miércoles, diciembre 31, 2008

Pos eso, que le dije al jevi Nene ¿compramos un Monopoly? [¿A qué me recuerda a mí esto?]* y tal como habíamos ido a buscar al jodío Burrito Pepe del que minibere no se despega ni con agua fría, también nos trajimos el susodicho juego del Carrefour.

Toda la semana una pereeeezaaaa... y el último día me dió por sacarlo. Abueli-bere, mamá-bere, papá-bere y el jevi. Ain que yo no sé jugar a esto, ain hija qué cosas tienes, con lo torpe que está una... (abueli y madre en modo me-quejo-de-lo-mayor-questoy ON). Bueeeno, ya que el jevi y yo somos los únicos que sabemos jugar, habrá que tener paciencia.

Y repartimos el dinero. Y tiramos los dados riqui riqui ris clic clac clec. Ain... ¿lo compro? Lo compro... ain... que yo no sé... ¿pongo una casa? Y nos fuimos repartiendo las calles. Y no había manera de juntar tres del mismo color cagonsanpeobendito. Y me quedé afónica de negociar, hacer ofertas y tentar. Mamá-bere llegó a decirme que si volvía a pedirle que me vendiera el Paseo del Prado me mandaba al mencionado paseo de un patadón, seguida del tablero del juego y toas las piececitas (y eso es mucho, teniendo en cuenta que estábamos a 500 y pico kilómetros del sitio). El jevi el mu capullo no soltaba calle si no era por un pastón imposible y dos calles a cambio (anda ya y así te comas tu Calle Fuencarral con patatas). Me inflé de comprar, de poner casas... y de perder todo el dinero que tenía. La partida terminó a las 2 de la madrugada.

Yo en bancarrota.

El jevi con tres miserables billetes de cuatro perras.

Papá-bere habiendo abandonado hacía una hora y pico.

Mamá-bere y abueli... con casi todos los billetitos de color disponibles en la caja, chorrocientas casas, no sé cuantos títulos de propiedad y ji ji ji fíjate si yo ni sé ji ji ji.. ain ¡a ver cuándo jugamos otro día!.

Cagontóya con las generaciones anteriores.

 

* [Mayo 2000, el jevi en el talgo, yo en casita, vía teléfono móvil: Nene ¿y si nos casamos?]

lunes, diciembre 29, 2008

Me parece una idea estupenda eso de hacerse doce propósitos que cumplir para el nuevo año. Mucho mejor, positivo y práctico que doce deseos. Una cosa tan tonta y, si no llego a leer este post de Lucía Etxebarria, ni se me hubiese ocurrido. La diferencia fundamental radica en querer y tener voluntad de moverse, y no sólo desear que le ocurran a uno las cosas.

Por eso, he decidido publicar mis doce propósitos. Para tenerlos presente y también para que, al compartirlos, me vea espoleada por la espinita del orgullo, de la vergüenza o, simplemente, sirva para que no se diluyan las ideas en el agua del olvido, como suele ocurrirme más frecuentemente de lo que me gustaría.

Vamos allá, ejem.

 

MIS DOCE PROPÓSITOS PARA EL 2009

1. Adelgazar (unos 20 kg)

2. No dejar de nadar y, si la economía y el tiempo me lo permiten, volver a empezar con el aerobic.

3. Poner en venta mi casa.

4. Comprar otra casa.

5. Si consigo 1 y 4: ponernos manos a la obra para otro mini-bicho.

6. Ahorrar con detalles como: cocinar más y comer menos de menú (aunque comer en la oficina y de fiambrera ufff)

7. Optimizar el tiempo todo lo posible.

8. No dejar las cosas para última hora.

9. Respirar y contar hasta 10 antes de ahogarme en cada vaso de agua.

10. Leer al menos 3 de los libros que tengo pendientes (empezando por El Método Montignac y ese de cocina para peques)

11. Organizar compras y comidas de forma que no tenga que improvisar para minibere (importante para esto el libro de cocina del punto 10).

12. Este me lo dejo en blanco, porque no me gustan las listas cerradas.

 

Pues hala, aquí queda libre una idea que, si quieres, puedes convertir en meme.

domingo, diciembre 28, 2008

Tal como venía de un evento folclórico-pseudofamiliar-uy-niña-ponte-mona, me he cambiado los zapatos por unos tenis (léase zapatillas deportivas para los que habláis fisno, como se dice por mi tierra), la camisa chachi guay por una camiseta de manga larga negra con este diseño (tal cual) de Seta Loca:

 design_236

y me he ido con el costi (alias, el jevi) a una hamburguesería de esas de las que no he visto todavía ninguna en Madrid en los 7 años que llevo viviendo allí (aunque él insista en que sí las hay). Llena de carteles de tal o cual deporte, paredes blancas, mesas blancas, sillas de plástico blanco, perritos, serranitos, camperos, crestas, hamburguesas.

De vuelta a casa hemos parado en un bar a comprarle tabaco a papábere y nos hemos encontrado con esto. Hacía tiempo que no me encontraba tan a gusto en un bareto. Rock clásico (por algo se llama Classic Rock Cafe) en tres pantallas, es decir: AC/DC, la Creedence, Metallica, Megadeth, Motorhead, Neil Young, Thin Lizzy, Kiss, Dire Straits, ZZ Top, Rosendo... Ambiente y decoración cuidados al detalle, luz media y agradable. Altamente recomendable para nuestros gustos. Eso sí, para ir en pareja, porque a partir de ciertas horas suben el volumen y ya sólo oyes al otro si le pegas la oreja a la boca y te grita a todo pulmón (pero mola, de verdá de la wena).

Al jevi le han hecho los ojos chirivitas y se ha empezao a emocionar na más poner el pie en la puerta, así es que hemos decidido tomarnos allí algo visto que se iba a hacer pis encima del gusto y que yo estaba delante de la máquina de tabaco con el susodicho enganchao a mi oreja cual loro piratil en modo revele su rollo esta es master of puppets metallica rucu rucu rucu (es que el niño es un poco repelentón cuando de iluminar a los demás con sus conocimientos se trata. De hecho, la frase estrella de Gacelita con respecto al jevi es: Se aprende taaaaanto contigo. Ni que decir tiene que el tonito de choteo con el que lo dice, si bien algo pica a mi costi, tiene el mismo efecto que si quieres arroz Catalina. Vamos, que él sigue a lo suyo rucu rucu). 

Nos pedimos dos cervezas y nos sentamos en unas sillas de esas en las que parece uno una gallina en el palo. Un buen rato después me estoy empezando a preguntar por qué hay gente que se fija en mí y luego aparta la vista. Joderjoderjoder. Pues qué va a ser: que me he venido con la camiseta molona, los tenis y... dos pedazos de pendientes con el oso de Tous tamaño SOY EL OSO DE TOUS Y OS VOY A DEVORAR A TODOS, pulseras varias (perlitas, Tous, Pandora), con el pelo alisado de plancha en plan Cleopatra y pintá como una puerta. Vamos, que tengo que pasar tan desapercibida como una cucaracha en un pastel de boda.

En esto que se me acerca una chica así con cinturón de pinchos... ay madre... que me echan por petarda. Cuando está a cinco centímetros de mí, me señala la camiseta y dice: Tía, llevamos toda la noche mirándote la camiseta ¿¿qué es exactamente lo que pone?? ¿Dónde la has comprado? Moooola un webo.

Afú.

domingo, diciembre 21, 2008

Pues sí, ya soy suegra. El año pasado alguna vez minibere me dijo así como de pasada que mininovio uapo. Me lo tomé a guasa, claro.

Pero es que ha vuelto a la carga.

minibere: mininovio me ha pegao quiiii na cabesa

bere: uy eso está fatal, fatal

minibere: fatá, fatá

bere: te ha pedido perdón y te ha dado un besito?

minibere: zi... no... un abaso

(pausa)

minibere: mi gusta mininovio

(pausa)

minibere, acariciándose la cara y el pelo: mininovio uaaapooo

En fin. Y sólo tiene dos añitos.

jueves, diciembre 18, 2008

Copa de empresa, el super presidentazo que blablabla y reblá. He oído demasiados discursos y me siento idiota por habérmelos creído alguna vez. En las mesas repartidas por la sala hay canapés polly-pocket, pero menos da una piedra, pienso mientras me como uno. Y luego otro. Hago esfuerzos por no escuchar ni una palabra.

Un señor trajeado y con pinta de jefe, al que no he visto en mi vida, se me acerca y me susurra al oído: "Es de mala educación comer mientras el señor presidente da un discurso" hace una pequeña pausa y añade "pero yo también voy a picar algo". Me quedo tan cortada que le respondo "pues aquellos de allí están buenísimos". Y me pongo como un pimiento.

Al terminar el discurso la gente se lanza a las mesas como si el mundo se fuera a acabar, incluso hay quien coge los makis con la mano, pasando de los palillos estratégicamente colocados.

Conseguido: no he prestado atención al discurso ni medio minuto.

Más jefes. El mío directo se acerca minibocadillo en mano. "Y bueno, Bereni-C ¿qué opinas del discurso del señor presidente?" Eeeh... uuumm... esto...

Bien, ya sólo falta que venga otro jefe más y me sodomice.

domingo, diciembre 14, 2008

Lo mío es más negociar que estrellarme contra los muros. Claro que hay excepciones. Hay gente a la que el tiempo ablanda porque siempre fue dura, mi caso es justo el contrario y, a más edad, más fuerza, más resistencia a la presión de cualquier tipo, más darme cuenta de que hay que plantarse, más tozudez.

Me pregunto a dónde lleva la mía. Si merece la pena o si lo que no merecía la pena era ser siempre yo la que da el primer paso. Me pregunto si perder cosas por cabezonería es positivo o si mejor dejarlas ir porque ya no tengo ganas de hacer el esfuerzo y porque, por una vez, quiero ver hasta dónde llegamos.

domingo, diciembre 07, 2008

Como esa tira cómica en la que Mafalda pega con una zapatilla al periódico para atontar a las noticias, yo tengo encerradas tus palabras con la esperanza de que la falta de luz y oxígeno les quiten importancia.

Esta memoria mía que funciona como dios le da a entender, me hace olvidar lo supuestamente importante, las citas, los números y las razones. Enreda los argumentos y me deja ciega y sorda, obligándome a recurrir al humor, la negación, la sonrisa parapeto y este don-maldición de la verborrea-cortina de humo. Pero también me guarda los dolores como si fueran inmunes a la erosión del tiempo.

Mierda de memoria.

Y es que he sido lectora voraz de todo lo que cayera en mi manos. He leído con ansia y sin criterio, como un ratón de biblioteca, como el propio Firmin en sus orígenes.

Desde los impresionantes testimonios (absolutamente verídicos, OF COURSE) de la sección Qué hubiera sido de mi vida si... del Pronto, a los mini-relatos de Mi primera vez del SuperPop, cuando el sexo era algo muy lejano que a la vez atraía y aterrorizaba; hasta los folletos de los testigos de Jehová que tuve que dejar de leer porque, sencillamente, me producían pavor (si intentaban convertirme a través del miedo hacia la Bestia, por mal camino iban). Las narraciones sobre fenómenos sobrenaturales también entraban en el lote, claro, sobre todo si aparecían en revistas de famosos. Recuerdo en particular la historia de una mujer que era violada, cada mañana, por un ser invisible que se reveló un día como un monstruo. Cómics rosa en los que lo mejor que le podía pasar a una chica era casarse, para ser feliz, etc.

Y todo esto a muy tierna e impresionable edad. Qué de pesadillas, miedos, ideas falsas y tonterías. Qué de expectativas engañosas (gracias, SuperPop) y qué candidez la mía al creerme, al pie de la letra, horóscopos y consejos PERJUDICIALES de todo tipo (sobre salud, relaciones personales, etc).

En este sentido, toda esa basura no me ha aportado nada... o sí. A lo mejor he leído demasiadas cosas que no me convenía; a lo mejor es lo que necesitaba para desarrollar un sentido crítico que años después me ha servido para discriminar y ser capaz de separar la paja del oro.

Porque en mi compulsión también han caído El lobo estepario, cuando no entendía ni un pito de lo que estaba leyendo, El Principito (idem) o una recopilación de romances medievales.

En cualquier caso, me viene a la cabeza una narración de John Windham que leí con muy pocos años y que me horrorizó, sorprendió, encantó, deslumbró. La encontré en una antología de relatos de ciencia ficción que me prestó mi primo B. Jamás había leído cosas así, y jamás había oído nombrar a esos señores que firmaban los cuentos (Asimov, Philip K. Dick, entre otros). El relato se llama Una marciana tonta y además de utilizar un recurso argumental que siempre me ha gustado mucho (y que no desvelo para no estropear la historia a los que os queráis asomar a leerla) hace referencia a la afición por la lectura. Por supuesto, lo enlazo porque lo recomiendo vivamente.

De esa obsesión por la lectura indiscriminada, afortunadamente, sólo me queda la manía de leer las etiquetas, prospectos e ingredientes de cualquier producto comercial.

sábado, diciembre 06, 2008

Y es que cuando puedes disfrutar de algo todos los días ya no es tanto disfrute. Pero ten una cría de dos añitos, ve a casa de tus padres, déjalos a cargo de ella y tú pégate una siesta de dos horas. Cuando te despiertas y consigues acordarte de cómo te llamas y dónde estás, casi se te saltan las lágrimas y todo de felicidad :-)

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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