sábado, octubre 31, 2009

El peligro de los irresponsables que promueven la no vacunación y algunos comentarios sobre las falsedades difundidas por la monja científica esa en el vídeo que tantos crédulos se tragan.

Por qué les gustan tanto a algunos las historietas de conspiraciones mundiales y qué peligro tiene creérselas.

No te pierdas el artículo:

Conspiraciones y Gripe A: un peligro para la salud pública. 

However much I push it down
It's never enough
However much I push it around
It's never enough
However much I make it out
It's never enough
Never enough
However much I do

Haga lo que haga, nunca es suficiente. No soy lo suficientemente lista, ni lo suficientemente mala, ni lo suficientemente buena. No soy lo suficientemente guapa, ni lo suficientemente divertida, ni lo suficientemente asertiva. Tampoco soy lo suficientemente hábil, ni lo suficientemente discreta, capaz, eficiente, valiente, aguda, segura, tranquila, inteligente, precavida, simpática, seria, ocurrente, libre, espontánea, equilibrada, carismática, audaz, callada, reflexiva.

Nunca es suficiente para ti, ni para mí, ni para nadie.

Haga lo que haga, nunca es suficiente.

martes, octubre 27, 2009

Hoy he ido a la pelu. Una pelu de las buenas, que una es mu señorita y no tiene más narices que ir a la que tiene pegá al curro, aunque te reciba una señorita con una bata rosa, un martillo y unos clavos. Allí me han echao el tinte y he pedido que me cortasen el flequillo.

Mientras tanto, he enriquecido mi vida con los siguientes conocimientos:

1. Amy Winehouse (no, no pienso buscar si se escribe así o no, me niego a perder el tiempo en eso) está menos desmejorada y ha cambiado sus palitos de zanahoria (léase dientes amarillo-naranjas) por unas paletas de conejo que pa qué, eso sí, blancas neutrex deslumbrante.

2. Al peluquero que me ha puesto el tinte le da grima ponerse un piercing en la parte superior de la oreja, como el mío. En su opinión, na que ver con el que se puso él en la lengua, que no le dolió nada-nada-nada. A los tres días se lo tuvo que quitar porque le gusta comer como a un cerdo (sic) y la tenía tan hinchada (demostración de cómo) que no podía casi hablar.

3. Al peluquero que me ha cortado el flequillo le da grima ponerse un piercing en la parte superior de la oreja, como el mío (joder, qué obsesión, como si nunca hubieran visto a alguien con un arito ahí). Dice que debe de doler muchísimo y que los hombres no aguantan nada el dolor. Si fuese como el que lleva en el pezón (aaags, momento bere-grima dolor dolor ni harta vino me hago yo eso), que no le dolió nada…

4. Me han cortado el flequillo recto. Me he mirado al espejo. Entre el flequillo, el brillo del pelo y los ojos como platos que llevo, parezco una Cabbage Patch Kid de esas.

Cabbage Patch kids

5. Definitivamente, trabajar en una peluquería debe alterarte el sentido de lo que duele y lo que no, lo que da grima y lo que no lo da. Deben de ser los vapores de los tintes y la laca.

domingo, octubre 25, 2009

Como estoy pasando una racha regulá-na-mán y ni me apetece escribir ni ir llorando por los rincones del blog, pongo al día a los que me leen de qué está pasando en mi vida. Esa vida llena de aventuras y pasión que llevo, ejem.

Más ganas tengo de que me larguen, peor. Que me renuevan otra vez, ahora hasta mayo. Con un ojo lloro y con el otro… lloro también. Porque ya he dicho muchas veces que no me gusta, pero el otro día se me ocurrió calcular lo que me quedaría de paro y eso me gustó aún menos. Lentejas, y punto.

Con los cambios de sitio me duele la espalda a reventar. Además, tengo un tobillo jodido del pustostep y es peor con los supertacones. Eso sí, me duele de forma intermitente, según le da. Estoy para correr los cien metros valla, para entendernos. Por la  oficina me voy arrastrando con un estilazo mezcla Quasimodo con Rocinante que pa qué. Con eso lo digo tó.

Pero bueno, no todo es malo, puede ser peor. Ayer la perra de lamujertirita me dió un beso con lengua. Después de eso voy a replantearme la hipotética lista de “cosas que jamás haré” y voy a tener que tachar “que una perra cariñosa de 30 kilos llamada Galleta se me tire encima, me pille con la boca abierta y me meta la lengua hasta la campanilla”. (Sí, sí, lo tenía tal cual apuntado en la lista). Ags. El jevi dice que no me vuelve a dar un beso en la vida.

En fin.

Te echo de menos, pero no es a ti. Es a ese tú que me he inventado y que no está nunca. Rellenando los huecos de lo que no conozco, soy capaz de pintar un retrato tuyo que se te parezca tanto como un huevo a una castaña.

Así no hay forma de salir del círculo, claro.

miércoles, octubre 14, 2009

Esta vez sí que: NO SE TE OCURRA PERDÉRTELO.

en La Casa del Libro

en la Fnac

o en Navlan

o en El Corte Inglés

y, como siempre, aquí La mujer tirita

martes, octubre 13, 2009

Vuelvo al anillo de Mobius para correr en la misma dirección que tú pero en caras opuestas que son la misma, para no encontrarnos nunca.

Y es que no aprendo, joder, que no aprendo.

lunes, octubre 12, 2009

Las palomitas de caramelo crujen y te cantan desde dentro cuando vas reventando sus corazoncitos blancos de sal escondida.

Y hasta que no se acaban no recupero el resto de los sentidos enfocados hacia el exterior. Para mí todas las películas están empezadas.

Así luego no me entero de la misa la mitad, claro.

domingo, octubre 11, 2009

Keep on running
Keep keep on running
There’s no place like home
There’s no place like home

He ido a subir al Facebook algunas fotos de la última juerga con mis ex de algodonal (que sólo nos hemos corrido dos en un año, pero a lo mejor por eso han sido mejores) y he revivido ese sentimiento de bienestar, de encontrarme entre amigos, de ser yo misma, de gritar si me apetece o reírme o no hacer ninguna de esas cosas.

Y se me han caído encima los abrazos, como una avalancha de abrigos viejos.

Qué diferencia, hostia, qué diferencia :-(

viernes, octubre 09, 2009

No somos nada originales: los tipos de persona se repiten y más en una oficina. Siempre hay pelotas, trepas, víctimas, buenazos, enchufados, autistas, cotillas, pringados (los menos)… y “viejunas”. A éstas últimas, por haberlas sufrido en mis carnes, me las huelo ya a kilómetros.

La viejuna suele ser una señora de más de 50 años que trabaja mano a mano con gente de su quinta (los menos) y gente que podría ser hija suya (o incluso nieta). Teniendo en cuenta que mi madre tiene 60, no sabe leer sms y no ha tocado un ordenador en su vida (bueno, sí, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, como decía el narrador de La Historia Interminable), a mí me encanta trabajar con una persona que sabe de todo por experiencia, por aprendizaje y por edad. Que lo mismo sabe a quién acudir para esto y lo otro, que te hace pedidos en SAP como churros o conoce los mil y un fallos y soluciones de los problemas de facturación. Y ya.

Porque claro, está la cara de la otra moneda. Y es que, sea por edad, inseguridad o porque les pique la almorrana, también es bastante frecuente que se acaben convirtiendo en un grano en el culo, ya que estamos con el tópico anal.

Y es que ellas saben más que tú y tienen que demostrártelo todo el rato. A ti y a los jefes, claro, que bien que alzan la voz a volumen 15 (donde 10 es el umbral del dolor) para explicarte lo que tú ya sabes y que no has preguntado (!).

Ay de ti como sepas algo que no sepa tu viejuna. Vas a ayudar porque ves que no se aclara y el problema es que ha movido la carpeta sin querer a golpe de ratón y no, es que esto pasa mucho, es que se mueven solas las cosas, que este ordenador hace cosas raras. (Nota Bene: pista crucial para reconocer a una viejuna: su frase estrella es “esto hace cosas raras”). Cuando vas a decirle que se deshace así y asao, ¡peligro peligro! se ve amenazada y no va a permitir que una niñata (de 38 años, ejem) quede por encima de ella. Llega el momento de alzar la voz: que no, que no es esto lo que te he pedido, pero qué me has hecho!! ¡esto no estaba así! Déjalo, déjalo, que ya yo lo arreglo. Y se pasa los siguientes 20 minutos tocando cosas y murmurando entre dientes que qué le has hecho al ordenador, hasta que llama al informático y pim pam, el pobre chico tiene que subir para cambiarle a la señora la carpeta de sitio IGUAL QUE LO HABÍAS ARREGLAO TÚ. Y encima tienes que aguantar que te mire y te diga con tonito ¿ves? Esto era lo que quería.

Y así si sabes cualquier cosa de su trabajo que ella no sepa. Porque claro, una tiene tres ventajas: la rapidez mental, llegar sin ideas preconcebidas y no ser lerda. Lo que se traduce en que llegas a conclusiones sobre el funcionamiento de las cosas de modo que si algo sucede fuera de lo que es “sota-caballo-rey” puedes solucionarlo, pero ella no, que no las saques de su visión túnel me-aprendo-las-cosas-de-memoria-pero-voy-de-lista-y-me-cierro-en-no-escuchar-nada-nuevo.

Así es que la compañera con experiencia que te va a enseñar los secretos de tu tarea en realidad es una viejuna insegura y gritona que te trata como si fueras idiota (cuando la que no se entera es ella) que no te explica las cosas o lo hace a medias y que te deja en evidencia delante de la gente en cuanto te descuidas, para parecer ella la lista. Y encima con mala leche.

Y acabas hasta las pelotas.

Adivinad a quién han cambiado de departamento y tiene nueva compañera pa que le enseñe.

BINGO ¬¬

miércoles, octubre 07, 2009

Hoy he comido como los pavos para poder descambiar los Camper-tortura-pieses por mi dinerito contante y sonante o, en su defecto, por unos zapatos de abuela de ancho anchísimo, cuña terapéutica y masajeador de deditos….

y he salido del Tijeretazo Británico con esto:

image

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra (o, en este caso, con un tacón de 7,5 cm).

Sí, lo sé: me merezco con creces todas las posibles ampollas y rozaduras que me salgan pero ¡son tan monos!

(En mi descargo diré que son Hispanitas, de piel suaaaave y supercómodos sobre la moqueta de la tienda)

lunes, octubre 05, 2009

Soy una mujer de extremos. O no. Bueno, en lo que respecta a ser positiva o negativa, pues sí. No hay grises.

Me hago yo sola las películas hasta que acabo hiperventilando y, si no consigo controlarme, llego al ataque de ansiedad.

Y soy como la lechera para lo bueno: vivo en los mundo de Yupi y pienso que todo va a salir bien.

¿Un ejemplo? Los zapatos. Sigo pensando que voy a encontrar alguno que no me haga rozaduras, que no me haga ampollas, que no me deje los meñiques al rojo. He probado lona, cuero, piel, medio tacón, plano, cuña pequeña, cuña alta, anchos, de punta redonda… cuando no me jode una cosa, me jode la otra. Los últimos han sido unos Camper (baratos ellos) ideales de la muerte en cuanto a pinta de cómodos. Afortunadamente, me ha dado por andar con ellos por casa y, lo que en la tienda prometía ser bailar sobre suaves plumas para el pie derecho, aquí ha resultado que a los 5 minutos se me clavaba el borde delantero en el empeine del izquierdo y ahora, un cuarto de hora después de habérmelos quitado, me sigue doliendo.

De haber sido Cenicienta no habría llegado ni a la puerta de casa con los puñeteros zapatos, para más inri, de cristal.

Y en este p*to algodonal no puedo llevar deportivas, ni vaqueros. Hay que joderse. Hay que joderse. Hay que joderse.

También podría decirse que soy imbécil, ilusa, que no aprendo. Pero bastante blanda, cansada y harta ando últimamente como para, además, insultarme de forma gratuita.

viernes, octubre 02, 2009

Los fines de semana son cortos como fideíllos de sopa espesa. Los días entre semana, en cambio, son largos y finos como pelos en la bañera.

Hoy me ha tocado esconderme en el baño de nuevo. Hacía ya tiempo.

Debo de ser la única de este país que está deseando que la despidan ya de una puñetera vez y terminar con la agonía de la duda, la inseguridad y la desatención de mis superiores. No había visto tanta falsedad y maledicencia junta desde que me fui de [no viá poner el nombre de la empresa que ya lo que me faltaba era que se me identificase, que el mundo es MU pequeño], cuyo concesionario estrella era una merienda de negros donde la novedad era quién no había clavado un cuchillo en la espalda de quién.

Como soy cobarde y amo mi hipoteca, no me planto en el sitio de mi jefa para recordarle que existo, que merezco información (sin “in” también) y que haga el favor de decirle a RRHH que no quiero seguir allí. Fantaseo con ello una barbaridad.

Y mientras tanto voy quitando pelos de la bañera cada día, intentando que no atasquen el desagüe. Sísifo perdida.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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