qué forma.

Como en el cuartito del corazón no se ve un carajo, ni te cuento la de cardenales. Que si un golpe en la espinilla, que si un picaporte en la espalda.

O encontramos la puta ventana o esto va muy mal. Buscar a tientas sus contornos va dejando los dedos que ni te cuento.

¿Podrías darte una vuelta por los chinos cuando vuelvas a casa? Tráete un Zen así redondo, de casco grueso. Sí, el que había era algo tosco pero, joder, alumbraba, alumbraba. Hasta daba para bordar soles y vaquitas de esas que se ven en los anuncios.

Es algo urgente, pero comprendo que, por ahora, tardarás en volver. Te espero aquí sentada, en la oscuridad, canturreando y contando ovejas.

UNA.

martes, octubre 19, 2010

 

Querida R.

Tengo que agradecerte que tu actitud haya sido como una hostia con la mano abierta. Es una forma de hablar, en realidad lo que quiero es decirte que te jodan.

Estoy TAN enfadada por confiar en ti y darte el poder de  que me duela tanto tanto tanto. Estoy TAN enfadada conmigo.

Espero no verte más.

Ah, y que te jodan.

Atentamente,

B.

lunes, octubre 18, 2010

 

Estoy buscando un perfume. Porque me gusta tener uno sólo y no usar otro durante un tiempo. Lo malo es que mi pasión por él no va más allá del año. Y ahí se quedan siempre los últimos botes que me regalaron o me compré. De pronto su olor me cansa, me aburre y luego me acaba agobiando y asfixiando. Alguno, como el caso de Tous (las dos que tenía hace unos años, no sé si ahora ha sacado otras versiones) ahora se me hace IN-SO-POR-TA-BLE.

En la estantería del baño cogen polvo:

Y la propuesta chorra del día es: ¿podríais recomendarme un perfume? ¿por qué ese precisamente? ¿cómo lo describiríais?

Anotaciones: nada de color azul (todas me huelen igual, como a colonia de hombre pero de las que no me gustan) y nombre marino. Nada con la palabra “limón” ni “fresco”, ni de color verde: no soporto los aromas cítricos. Tampoco me gustan los olores a comida (no me gusta que la gente huela a flan, a chocolate o a fresa). Y, por dios, que nadie me recomiende esa porquería de caja naranja que olía a pachulí y que en los ochenta y noventa se hizo famosa por llevar feromonas (ésta).

Gracias mil.

domingo, octubre 17, 2010

 

Manda narices que me encuentre una antigua compañera de cole en Facebook y me mande besos. La jodíaporculo, con la de putadas que me hizo. La vaca-burra celosa que me humillaba siempre que podía y nos ganaba a todos por tamaño, peso y poca vergüenza. Que qué alegría verme, mari, que qué es de mi vida, que besos. Primera impresión: PEROQUÉMESTÁSCONTANDO. Segunda: hay que ver, la vida (y otros tópicos). Y sonreír. Incluso le he explicado por mail cómo cambiarse el nombre, que su hijo le había hecho la jugarreta de cambiárselo por uno falso.

Día de reencuentros.

Mi vecino, ese con el que intercambiaba cromos de Mazinger y que una vez me los ganó todos (menudo disgustazo), que se pasaba el día chinchándome porque, para tocanarices, él. Que era el más listo, el más todo. Ese gesto suyo nervioso de morderse los pellejitos de los dedos, moreno de piel, renegrío, como decía mi madre. Ese con el que pasé la varicela jugando a que su Madelman se iba a la guerra en el Jeep mientras mi Barbie hacía la comida. De nombre compuesto que sería una buena combinación para que un futuro hijo mío llevase el nombre de mi padre y el del jevi, si no fuera porque no podría quitarme de la cabeza la mezcla de fascinación (que para eso era muy listo y era mayor) y rabia (pedante y tocapelotas hasta la náusea) que sentía por él.  Bueno, pues a ese también lo he encontrado en Facebook. Y de ahí a su página de fotos, que es fotógrafo. Y en su página, una sección llamada “Gente”. Cómo cambian los años a las personas, qué sensación tan rara verlo a los cuarenta y tantos, con toda la cara de su madre y los gestos de su padre. Con esos kilos extraños para aquel niño encanijao, todo piel y huesos. Fotos de la abuela paterna (emoción, que yo la quería mucho), sus hijos (ain qué monos) y una instantánea suya desnudo, mirándose al espejo, con un cinturón de pinchos, con el nardo al pairo y no en posición de reposo, precisamente.

Grima.

Trauma.

Creo que voy a cerrarme la cuenta.

sábado, octubre 16, 2010

Llevo unos días con una frase en la cabeza que sé que es de una canción. Y la he encontrado gracias a Google, cómo no. It’s been a while since… Y ya no recordaba más.

¿Cómo se traduciría eso? ¿Hace algún tiempo que…?

Hace algún tiempo que voy cambiando de nombre y de piel. Intentando esconder lo que se me escapa por cada poro. Sin éxito. En realidad hace MUCHO tiempo.

Miro hacia atrás y ni ese cambio ni el de ciudades ha procurado un alivio más allá de los meses.

Hace algún tiempo que vuelvo la cabeza y ya no sé quién soy.

Porque sigo siendo el mismo fracaso.

Y recuerdo el post de una amiga sobre los recuerdos. Y quiero borrarlos, quiero esa pastilla. Porque no aprendo de lo vivido, más bien guardo el rencor inservible que me ancla y me lastra.

Cada nuevo momento de redescubrir el pasado es un shock, un mal sabor de boca, un replanteamiento del presente. Un asco, vaya.

jueves, octubre 14, 2010

 

Se acabó el verano y ya no tengo dónde esconderme. Ha llegado un otoño lento y marrón que lo está llenando todo de hojas, y por tanto, ha dejado sin espacio apenas el salón blanco y helado.

Ahora hay demasiado ruido, demasiado polvo. Nos apelotonamos como frutos caídos. Mi voz se pierde, acolchada.

Ya no brilla en mitad del espacio, como este verano.

He perdido a los otros, estamos demasiado lejos.

Habrá que aprender a vivir hasta el invierno y luego, marcharse.

Llorar por la leche derramada no sirve de nada.

miércoles, octubre 13, 2010

 

I

Tengo frío. Tengo frío cuando me levanto, cuando me acuesto, cuando camino o estoy quieta. Me abrigo y no se va.

Me nace de alguna parte que no veo pero que sé que es como una araña de patas imposiblemente largas y que en cualquier momento podría cerrarse como un puño sobre mi corazón. O sobre un codo, quién te dice. Pero está escondida dentro.

Un agua fría recorre los laberintos y ralentiza el pensamiento. Estoy enfadada. Con el mundo y sus demonios o, al menos, con los que llevo en los bolsillos.

Estoy cansada. Estoy cansada cuando me levanto, cuando me acuesto, cuando camino o estoy quieta. Duermo y no se va.

***

II

Esta noche he vuelto a soñar contigo. Pero esta vez ya no me quedaban lágrimas. Hacía el gesto, pero nada. Te he gritado a la cara todo lo que me debes (estúpida de mí). Todo lo que me ha estado faltando y lo que no me has dejado darte. Y tú mirabas a otro lado, tan lejos en ese mundo en el que no me quieres más y que yo imagino lleno de vidas distintas a las que llevábamos en paralelo. Después de esto ya no me debes nada, supongo. Sorpresa. Y cada sueño duele menos. Y eso debe de ser bueno, supongo.

***

III

A raíz de este estado de cabreo simiesco e irritabilidad insoportable que me aplana y deja hundida, Callate la boca y seguí remando, me han dicho hoy.

Parecés un niño enfadado, me ha dicho otra persona. Me he mirado desde arriba y lo he visto. PAUSA. Estallido. Y ahí hemos reído y llorado al mismo tiempo. Bueno, esto último yo. Cosas de soltar nudos de forma inesperada.

Y después de reconocer que quería patear al mundo, he descubierto, así como por casualidad, que ya no me hace falta.

***

Es un poco más fácil: abrigarme, tomar hierro, dejar ir. No volver a acercarme a los pozos. Al menos, por ahora.

sábado, octubre 09, 2010

 

Seis meses ha currado Perlita. Demasiados, según TODOS. No sabemos por qué motivo.

Si lo que conté en su momento sonaba sorprendente, no lo ha sido menos su labor en la empresa y sus costumbres. Ha llegado tarde, entre media hora y hora y media, todos y cada uno de los días. Por supuesto, se ha marchado a su hora en punto o antes. Ha escondido trabajo para no hacerlo y, al encontrarlo los compañeros, ha negado tenerlo o saber que era su responsabilidad. Ha dejado de hacer cosas que se le han recordado cada día y, al pedirle explicaciones, ha negado que nadie se lo hubiera dicho. Al pillarla en un renuncio, ha apelado a su jefe (de vacaciones) y ha tenido que salir la jefa jefaza a cantarle las cuarenta por querer marcharse dos horas antes de la hora de salida porque “no sabía” que un viernes de cada mes hay que echarlas para compensar el horario que luego ha tenido en verano (siete meses llevaba en la empresa, ejem). Ha armado tal desbarajuste y ha fastidiado tanto a sus colegas de pool que aquello es un caos de atascos que ni echando horas todos se está consiguiendo despejar después de una semana de su marcha. Y sigue saliendo mierda. Mierda que ya todos sabían y alertaban de que se estaba generando.

Se le han dado toques por activa y por pasiva, se le ha avisado. Se le ha explicado con pelos y señales por qué debía hacer determinadas cosas. Su jefe (UN SANTO) la ha defendido hasta que ha visto derrumbarse al departamento porque “a algunas personas les cuesta más aprender y hay que darle a todos una oportunidad”. Ha recibido más formación que toda la empresa junta.

Y aún viene una amiga suya a pedir explicaciones por el injustificadísimo despido que ha sufrido.

En fin.

viernes, octubre 08, 2010

 

Le prometo a Minibere, noche sí, noche también, que me acostaré un ratito a su lado. Y el jevi me avisa para que me despierte y vuelva a la cama. Y yo me hago la remolona.

Porque no hay sitio donde sea tan feliz como pegadita a ella, conteniéndola en mí misma, con la cabeza apoyada en mi antebrazo, los pies pegaditos a mis muslos y el culete a mi vientre. Con la nariz hundida en su pelo, oliendo sus tres años tiernos y soñando la música de su respiración.

Hija, te quiero tó, le susurro.

Buenas noches, me voy con ella.

jueves, octubre 07, 2010

 

R. me ha preguntado si le cuento a alguien todo lo malo. Y siempre queda algo. Que si lo escribo, me pregunta. Me quedo pensando: no.

Y caigo en la cuenta de que se me ha quedado estrecho el nombre del blog, porque ya no estoy desatada. O bueno, en cierto modo sí, pero porque me salí del corsé de la depresión y represión que representó el primero.

Tengo amigos que me leen. Sólo una persona de las que me leen me conoce de antes de abrir el blog (no ya este, sino el primero). Los demás, me han conocido después de leerme.

Y claro, te vas callando cosas que no puedes decir. No porque tenga que ver con ellos sino porque no, porque con qué cara luego, porque la vergüenza, porque esto es estúpido, porque.

De todos modos, tengo la sorprendente y útil capacidad de abstraerme hasta olvidarlo en ocasiones. Y luego releo lo publicado o me sacan el tema y me muero mucho.

Y así voy escribiendo. :-)

domingo, octubre 03, 2010

 

¿Por qué ir a clases de ejercicio físico (me da igual si es gimnasia, column gym, aerobic o tocamiento de genitales en común… bueno… igual esto último no) con el pelo suelto cuando tienes una melena por debajo del hombro, monísima de la muerte?

Mi no entender. Y ya está.

A lo mejor soy demasiado descuidada al vestir, demasiado perra y comodona… en todo caso lo que no soy es estúpidamente presumida. Y ya está, las cosas por su nombre. Por supuesto que me gusta que se me vea mona ¿a quién no? Pero soy más práctica que otra cosa. Y si voy a sudar o a tirarme por el suelo, no voy a ir dando melenazos por muy bueno que esté el monitor/profe/instructor. Ni maquillada como una puerta, ni con la camiseta tan ajustada que parezca que me he enfundado un condón y no pueda moverme libremente.

Lo gracioso es que, precisamente, las que son guapas de verdad, no hacen tanto el tonto (al menos, allí donde voy yo).

Y luego están las que pasan de todo y van a lo suyo, del montón. Con coleta o el pelo corto, ropa cómoda y zapatillas de toda la vida (no ultrafashion señorita lelly kelly): es decir,  gente de mi especie. Menos mal que hay más así, que ya pensaría una que el personal se ha vuelto loco.

En fin, que no lo entiendo (¿lo había dicho ya?)

sábado, octubre 02, 2010

 

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Algunos años ya por aquí conociendo y desconociendo a gente, muy de vuelta, sin grandes emociones porque ya he vivido muchas cosas buenas y malas. Desencantada pero con ese cariño de matrimonio mayor, necesario pero insustancial, así es esto para mí. Me han odiado, amado, perseguido, adorado, mentido, cuidado, difamado, agobiado, querido, puteado, pero nunca me habían dado un premio en la blogosfera. (La blogosfera, como si fuese un mundo que se ha puesto de acuerdo para darme el Nobel). No, nada de eso. No engancho, no soy especialmente divertida, ni tengo una prosa poética buena, ni sigo una línea lógica, ni… ni… Pero es un premio que me pasa Gordi. Y por eso me importa.

Que durante unos segundos llegas a pensar que hay otra Bereni-C por ahí o que la pobre Gordi se ha confundido y me atribuye adjetivos que de ninguna manera. Vamos, que no. Es lo que tiene haberse considerado un fracaso toda la vida o ser gilipollas.

Pero me ha gustado, me hace sonreír. Vamos, que estoy encantada.

Gracias, flor :-D

Por cierto, que mi blog es NA-RAN-JA. Y tiene una razón para serlo. :-)

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Y ahora, supuestamente, debería hacer esto:

  • Guardar la imagen y postearla en tu blog.
  • Pasa este premio a 12 bloggers (...creo que no llegan a 4 los que leo habitualmente)
  • Pon un link a los nominados (pff bueeno, vaaale)
  • Haz saber a los nominados que han recibido este premio comentando en sus blogs (dios, QUÉ PEREZÓN)
  • Comparte tu aprecio y pon un link al blog de la persona de la que recibiste este premio (Gordi, te ailoviu, ya lo sabes)

Y en cuanto al segundo punto… que quién soy yo para dar premios. Ya ya, sonará fatal, y eso. Que más que “conceder un premio” se trata de decir “me gusta tu blog, me gusta lo que escribes”. Ah, bueno, si es así… :-)

Claro, que no me veo yo regalando una foto con una florecilla a un bloguero que publica artículos sobre escepticismo y denuncia de timos macgufos (o como se escriba). Y tantos blogs que adoro pero en los que ya sus dueños no escriben… Ni van a seguir el “meme” este raro ni van a leer esto. Qué hacer… qué hacer…

He hecho ya tantas veces lo de dedicar cosas y poner enlaces que, lo siento, es una repetición de lo mismo y ya no tiene sentido. Así es que una lista de nombres mezclando blogs con nicks y ya. Deyector (alias, el jevi), La mujer tirita, Lorzagirl, Wardog, Ynosek, Por sus mechas que lo hizo, Fle, coco, La bruja naranja, La mujer biónica, Gacela. A los que ya no publicáis ¡os echo mucho de menos! A los que sí: abrir un post vuestro nuevo es siempre un placer por lo que me gusta leerlos. A los que ya he citado en otras ocasiones, querido y dicho todo lo bueno que siento hacia ellos: dicho está. Y seguro que se me olvida alguien, esto de ser el alter ego de Dori es una puta mierda, lo que yo os diga.

martes, septiembre 28, 2010

 

Querido J.

Cómo contarte. Que todo se fue al carajo. No era normal una racha tan buena. A. sigue en su línea zen, pero la mía se ha enredado como una hebra de lana demasiado larga.

Ayer hubiera querido que me vieses, porque era la que que te conté una vez y no la que se sentaba en el sillón aferrada al menudo cojín japonés y blanco. Tal como me describí.

J., no me reconozco. Tengo huecos en las manos que había perdido y los ojos se me agrandan por momentos.

Tengo que verte un día: quiero que me veas y darte el abrazo que nunca te di.

Besos (muchos, de abuela),

B.

sábado, septiembre 25, 2010

 

Querida R.

Hola de nuevo. Antes de ayer pasó algo muy desagradable y, en consecuencia, sueño que El Corte Inglés ha organizado una fiesta en la que se les va la mano con el humo y dos dragones negros nos acorralan mientras una horda de clientes corremos presa del pánico entre ambos bicharracos. Fondo blanco, dragones negros y todos vestidos de negro.

¿Crees que pueda ser una señal de que debería aprender a jugar a las damas?

Gracias por tu esperado consejo.

Sin otro particular, te saluda atentamente:

B.

miércoles, septiembre 22, 2010

Querida R.

Estoy enfadada. Mucho. Y algo asustada. Porque no sé por qué lo estoy ni con quién o qué. Hacía tiempo que no se me desordenaba tanto el cuarto de juegos de la cabeza. Y ahora apenas encajan las piezas, de dos en dos, en distintas partes.

El miedo es porque no sé de dónde viene el enfado ni hacia dónde va. Haberme dado cuenta que estaba ahí desde hace días no es que mejore mucho la situación.

De pronto me he visto con los brazos cruzados sobre la cabeza, sobre la cara, en actitud de defensa pero con los puños cerrados para golpear o las manos abiertas para empujar. Y si los bajo… ay si los bajo.

Querida R.: duele tanto que no puedo bajar los brazos para hacer el duelo. No sé cómo sacarlo fuera. No puedo escribirte porque estás cansada y esto no funciona así. No puedo escribirlo porque ya no soy libre ni estoy desatada.

Yo sé que esto lo leerán las otras veintipico letras del abecedario y que ninguna serás tú. Que se entenderá un pito. Que este blog está lleno de desorden como lo soy yo misma, como lo he sido siempre. Que yo no quiero que nadie que no seas tú me pregunte.

Pero este blog también soy yo. Y yo soy ese nombre que tengo escondido y que cuando me salta a la chepa me sacudo a golpes con la mano.

martes, septiembre 21, 2010

 

  • Semana pasada (principios): problema de salud
  • Semana pasada (mediados): planes del puente a la mierda
  • Fin de semana: dolor + bajonazo anímico (ver líneas 1 y 2)
  • Ayer: reloj de pulsera a tomar por saco
  • Hoy: golpe con el coche LALALA (ya me lo tomo a choteo)
  • Mañana: ¿una maceta en la cabeza? ¿un piano de cola? ¿gastroenteritis? ¿un atraco?

Me mata la intriga de saber qué narices se me va a joder mañana...

Si digo que estoy de buen humor, no me va a creer nadie pero ¡lo estoy! :-)

lunes, septiembre 20, 2010

 

A veces un lugar es más que un espacio físico y se convierte en una especie de contenedor de tiempo aparte de tu vida. Como entrar en un acuario. Y los límites del movimiento y el aire pasan a ser como un baile y agua que llena los pulmones.

A veces un lugar te llena los ojos de esperanzas verdes y pequeñitas o te da besos de oruga donde más te duele. Y el dolor se difumina como gotas de tinta en el océano.

A veces un lugar es como volver a casa, acurrucarse en posición fetal y sentir el corazón de tu madre en el oído mientras te mece y se oye su voz cavernosa, directamente desde el esternón, cantándote bajito.

A veces no importa quién eres ni cómo has llegado hasta allí porque esas cuestiones son lo de menos. Lo que importa es el fluir y reconocerse en cada lágrima.

Y está bien.

miércoles, septiembre 08, 2010

 

Y ahí vine: en una versión con ruedas del famoso camarote.

En los primeros asientos, un señor de esos que creen que a los niños hay que hablarles muy alto para que le entiendan. Dos horas y pico de trayecto SIN PARAR. Mu jevi.

Delante de mí, un chico joven con pinta de “como me vaciles te arreo una hostia que vas a llegar a destino sin billete ni nada” que se queda frito con los cascos puestos… se le desenchufa la clavija y va amenizando durante 10 minutos a todo el personal con su CHUNDA CHUNDA CHUNDA CHUNDAAAAAAAAAAAAAAA a toda pastilla. Juro por esnupi que estuve un rato dándole meneos hasta que llegué a la conclusión de que debía de estar endrogao o algo, porque no había forma de despertarlo. (Y no, no lo estaba, sólo es que tenía el sueño pesado, MUY pesado).

Detrás de mí, un niño de unos 9 años TIQUI TIQUI TIQUI PIÑAUUUU PIÑAUUUU TIRURIRU TIRURIRU BRRRRRRRRR ÑIIIIIII PIII PIIII PIÑAAAAU jugando a algo en su nintendo no sé cuantitos.

Minibere con sus auriculares puestos viendo El Rey León: MAMÁAAAA QUIERO HACER PIIIIIIIIIIIIIIS (volumen como para que la oiga hasta el revisor que se quedó hace 300 km en la estación).

Teléfonos móviles sonando cada dos por tres.

Aquello parecía un recreativo, la plaza de un pueblo o el coño la Bernarda, no sé decidirme por un símil.

El día que RENFE patente asientos insonorizados, se forra. O eso, o que reparta tapones para los oídos y aspirinas.

Que digo yo ¿cuánto se tardará en burro de Madrid a Málaga? Por saberlo nomás.

miércoles, agosto 25, 2010

 

A R. le gustaría poder decir: te seguiré a todas partes, siempre estaré contigo. Pero le mentiría. Y lo haría adrede, sólo para conseguir su atención momentánea. La criatura egoísta y posesiva que duerme dentro es capaz de prometer la luna para olvidarse a los diez minutos. No sería la primera vez.

Querría decirle: cuenta conmigo y el tiempo no importa. Como le había dicho antes. O como lo inventó.

Y no.

No se pone trascendente, es que no hay más.

Pues claro que le duele.

R. guardará en el álbum común secreto, ese que sólo R. tiene, los abrazos que nunca fueron, la canción que se ha mordido, las fotos por partes donde sólo se les ve a trozos. Hasta que sólo sean hojas de papel.

domingo, agosto 22, 2010

 

Qué escalofrío cuando me dicen que me entienden, que se identifican conmigo, que somos almas gemelas. Qué grima.

Y me juzgan y se apropian de una identidad que me inventan.

Porque dan razones y yo los miro y no sólo no nos parecemos sino que son de lo que no comparto y de lo que no participo.

Y ese “yo te conozco y te entiendo” es una tira de cuero mojada que se aprieta alrededor de mi cuello. Y que hay que cortar. ¿De qué me conoces?

El colmo es cuando no bailas a su son y se ofenden.

Cosas que pasan. Gente que no sabe poner límites ni respetarlos. Gente en otra onda y con otra forma de aprehender el mundo, de entender las palabras. ¿Iluminados, sedientos de fe, imbéciles, cándidos, ansiosos de identidad o analfabetos funcionales?

sábado, agosto 21, 2010

La chica se sienta en postura relajada en la silla de al lado y toquetea con la mirada todo lo que hay sobre la mesa de Q. Tiene el pelo largo y lacio, como a él le gusta, la voz suave y firme, la piel blanquísima y una sonrisa cargada de todo lo que desea que le prometan.

Y de ahí ya no hay freno. Una vez pasado el punto de no retorno, que llega al día siguiente, Q. ya no puede seguir trabajando.

Con el tiempo, la empresa decide desprenderse de esa letra a la que ya no le cunde el tiempo.

La chica se sienta en postura relajada en la silla y toquetea con la mirada todo lo que hay sobre su mesa, que antes fue la de Q, contemplando su nuevo territorio.

viernes, agosto 20, 2010

 

Mazazo cuando menos me lo espero y donde más me duele. Joderjoderjoder, esto no tendría que ocurrir. Y el golpe es como una patada al avispero de mis fantasmas que con una sola voz me intentan arrastrar hacia el pozo. Ese que tan bien conozco y al que no quiero volver.

No aprendo ¿eh?

Mañana será otro día, supongo. Necesito airearme para que las ideas negras se las lleve el viento o las queme el sol.

Mañana será otro día.

jueves, agosto 19, 2010

 

A P. le han regalado un secreto, pequeñito y corazón azucarado. Lo toca suavemente con un dedo, no vaya a hacer ¡pif! y se deshaga en mil gotitas de luz.

Un secreto suave y rojo.

P. lo acuna en la palma de la mano, lo observa y escucha cómo suena. Lo huele, y unas veces es una brisa entre la hierba y otras agua de lluvia.

Susurra que los días se dan la vuelta como un guante y los relojes van a saltos. Y en eso consiste.

El secreto tiene conciencia de todo esto y es un poco feliz.

P. es sorprendentemente feliz cuando lo mira.

miércoles, agosto 18, 2010

It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me...
And I'm feeling good

Pues eso.

domingo, agosto 15, 2010

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Antes de venir a Madrid ya conocía la estatua del ángel caído. Y me moría por verla.

Fue una de las primeras cosas que visité y a ella he vuelto de cuando en cuando, siempre con la canción de Danza Invisible entre dientes.

Al saber que era el punto de encuentro, no pude evitar sonreír y pensar que aquello parecía una señal. Hacía años que no la veía. Y me hace tanto bien como entonces. No sé por qué.

¿Por qué hay objetos o lugares que te remueven por dentro como si alguien te hubiese llenado el cerebro de granitos de arroz y chaka chaka chaka?

:-)

jueves, agosto 12, 2010

 

Suerte que la tengo a ella en casa para ver algo vivo que no está en una pantalla. Le cambio el agua, la llamo “tontalhaba”, la saco de detrás de la tele, le limpio las legañas (es pequeñita aún) y la rasco mientras le hablo suavito hasta que el runrun es tan fuerte que nos quedamos amodorradas.

Y así hasta que recuerdo, bruscamente, que tengo alergia al pelo de gato. Tan bruscamente que creo que se me van a salir los ojos del primer estornudo mientras el bicho salta como un metro sobre el suelo, toda uñas, gato de veleta, lomo arqueado, orejas hacia atrás y boca abierta.

En fin, fue bonito mientras duró.

Snif.

Y aquí viene otra vez :-)

miércoles, agosto 11, 2010

 

Mentiras como ¿qué?

Mi descubrimiento del día (que últimamente estoy que lo tiro, hoygan) es que no todo el mundo tiene que entenderme. Ni el momento en el es estoy ni lo que he decidido. No todo el mundo tiene que entenderme y no tengo por qué hacerme entender.

Qué liberación.

martes, agosto 10, 2010

 

Corte, distancia y medida.

Corte con lo que queremos apartar, con lo que nos hace daño, con lo que nos lastra.

Distancia con lo que hemos cortado, para evitar el desgaste y la recaída.

Medida, para poner un límite, como el corte y la distancia. Medida para abandonar una vida de excesos en demasiados campos, que se acaba asfixiando a sí misma.

Comprendo que nunca he sido capaz de llevar a cabo ninguna de las tres acciones anteriores. Y son tan tontas, y parecen tan fáciles.

Y esto es lo que estoy aprendiendo.

Y me va bien.

lunes, agosto 09, 2010

 

Vuelvo a tener gato, temporalmente. Es pequeñita, blanca, negra y gris. Se llama Wanda y es suave como sólo lo puede ser un gato.

La vecina me ha dejado las llaves de su casa para que le dé de comer y le cambie la arena durante dos semanas.

Y cuando he llegado del curro he cogido todos sus bártulos y me la he traído a casa.

:-)

miércoles, julio 28, 2010

 

Pero otros días los arabescos no lo son. Las manos no alcanzan a dibujar, faltan la tinta, el alma y la voz. Y sobra peso. Tanto, que apenas se puede levantar el dorso.

El aire es finito finito y la voz se pierde. Un intento tras otro pero nada.

Me derramo por las paredes, que devuelven el eco como si fueran cuchillos. No se puede dibujar en el agua.

Quizás otro día.

martes, julio 27, 2010

 

No me ha pasado nunca eso que dicen de ir oyendo música por la calle y sentirme como en un video-clip. A lo mejor con el walkman, cuando tenía 12 o 13 años.

Ahora me gusta llevar auriculares ear-in, de los que aíslan totalmente del exterior. Y no sólo del ruido.

Pero hay días de esos que se suceden como por lotes o de pronto desaparecen y sólo se dan una vez cada mucho. Un día de esos en los que sientes que te podrías comer el mundo y quieres hacerlo.

Es tan agradable caminar a paso rápido sintiendo cada roce en los pies y el juego de muslos. Siendo consciente incluso del aire que desplazo y del que respiro.

En esos días tampoco me siento como en un videoclip cuando voy por la calle, pero sería ideal que, de pronto, sonase música en estéreo desde el cielo y, como en un anuncio de la Masía, todos se parasen en seco a bailar coordinados.

Estaría bien que sucediera, sobre todo, antes de que se me acabe este lote. :-)

lunes, julio 26, 2010

 

Suelo esperar a que me lo pidan y, entonces, intento dibujarlo en el centro de la habitación. Con el cuerpo y con las manos, voy perfilando giros, círculos y remolinos. Siempre sentada pero usando todos los recursos.

Y mis manos ya no son algo consciente sino que voy amasando el aire con ellas hasta que ya no hay sino un baile de movimientos que pretenden ser el sonido, el sabor, el entendimiento.

En esos momentos puedo sentir el tacto de este aire engordado en los dedos tensos. Arcilla, engrudo, caramelo líquido. Traigo las ideas, les doy forma, las proyecto y, por un segundo, puedo verlas colgando en el espacio. Brillando suavemente, negro sobre dorado de azúcar quemada, vinagre de Módena en gel.

Huele a pan caliente, a verde helado y a avellanas. Sabe a lluvia.

Y este recién adquirido don sale de donde prometen despertar más cosas dormidas.

Cuando termino, contemplo el resplandor que flota y me pregunto si los demás también pueden verlo.

domingo, julio 25, 2010

 

Hacía tanto tiempo que no viajaba en tren sin distracciones, que se me había olvidado.

Dejar caer la cabeza con indolencia y salirse del cuerpo. Estar en él, pero transportada. Al ladito del asiento y ajena a su tacto de tela, concentrada en el movimiento y los cambios de ángulo.

Miro los campos y me bebo los colores. Me doy cuenta de que ya no recuerdo la última vez que lo hice. Recuerdo los viajes a Sevilla tomando nota con los ojos de cada casa y cada valla, intentando escribir cartas, recogiendo puentes para transmitirlos de la única manera torpe que sé hacer.

Me gusta. Se me mezcla una suerte de melancolía por el pasado con el dolor ahogado a la fuerza de la distancia. Porque sé que me voy alejando de todo lo que he sido y de los infinitos tonos marrones. De los montes y los olivos, de ese campo que nunca me gustó y que ahora cambiaría en un segundo por esta meseta amarilla y ajena que nunca me ha querido.

De pronto descubro que hay alguien mirándome, la cabeza caída con indolencia, que está muy cerca. Y al mismo tiempo sé que el tacto de la tela en la cara me devuelve al vagón: me gusta la nueva imagen que me mira. Sonrío, y me devuelvo la sonrisa desde el cristal.

domingo, julio 04, 2010

 

AVE, 7 de la mañana, tres personas en el vagón. Tres baldas para colocar maletas a cada lado de la puerta. Viene una tía y pone una maleta junto a la mía y una bolsa de deporte petada SOBRE MI maleta, dejando las otras CINCO baldas vacías. La pregunta obvia es ¿¿¿pero tú eres imbécil??? ¿Por qué?

Han sacado una máscara de pestañas (un rimmel, que le llamamos todos, como bimbo, minipímer, etc) que MILLONIZA las pestañas porque es MILLONIZADOR. ¿Por qué? ¿por qué? y ¿por qué?

El anuncio de Tampax que protagoniza Patricia Conde… [y aquí pego lo que de él he opinado en un correo] (¡el horror, el horror!) y qué cosa más fea el vestido de Patricia Pérez [sí, se me ha ido la olla con el nombre] y qué cosa más HORROROSA el anuncio de támpax, que no se ve na pero se la imagina una así levantándose el vestido y metiéndose el támpax y mira, pa los que le dé morbillo, a lo mejor, pero pa verlo comiéndome una empanadilla, como que no. Y, para más inri, he recibido un correo para que me apunte en la web y no sé qué más para ganar el vestido. Pues eso, el vestido y el anuncio ¿por qué? ¿por qué? y ¿por qué?

Misterios del universo.

jueves, julio 01, 2010

 

El lunes empieza…

CHAAAN CHA CHA CHA CHAAAN CHAN CHAN

…mi nueva vida

¡CHAN CHAN CHAN!

otra vez

chan?

Pozi.

Y es que ya he perdido la cuenta de cuántas veces la he empezado y se ha quedado en un triste pedo. Y digo pedo de ventosidad, que hace muuucho que no me emborracho (ni lo echo de menos).

Y bueno, pues eso, que estoy ilusionada, que tengo ganas de que todo salga bien, que quiero pensar que esta vez es la definitiva.

Y ni me voy a inseminar ni a tener un hijo ni a operarme las tetas ni a dejar de fumar.

No es que sea un secreto de Estado, pero esta vez no me apetece pregonarlo a los cuatro vientos para que luego PRRRRR…piiii…

Así es que: seguiremos informando desde la trinchera. :-)

(CHAAAAAAAAAAN, CHIM-PÚM).

domingo, junio 27, 2010

 

Jate qué suerte la mía, que tengo ducha escocesa y señora de la limpieza, todo en uno.

¿Quieres conseguir lo mismo? ¡Pregúntame cómo!

Bueno, no hace falta que nadie pregunte nada, total: lo voy a contar lo mismo.

Es muy fácil. Lo primero que se necesita es una señora que vaya a casa a limpiar una vez por semana. Si la susodicha es de algún país que arrastre las erres y tenga la delicadeza de un tanque en una tienda de vajillas de porcelana, mejor que mejor (hombre, no es imprescindible, pero ayuda).

Lo segundo, que a la hora que vaya a tu casa, estés en la ducha.

Lo tercero, y aquí viene lo fundamental, que lo primerito que haga al llegar sea meterse en la cocina e ir abriendo y cerrando alternativamente el grifo del agua fría y el de la caliente hasta que salgas de la ducha con medio cuerpo escaldado, el otro medio contracturado por el frío y un tic espasmódico en el ojo  del mal rato.

Y ya tienes tu ducha escocesa sin haber ido a un spa ni nada, que dicen que para la circulación es buenisísisisisisisma.

Ea, pa que luego digan que soy negativa y no veo el lado positivo de las cosas.

sábado, junio 26, 2010

 

Venden la casa de mi bisabuela. Esa que fue de sus padres y a la que volvió cuando su marido cogió la bici y se fue a Madrid sin decir ni pío. Que no al pueblo de al lado ni a por tabaco, no: a más de 500 km. Una mujer pequeñita y delgada, toda nervio y trabajo duro con tres hijos, el mayor con tres años. Una mujer seca y con muy mala leche.

En esa casa de tres habitaciones vivieron muchas mujeres de la familia que, por una u otra causa, acabaron solas con sus hijos.

En esa casa estaba la dama de noche y el patio lleno de macetas. Y el lebrillo. Las salamanquesas, los abanicos de plástico, las sillas de enea. El hule y el gran botijo blanco con su cigüeñita de plástico para tapar el agujero, los botijos pequeñitos para los niños. Los soldaditos de plástico, el agua fría y distinta del grifo pequeño de la cocina.

Las novelitas para mujeres, los folletines del Oeste. Estela y su vestido de novia y Por un puñado de dólares, así, sin transición alguna, me las iba bebiendo con los ojos. Porque mi bisabuela leía muchísimo. Como toda su descendencia.

Esa casa que huele a tierra mojada, a galletas Cuétara (que siempre me han sabido a manido) y a tortas locas.

Cayéndose a pedazos, que nadie la quiere y no se vende. Y que yo no puedo comprar, aunque ya me gustaría.

Esa casa de la que tengo que hablar para que no se pierda, pero que cuando intento describir es un nudo en el pecho y una bofetada de olores tiernos, a verde, a limones, a eucaliptos, y una mezcla de sentimientos que no sabría desenredar. O sí.

Lo que se vende no es una casa, es la historia de unas vidas. De las mujeres que en ella lucharon por salir adelante, de la infancia de sus hijos y nietos. De donde mi madre salió vestida de blanco para emigrar. Donde, durante muchos años, nos hemos reunido cada sábado por la tarde varias generaciones. Lo que se vende es un pedazo de nosotros.

viernes, junio 11, 2010

 

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Por la casa en la que vivía, la primera vez que oí esta canción debía de tener entre 2 y 4 años. Y lo recuerdo. Sonaba en la radio. Yo estaba en la cocina mirando el mando de la lavadora. Mi madre no me dejaba tocarlo. Era gris y tenía unos triangulitos (cabezas de flecha en realidad) para señalar un programa u otro. Los triángulos me parecían la expresión perfecta de los ruiditos de la música.

Me he preguntado muchas veces por qué narices le pondrían el título de Pop Corn (Palomitas de maíz). Y hoy, treinta y pico años después, he caído mientras conducía de vuelta a casa. Pensamiento a la velocidad de la luz, que dicen.

Treinta y pico años después, sigo viendo la rueda de la lavadora a la altura de mi frente, gris y con triangulitos negros, cada vez que la escucho. :-)

martes, junio 08, 2010

Primero fueron las manzanas y tuve que buscarlas yo sola.

Y luego los cascabeles que me recordaban que hay gente que merece la pena.

Volver al centro comercial al que íbamos casi a diario y del que conocíamos cada rincón sigue siendo recordar que era donde huíamos del puto curro. Donde buscaste el vestido para la graduación secreta de tu chico, donde compré poco a poco todo lo que necesitaría para la llegada de Minibere, donde escogiste ese móvil tan morado y tan fashion, donde todo.

Cuando ya es apenas una media sonrisa y un dónde estarás, busco la tienda y no hay forma. Andén 9 y 3/4. Miro y remiro. La tienda de los olores y la francesa coñazo, de los jabones milagrosos y las cremas de fruta. Esa que íbamos a montar en el Bernabeu. Plop, como una pompa de jabón. Y es que incluso su espacio ha desaparecido, se lo han tragado una óptica y una tienda de gilipolleces de la naturaleza (sí, bueno, de esas que tanto te gustan, sigh).

Entrar en ella y recorrer las estanterías era como volver a visitarla contigo y oír tus explicaciones. Una punzadita dolorosa pero a la vez suave y dulce. Entrar en ella e ir a tiro fijo, a por lo de siempre que no encuentro en ninguna otra parte. Que la francesa coñazo me diera un poco la chapa y no nos recordara después de tantas veces.

Me paro en el pasillo, incrédula. Porque tú no estás y ahora la tienda tampoco.

Y duele mucho más de lo que yo sé explicar.

viernes, junio 04, 2010

Os propongo un ejercicio de visualización. Primero hay que ver el vídeo (venga, aunque sea sólo unos segundos) y después hay que imaginarse a las protagonistas sin tutú pero con pantalón elástico por debajo de la rodilla.

¿Bien? Sigamos: camiseta color berenjena, zapatillas deportivas blancas, calcetincitos ridículamente pequeños y blancos, una diadema sujetándoles el pelo, un botellín de agua en una mano y una toalla en la otra. La cara de panoli es opcional, pero también es parte de la imagen.

Sí, soy yo. Y lo vuelvo a intentar con el putostep. ¿He dicho pustostep? No. En realidad no tengo ni idea de a qué narices me he apuntado porque es un gimnasio de esos que pagas la cuota y te metes en la clase que quieras. Y esta decía: Aerobic-Step pero lo que hemos hecho ha sido tortura extrema Step y Batuka ¿¿por qué por qué tanto dolor??

Hala, con dos cojones y un palito.

Ha entrado en clase un niño de impresión y nos ha dado la paliza de nuestra vida. Que yo ya había ido a clases de aerobic, pero, o esto es el modo “Fast Foward” o lo que yo hacía antes era una mariconá para florecillas. Dios mío qué mal lo he pasao.

El yogurín es de infarto: guapo, buenorro y no veas cómo baila el cabrón, qué cuerpazo, qué… va, que me disperso. El yogurín nos ha metido tal caña que hasta él estaba asfixiao.

Y yo, al igual que nos pasó una vez a una amiga y a mí, que descubrimos en nuestras propias carnes que se podía llorar de miedo, por primera vez haciendo ejercicio he tenido unas ganas locas de llorar a mares. Tal era el sofoco y la adrenalina.

Pero no, no lloré. No hubiera podido más que hacer el gesto porque todo el líquido de mi cuerpo estaba concentrado en salir a chorro por todos los poros a la vez (y otros más que debieron de salirme debido al esfuerzo). De hecho, tengo la impresión de que me sudaban hasta las córneas.

Y encima he pagado el mes entero.

Me pregunto pa qué narices querré yo hacer ejercicio o adelgazar, con lo feliz que soy espanzurrá en el sofá. Que yo ya no estoy ni pa hacer el cabra ni pa yogurines danzantes.

Y encima decía: venga, ahora relajación para bajar las pulsaciones. Y yo a punto de que me bajaran de golpe: parada cardiaca y a tomar viento. Esto no puede ser bueno, no señor.

Cuando he llegado a casa, me temblaban las piernas y el jevi se ha asustao de verme el color amoratao que traía… Y ahora me duele hasta el carné de identidad.

En fin. Seguiremos informando si es que sobrevivo. Y al que me diga que el deporte es salud, me cagoen…

jueves, junio 03, 2010

Los cristianos exigen respeto...

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Exigimos respeto, pero nunca lo tenemos hacia los demás. No tenemos que justificarnos: somos mayoría.*

Y me ha venido al pelo esta viñeta porque es una actitud que me toca mucho las narices. Yo soy atea. No he bautizado a mi hija, no hará la comunión, no voy a misa, no rezo. Punto pelota ¿punto pelota? No. Hay gente que cree que tengo que dar explicaciones por ello. ¿Y por qué? ¿y qué tiene de malo? Y eso no hace daño. Y digo yo: joder, te doy yo la vara con cuestiones como ¿y por qué crees en algo irracional? ¿y por qué tu dios permite el sufrimiento y tortura de niños? ¿y por qué vas a vestir de blanco/marinerito/capitán de la marina a tu hijo y hacer el paripé para gastarte más que en una boda? Yo no voy haciendo ese tipo de preguntas: me parece una falta de respeto. Que los demás me respeten a mí, es lo que pido.

*Visto en el muy irreverente y divertidísimo blog ateo:  LOL god. En él no se libra de recibir caña ninguna de las religiones mayoritarias.

domingo, mayo 30, 2010

Hay días o uno sólo en los que te rebelas. Ante todo.

No quiero esto en mi vida, ni esto, ni esto, ni aquello. Se acabó. Stop. Fuera.

Es como un click en la cabeza. Es como abrir el armario y tirar la ropa vieja. Ropa que ya no sienta bien o que quizás nunca lo hizo. Que aprieta, cae, molesta, duele o te hace tropezar. Con agujeros, con bolitas.

Fuera de mi vida esto, lo otro y aquello. Fuera de mi vida tú, tú y tú.

Dar la patada, pisar fuerte y no mirar atrás. Con más determinación y firmeza que con rabia o dolor.

Y eso es bueno.

Y en esos días, aprieto los dientes y bailo por dentro. Empujo un poco más el acelerador y acaricio el volante sintiendo cada vibración del asfalto.

viernes, mayo 28, 2010

Casi todo tiene un lado positivo. Quiero decir, relativizando, claro.

Vivo en un barrio donde cada día hay más inmigrantes. Vivo en un barrio colorido, vivo, cosmopolita, abierto 24h o casi. Hasta ahí, guay. Pero también vivo en un barrio ruidoso, superpoblado y donde el comercio tradicional se adapta a los nuevos habitantes, bien desapareciendo, bien vendiendo productos de menos calidad. Es lo que hay: a menos poder adquisitivo, vendamos zapatos de plástico, ropa de plástico.

En fin.

También tengo la suerte de tener un edificio enfrente bastante cerca. Tanto, que oigo la radio de los vecinos. Sí señor. Si los vecinos, además, se sientan a hablar a voces en el minibalcón, miel sobre hojuelas. Y si lo que tienen es atún-con-pan-atún-con-pan (reguetón) tol santo día con la ventana abierta y mis cristales retumban, pues viva y bravo.

En verano, los niños juegan al balón en la calle hasta las 12 de la noche o incluso más. Verano que yo sigo levantándome a las 6 para currar.

¿Qué ventajas tiene eso? Bueno, obligarme a mantener las ventanas cerradas hace que entre menos polvo y, por otra parte, para tapar el puñetero atúnconpan, me pongo yo música de la que tapa, es decir, rock o algo así, nada de baladitas. Y ahora estoy descubriendo la discografía completa de Rosendo, mirustúpordonde, que yo apenas si le conocía dos canciones.

Hoy Minibere ha cogido su micro rosa de Hello Kitty, su guitarra rosa de la susodicha (sí, es que estaba de oferta, copón), y se ha cantao y bailao un “Maneras de vivir” que al jevi poco le ha faltao pa que se le caigan lagrimones como sandías.

Todo tiene su lado bueno, os lo digo yo.

Por cierto, SE VENDE PISO.

jueves, mayo 27, 2010

El cuarto de Minibere es fresquito y silencioso. El sol se está poniendo y su luz lo amarillea todo a través del estor del mismo tono. Me ha pedido que le ponga música. Tenemos un cd instrumental que grabé antes de que naciera, una recopilación de clásicos para bebés. Está sonando Para Elisa tocada con una flauta suave y dulce.

Hay dibujos de Minibere, fotos y muñecos por todas partes. Yo estoy acostada con ella porque hoy le cuesta un poco dormirse.

Mamá ¿has visto qué pies más grandes tengo ya? –me dice, agarrándose un piececillo.

Cuando naciste era así de pequeño –le señalo.

¡Mamá, qué pequeñito! –y se ríe. Me echa un bracito por encima y me abraza. Siento su piel suave y fina, el olor de su pelo, el calor de su cuerpo menudo.

Soy inmensamente feliz, como no recuerdo haberlo sido antes de que estuviera. Como lo seré cada vez que me abrace.

Qué suerte tengo.

lunes, mayo 24, 2010

Hay dos cruces que me persiguen de curro en curro: la una, las comisiones. No importa a qué se dedique la empresa ni a cuenta de qué vienen las susodichas: siempre me toca a mí su cálculo, reparto, cotejamiento o lo que sea. Debo tener cara de.. de… bueno, de “comisones a mí”. Como pille al cabrón que me ha tatuado esa frase en la nuca, lo descojono con la calculadora.

La otra cruz es el curso de atención al cliente. Teniendo en cuenta que prácticamente todos los trabajos que he tenido han sido de cara a la gente, en fin, es lo que hay. Ya llevo 4 o 5 cursos en 9 años.

Y esta vez hemos hecho llamadas ficticias. Uno se marchaba a una sala aparte y otro compañero le llamaba. La conversación se grababa y analizaba. A mí me tocó el compañero hijoputa graciosete, y me dió una chapa increíble a base de gritos y de dónde está mi material que sois unos inútiles y me he quedao con tu nombre, que te enteres. Nos reímos hasta llorar al volver a oírla.

Sí, han sido dos días. Y eso es mucho, teniendo en cuenta el volumen de trabajo que manejamos y la presión con que lo hacemos. Pero ha merecido la pena. Nos hemos reído tanto y nos lo hemos pasado tan bien que el objetivo del curso más ha parecido ser acercarnos los unos a los otros que atender bien las reclamaciones.

Perlita también ha hecho el curso, aunque no en mi mismo grupo. Al salir le ha dicho a sus compañeros (hasta arriba del curro acumulado al faltar dos miembros del departamento) que ella necesita aprender más y que, por favor, varias veces al día le hagan llamadas de mentira para así coger más práctica.

Se ha hecho un silencio espeeeeeeeso espeeeeeeeso como un puré de patatas.

Y luego las carcajadas creo que han llegado a Pernambuco.

Animalico.

sábado, mayo 15, 2010

Me disfrazo de mujer-bala (de cañón, claro está) y vuelvo a protagonizar, tras meses de inactividad,  La Gran Ballena Blanca. Ese docudrama que se desarrolla en la piscina de un barrio cualquiera y que tanta emoción transmite. Ejem.

Tengo monitor nuevo. Me pregunta si sé nadar. Le digo que tengo bastante experiencia en el agua, como boya, mayormente. Cincuenta y cuatro largos, dice, sin despeinarse las piernas (normal, con el neopreno…).

Vale, ocho y despacito, le respondo.

Chof chof chof. Chof chof chof.

Al segundo largo, empieza a dolerme el bíceps izquierdo.

Chof chof chof.

A la media hora, se me coge un gemelo. AAAAAY.

Chof chof chof.

En las otras calles hay dos chicos cuerpo danone haciendo los cincuenta y cuatro largos. En una de nuestras breves coincidencias les pido que, por favor, me traigan de vuelta un trozo de esponja grisáceo que debe de andar flotando por el camino. Es el pulmón izquierdo y le tengo cierto cariño.

Una hora o así después, duchita y bus a casa. Me tiemblan las piernas y me duele el alma. Cada vez que muevo la cabeza, oigo algo así como CRRR CRR SRRR en el oído derecho.

Y bueno, que viva el deporte… o algo…

lunes, mayo 10, 2010

Y a ver qué hago yo ahora, como un tigre en la jaula, como un padre en la sala de espera de los chistes gráficos.

Me han metido a la fuerza un secreto en el bolsillo, y duele y quema. No por revelarlo, que no es ese el problema, sino por soportar su peso.

Tan alterada estaba que he llamado a todos los ángeles sin cabeza que conozco.

Y comunicaban.

Y yo con esto no puedo dormir, no puedo.

Tengo que hablar con su dueña, tengo que decirle que no cuente conmigo, que lo tire a un pozo, que lo encierre en una caja y lance la llave al mar. Que busque a un herrero para cortar los grilletes, que le ayude a aflojarlos. Que yo no entiendo de cárceles ni de juegos de miedo. Que yo estoy aquí y estaré, pero que no me haga esto.

sábado, mayo 08, 2010

Me ha dejado la dirección de su blog y me doy cuenta de que apenas la conozco. Porque en sus twitts y publicaciones se ve un trasfondo triste, mucho. Compartimos risas, frikadas de internet y un odio.

Una perla entre las algas [vale, sí, a lo mejor debería dejar de ver Bob Esponja con minibere mientras escribo].

El caso es que, en un entorno en el que he aprendido a callarme las aficiones porque estoy harta de que me miren como a un bicho raro, con ella puedo hablar de blogs, de la Iglesia del Monstruo de Espaguetti, de camisetas de La Mona Chita, de rock gótico, de Tim Burton, de los #ChuckNorrisFacts y comentar las mejores escenas de Los Caballeros de la Mesa Cuadrada.

Por supuesto, tenemos un mundo entero de cosas que no compartimos. Un mundo sorprendente que no se parece en nada al mío. Y eso es bueno porque abre puertas. Y también nos separan un buen puñado de años. Ni ella ha visto Mazinger ni yo Los Diminutos, por poner un ejemplo.

Pero a lo que iba. Sorprende leer lo que escribe. Sobre todo, porque es una persona que parece alegre y tiene una sonrisa de las que le iluminan toda la cara y le hace los ojirris dos pequeñas sonrisas paralelas. Sobre todo, porque no es consciente de que se hace querer por mucha gente. De que su forma de hablar y moverse, tranquila, serena, transmite paz.

El otro día le mandé un enlace a una entrada antigua de este blog. Pero no ha seguido leyendo, por lo que puedo seguir desatada. Ya sé que me arriesgaba a lo contrario, pero tampoco me importa tanto. No he dicho nada aquí que le pueda sorprender.

El otro día arranqué el coche y justo saltó el cd que había estado escuchando por la mañana. ¿Te gusta AC/DC? –le pregunté, bajando el volumen. ¿Pero cómo no me va a gustar? –me respondió.

Nos estamos conociendo. Y lo mismo luego decidimos que no nos gustamos. Nunca se sabe.

Pero se me viene a la cabeza la frase final de Casablanca. :-)

jueves, mayo 06, 2010

Un día me doy cuenta de que no me apetece nada encender el ordenador, y lo que parece pereza acaba confundiéndose con un rechazo como de polos del mismo signo.

Cosa rara.

Hoy he vencido la resistencia, una semana después. Aún no he abierto Facebook, pero ya le he dado una vueltecita a Twitter. Twitter me gusta.

He recogido tranquilamente mi casa, he visto la tele ¡he empezado el libro que el jevi y minibere me regalaron por el día de las madres!

Jodó, que lo he disfrutao.

Y, sin embargo, me han dado ganas de escribir en el blog.

Toi como una puta cabra. :-)

miércoles, abril 28, 2010

Mi empresa tiene un nombre. Un nombre conocidíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo en su campo y que yo no había oído en la vida hasta que me llamaron para la segunda entrevista. Vamos, ni yo, ni el resto del mundo mundial.

Pero la cosa es que está relacionada con temas de salud y son muy cuidadosos con la imagen que dan. Hasta ahí, bueno vale.

La que armaron con lo de la Gripe A fue… la repera. Charlas, carteles por la oficina, una caja de pañuelos desechables por mesa, un bote de desinfectante por pareja. A cada grupo le asignaron portátiles y se hicieron pruebas trabajando desde casa, por si se declaraba un brote en la empresa. Antes de marcharnos, debíamos recoger todo lo que hubiera encima de nuestra mesa para que las señoras de la limpieza pudieran desinfectarlas cada tarde.

Como nos dijo el gran jefe gordo: teníamos que dar imagen y ejemplo. Que somos una institución y bla bla bla.

Por eso, también trajeron un médico y le montaron una consulta en la planta VIP.

Y empezó a subir gente a hacerle consultas… y empezó a bajar gente con tiritas minúsculas en las orejas o hablando de las propiedades del agua.

Y es que este señor es homeópata.

Y mi empresa tiene que dar ejemplo.

Ejem.

En fin.

Menos mal que siempre llevo en el bolso ibuprofeno, porque me da a mí que el efecto placebo no va a ser lo mío.

miércoles, abril 21, 2010

Hay días que van apretados, como tallos de ramos de flores. Es un día que se convierte en dos, en tres, pero siempre es el mismo. Y yo llevo un día (varios) cabreada con el resto del universo conocido (y por conocer).

Todo empezó hace una semana, cuando alguien con una llave la utilizó para pellizcarme ahí donde le había dado acceso.

Son cosas que pasan. Y dejará de ser. Pero mientras tanto, cómo jode.

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El trabajo son minutos que vuelan sin apenas levantar la cabeza. Dinámico, estresante. Mola.

Perlita ha desaparecido de mi mapa, o casi. Nos sentamos tan lejos que apenas la veo de vez en cuando, pegadita a Mauro. Mauro, pobre hombre. Echa más horas que un tonto y apenas se levanta de su sitio: no le da tiempo. Tiene tanto volumen de trabajo que un día de estos va a reventar. Su jefe, después de pedir una y mil veces un puesto de apoyo, lo consiguió hace poco. ¿Adivináis quién es su apoyo? Bingo. Lo dicho: pobre hombre.

Todo este año he comido con él en el mismo grupo y ya ni baja a su hora. Viene más tarde, arrastrando los pies y con Perlita subida a su chepa. Él come en silencio (¡cómo echo de menos su humor negro y ácido!)… Perlita come preguntando por la inmortalidad el alma de la mosca pero, por suerte o por desgracia, nunca al alcance de mis oídos.

Yo, que vivo en mi único ramo de días, como rápido y subo a la oficina. Que estoy más callada desde que cambié de puesto, me dicen. No, no, lo que estoy es hasta los mismos cojones de oír a la embarazada del grupo con su monotema y su victimismo. Me pregunto si los demás tienen más capacidad de aguante y saben disimular mejor; si soy demasiado picajosa o si es que los demás no ven lo mismo que yo.

También me he cansado de determinados temas de conversación. Y es que el despelleje selectivo, las confabulaciones del enemigo opresor o las especulaciones sobre lo que hace o no fulanita o lo que cobra… me la traen al pairo.

Ahora entiendo por qué en esta empresa hay determinadas personas que NUNCA desayunan con nadie ni quieren juntarse con otros. Y yo voy por el mismo camino. O no. Manojo de días.

Jate, ahora que me aceptan, ahora que estoy integrada… no me gusta lo que veo.

En fin, es cuestión de pasar por encima y de quedarse con lo bueno ¿no?

Y en esas estamos.

jueves, marzo 25, 2010

Que ya no hago facturas, señores, que ahora hago envíos. ¿Os quedáis igual? Bueno, a ver cómo lo explico: he pasado de ir cambiando de mesa, tocarme el chus, no tener teléfono propio, tocarme el chus, hacer mis facturitas sin prisa, tocarme… ¿he dicho ya el chus? a esto-tiene-que-estar-para-ayer-corre-corre, quel-almacén-cierra-que-este-material-viene-de-la-central-en-laponia arfs arfs arfs digamelón?-no-no-soy-Rita-soy-Bere-no-no-tengo-ni-puta-idea, arfs arfs-las-cuatro-arfs, y-esta-transacción-de-SAP-y-esta-dirección-de-envío-y-URGENTE-URGENTE-AAAGS.

Lo que decía: envíos. Y encima relacionados con la salud, es decir: que se te va la pinza y te cargas a alguien o dejas coja a una abuelita en Logroño y cosas así.

Hoy a las 12 de la mañana he empezado a notar opresión en el pecho y he tenido que levantarme a dar una vuelta intentando respirar normalmente.

Pero estoy contenta, qué caray. Ya tengo contrato indefinido, mesa, teléfono y tareas propias. Antes no tenía ninguna de esas cosas :-)

sábado, marzo 20, 2010

Tengo que ir a hacer un papeleo a las 10, así es que me planto en el algodonal tempranísimo de la muerte. Cuanto antes empiece la formación, más aprovecharé hasta la hora de marcharme. A las 8:30 estamos en la sala. Esperaremos un momento a Perlita, dice Sonia, la formadora.

A las 8:50 le digo a Sonia que mejor voy trabajando algo y que cuando aparezca Perlita me avise.

Perlita aparece arrastrando el chocho tranquilamente a las 9:15. Sonríe. ¿No me estaríais esperando, no? Bueno, de todos modos no puedo quedarme, tengo ahora la revisión médica y me marcho, jeje.

Creo que nadie le dijo nada porque teníamos la mandíbula totalmente desencajada.

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Y es que tengo taaaanto material de esta chica, que me daría para hacer un blog entero. Hace tan sólo una semana que la conozco pero, como dure lo del periodo de prueba, podré escribir un libro. ¿Alguien se ofrece para editarlo?

miércoles, marzo 17, 2010

Despacho de Recursos Humanos. Nos dan los papeles del seguro gratuito para que los rellenemos. En dos minutos hemos terminado. ¿He dicho “hemos”? No, no hemos. Ella no. Y eso que sólo hay que poner el nombre, el DNI y firmar.

“Perdona, es que yo… esto… es que hay algo que no entiendo. Esto que pone aquí de rellenar con letras de imprenta ¿qué es? ¿con las teclas de un ordenador o cómo?”.

Definitivamente, tengo que preguntarle si ha trabajado antes en Killminds.

martes, marzo 16, 2010

Hace unos días que estoy de curso con otras nuevas incorporaciones al algodonal. Y con una de ellas han triunfao como los Chichos.

El primer día pensé que era algo peculiar… el segundo, que parecía lenta. El tercero nos empezamos a reír así, con disimulo, porque aquello ya… y hoy ha sido el día de las carcajadas. Porque una cosa es la educación y la seriedad de un curso de formación y otra… otra es la perla que ha entrado en la empresa.

Interrumpe para preguntar lo que se ha explicado hace un cuarto de hora, no escucha, las dudas que tiene nunca están relacionadas con el tema del que se esté hablando, etc. La niña es lenta y torpe, pero al menos parecía que prestaba atención, si bien estoy convencida de haber oído el flujo del sonido entre sus orejas al entrarle por una y salirle por la otra sin encontrar obstáculo alguno dentro del cráneo.

Y digo que parecía que prestaba atención porque hoy, después de comer, ha dicho que tenía mucho sueño. Y a partir de ahí, se ha callado como Belinda y se ha dedicado a no sabemos qué en el portátil. El chico de formación ha estado explicando cosas sin parar desde las dos hasta las cinco y media. Los demás hemos estado con los cinco sentidos puestos en todas y cada una de sus palabras. Yo he tomado notas como si me fuera la vida en ello. Después de todo, un error en las nuevas tareas que vamos a desempeñar supone algo bastante grave y no me refiero a ganancias o pérdidas de la empresa. ¿Alguna duda? –ha preguntado Sergio, el hombrico, después de pacientes, extensas y preparadísimas exposiciones.

Aquí la perla ha levantado la cabeza y ha dicho, con su lentitud al hablar característica: “¿Cómo se pueden borrar varios correos a la vez? Es que estoy recibiendo muchos. ¿Tengo que leerlos todos?”

Silencio…

Un cardo ruso pasa por la sala…

Sergio le ha contestado e inmediatamente le ha recordado la importancia de la formación que estábamos recibiendo. Respuesta: “No, mira, si me da igual, porque total, como no me estoy enterando de nada, no estoy haciendo caso, jejeje”.

Hala, con dos cojones y un palito.

Sergio no ha movido ni una pestaña. Y yo juraría que, durante una décima de segundo, le he oído sollozar por dentro.

sábado, marzo 06, 2010

Alguna gente tiene relojes de pared e incluso de cuco. Y cada hora sale un pajarito que dice: cucú cucú cucú

Nosotros tenemos al borracho. Cada noche, a las diez, pasa por debajo de nuestro balcón gritando. Y cuando no pasa, lo echo de menos. A mí casi que me da ternura ya en vez de molestarme.

Unas veces grita como los marcianos de Mars Attack. Otras, lanza sus ¡Vivaespaniaaa! ¡AAAARGGG! También se mete con los paquistaníes de la frutería de enfrente e incluso, algunas noches, da vivas a Hitler.

Un día, los propios chicos a los que insultaba tuvieron que apartarlo de la vía para que no lo atropellasen. A mí lo que me preocupa es que en una de estas va a pillar a unos con mala leche y le van a dar pal pelo (y con razón).

Pues eso, que hace un rato han dado las diez. :-)

jueves, febrero 11, 2010

Hoy ha tocado reconocimiento médico de empresa, no vaya a ser que contraten a alguien enfermo. La de RRHH me ha dicho que sí, que era obligatorio. A los compañeros que se extrañan de que no quisiera ir les he dicho que no, que la empresa no está comprando un caballo y que no sé por qué me tengo que hacer un reconocimiento cuando hace poco que me he hecho pruebas y la empresa me hace un contrato temporal por baja de maternidad de otra trabajadora.

Pero la verdad es que no quería ir porque me veía venir la peli. Empezando porque soy adicta a la cafeína y me dan unas cefaleas del copón si no la tomo. Teniendo en cuenta que me levanto a las 6:30 y que el reconocimiento era a las 11, pa qué contar más.

Otra razón por la que no quería ir es porque me conozco. Me he perdido al ir, me he perdido al volver, he dao mil vueltas, me he metido en un polígono de esos de los 70 donde no cabe un alfiler y todo son naves en calles estrechas… Amos, que ni Ulises. Por poco si no acabo en Pernambuco.

¿Es eso to… eso to… eso todo, amigos? No se vayan todavía ¡aún hay más! Hace un mes le quitamos la tarjeta de memoria al GPS. En ella iban los mapas actualizados pero no son imprescindibles y el bicho funciona bien igualmente. Bueno.. funcionaba. Que se ha desconfigurado. Así es que cuando iba yo con mi dolor de cabeza agudo sin apenas poder abrir los ojos y rezando para llegar viva al curro, oigo una voz sensual que me dice: En 700 metros, gire al nordeste. Y me quedo a cuadros. Su p.m. en verso sabrá por dónde queda el nordeste si yo no sé ni dónde he puesto la mantequilla esta mañana.

Miro la pantalla del GPS: aparece una carretera a la derecha, un espacio en blanco a la izquierda y mi coche atravesado en medio de la nada. En 2,5 km, gire al norte.

Y luego he llegao al curro y me he tenido que volver a casa mala malísima con la puñetera cefalea de abstinencia.

Ah, sobre el reconocimiento: que estoy gorda y soy miope (¡¡dios mio, dios mío!!! ¿¿¿cuándo ha sucedido eso??? ¡qué sorpresa, qué disgustazo!). En fin.

Y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.

martes, febrero 09, 2010

Dentro de un cuarto de hora ya no será mi cumpleaños. Hoy ha sido un día raro.

Es la primera vez que no lo digo. Desde los caramelos hasta las docenas de churros en el penúltimo algodonal, siempre me ha gustado que fuese un día diferente, que me dieran besos, que me preguntasen la edad, que me sonrieran al felicitarme. Siempre he dejado cosas en la cocina y he indicado las instrucciones de uso en un mail: “hay pasteles para todos, hoy es mi cumpleaños. Podéis coger tantos como queráis siempre que antes os paséis por mi mesa a darme besos, felicitarme y decirme lo joven que estoy y que parece que cumplo 20”.

Así es que hoy ha sido gris, extraño, un poco plof. Pero no he querido decirlo. Después de casi un año (que hará el mes que viene) me llevo bien con todo el mundo, ya tengo cierta confianza, ya me siento a gusto con la gente, pero no. Tengo muy claro que esa no es mi empresa, ese no es mi sitio, esa no es mi vida. Mi vida está fuera de esas paredes.

Quizás acabe jubilándome en ese maldito sitio, ya que la crisis, la edad, el horario, cómo está el patio y que si la abuela fuma; pero mi vida personal es el último reducto que me queda. Es mía y es íntima, y no quiero compartirla con los que allí están. Y saber que era mi cumpleaños y que sólo yo lo sabía y que era algo mío, era como guardar una monedita de oro en la mano y verla brillar a escondidas, con una sonrisa.

A lo mejor nadie lo entiende, pero yo sí. Y eso es suficiente.

Gracias por leerme un día más.

jueves, febrero 04, 2010

Estas son las últimas tres contraseñas que he utilizado en el curro:

Qof1000

Qod1000

Qoj1000

Y ahora, por veinticinco pedorretas y un gallifante, díganme qué les sugieren y si saben el significado. (Fa-ci-lí-si-moooo)    :-)

martes, febrero 02, 2010

La mayoría de las veces me gusta recibir comentarios. Agradezco que alguien se tome la molestia de dejar su opinión (siempre que esta sea que soy la más guapa, la más lista, la más alta y las más mejor). Quiero aclarar, pa no andar dándole vueltas, que no suelo contestar. No es que dé igual ni que pase ni que la abuela fume: es que me da una pereza…

Cuando no tenía a Minibere, todo el monte era orgasmo. Es decir: llegaba a casa, tiraba los zapatos y me despanzurraba en la silla del ordenador a navegar como guarro en charca.

Ahora llego a casa y me quito los zapatos. Hasta ahí todo igual. Y luego… recoge, lavadora, tiende, mueve, baña a minibere, vigila cena, cepilla dientes, lee cuento, arrulla, cena tú, recoge un poco más y, por fin, a las 10 de la noche, siéntate ante el portátil (mira, eso también ha cambiado).

Teniendo en cuenta que no puedo con mi alma y que tengo una autonomía aproximada de una hora (dos o tres, forzando a máximo) y que al día siguiente me levanto a las 6 y 20, pues blanco y en botella: horchata.

Comento poco porque estoy cansada y tengo poco tiempo para hacer más cosas. Cuando comento lo hago porque me apetece y no me considero obligada ni a visitar ni a comentar en blogs de gente que me lea. Aquí se viene con plena libertad y por gusto, no por obligación ni hay que “cumplir” ni hay compromisos, como las visitas familiares. Ni yo te enlazo a ti si tú me enlazas, ni qué poco me gustas pero te hago la pelota para que vengas. (Ay si yo os contara lo que he sabido por ahí en ese sentido).

En resumen: que gracias por leer y por comentar. Que leo muchos blogs, navego, busco información, busco curro, actualizo el blog, me voy al facebook… pero que la mayor parte del tiempo leo y poco más. Estoy demasiado cansada hasta para pensar o contestar o participar como comentarista aquí en otros blogs (y eso que leo varios que me gustan muchísimo). Que ello me genere más o menos tráfico o lectores… pues como que no veo por qué habría de importarme. Ni que esto fuera una empresa o me dieran un premio por número de visitas.

Así es que Ana, aquí tienes respuesta a tu comentario, pero extendido. Y vaya también la misma para quienes han esperado algo parecido.

No obstante, intentaré manifestarme cuando pueda.

Y esto, señores, es lo que hay.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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