jueves, septiembre 20, 2007

Hoy he estado en una iglesia. La puerta estaba abierta y yo, simplemente, me he dejado llevar. Allá al fondo dos sacerdotes preparaban la misa. La gente iba goteando y colocándose al tresbolillo. Me pregunto cómo puede oler a cera si ya no hay velas; a lo mejor lo que siempre he tomado por cera quemada es algo que flota en las iglesias. El eco en los techos altísimos, el crujir de la madera, ese susurro que parece recorrer las paredes. Me he sentido cómoda.

Han sido muchos años de adoctrinamiento, de ir a misa, de leer, de escuchar e incluso, al principio, de creer. He vuelto a oir las palabras que dan inicio al rito: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Y yo no me quería mover de allí. Si no hubiera sido por la peque, me habría quedado a escuchar los mantras repetitivos, el eco rebotando, los sonidos magnificados por el silencio cruel, la carta a los corintios de San Pablo. Hubiera repetido las palabras, hubiera hecho los signos. Me he sentido cómoda y a la vez he tenido una extraña sensación de vuelta a un sitio querido (?).

Han sido muchos años de adoctrinamiento. Me he acordado de un profesor que nos daba razones para la grandiosidad de las iglesias en el pasado. Una de ellas era crear un ambiente que envolviera al que entraba de modo que se creaban unas condiciones tan diferentes del exterior y tan efectistas, que conseguían aislar al individuo y hacerle sentir, a la vez, temeroso de dios, asombrado de su grandeza, insignificante ante su magnitud. ¿Habrá sido algo así? No lo sé. Pero me ha costado arrancar. La niña me esperaba en casa para bañarla y darle la papilla.

Y al pensar en ella me he despegado de la misa y he sonreído. Porque ella no va a ser adoctrinada. No va a sentirse culpable por inventos de los hombres, ni obligada a rendir cuentas según sus normas, no va a creer en que todo lo arregla un ser superior magnánimo pero implacable, va a ser dueña de su vida. Y, como mínimo, en ese aspecto, va a ser libre.

lunes, septiembre 10, 2007

¿A qué sabe una pantera rosa?
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Tic tac tic tac tic tac
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¡Falso!

En la página de Bimbo pone, literalmente:
Un delicioso bizcocho relleno de crema, bañado de chocolate rosa.

Pero en los ingredientes ¿alguien encuentra la palabra cacao o chocolate? La primera en la frente.

La segunda: los aromas que lleva: vainilla,NARANJA... y ni rastro de fresa. Y yo ODIO los pastelitos con sabor a naranja. Ay madre. Pero estos me los comía sin saberlo. (Va a ser por eso que dicen que en la ignorancia está la felicidad).

Pues sí, ni fresa, ni chocolate ni narices: a naranja. Probad una y saboread con atención.

[Reflexión post-post prescindible pero que refleja el alma torturada y el debate interno de la autora en un corto pero intenso monólogo interior: Dios mío, qué vendrá después de esto. ¿Están hechos los Phoskitos a base de Starlux? ¿las galletas Príncipe de como-se-escriba no son galletas sino posavasos de espinaca? ¿llevan almejas entre sus ingredientes los donuts? Esto es el acabose. Entre lo de los payasos tocando sardanas y esto, el mineralismo (léase: apocalipshi) va a llegaaaaarl.]

domingo, septiembre 09, 2007
ATO

Aiiiiin que reviento de orgullo. A falta de una semana para los 10 meses, mi bicho, mi fiera corrupia, mini-Bere, ha dicho su primera palabra con intención.

¿Y qué ha dicho? ¿mamá? ¿papá? ¿agua? ¿chupete? Pues no, ha dicho ATO (gato).

Manda narices...

Por otra parte, qué se podía esperar de una Bere en miniatura (eso sí, con toda la cara de su padre) a la que su madre se pasa el día enseñándole un libro para bebés con fotos de gatos, le pone vídeos donde salen gatos, tiene gatos por toda la casa (fotos, grabados, de cartón piedra, de madera...) y la suelta "a la caza del minino" gateando a toda pastilla en persecución (plagada de gritos, manotazos y derrapes) de los sufridos pelirrojos que se pasan el día panza al sol en casa de mis padres. Menos mal que son unos santos. Uno de ellos la última vez acabó tan harto de la moco espídica que acabó volviéndose y pegándome un mordisco A MÍ.

Y a todo esto, la tía sigue sin decir "papá" y sólo dice "mamamamamamamamama" cuando está cabreada.

Cría cuervos...

viernes, septiembre 07, 2007

La Policía multará con 90 euros a quien vocee con los megáfonos

Estas noticias le hacen a una recuperar la fe en el género humano.

P.D.: Si alguien conoce un pisito de alquiler y un par de puestos de trabajo en Valladolid así a bote pronto: razón, aquí.

domingo, septiembre 02, 2007

No me gusta el jazz. Ea. Es más, me pone de los nervios. Ese ritmo repetitivo y que a mí no me atrapa, esa sonrisita bobalicona del batería haciendo chim pum chim pum chim pum moviendo la cabeza cual perrito en bandeja trasera de Seiscientos y esa frente perlada de sudor, hacen que mis músculos se muevan al compás en perfecta sincronía con la música buscando a tientas un objeto punticortante (Lewis Carroll dixit) [detalle pa' que se vea que TAN inculta no soy, nótese] para matar al ser humano más próximo.

Maldita la gracia que le veo a San Woody Allen Bendito con sus paranoias, sus tics, su voz insegura... y lo feo que es el hijoputa.

No es que no me guste Bob Dylan, es que es verlo y acordarme de las cabras con esa voz amarga y beeeeeeee temblona, esa cara de vinagre y esos pelos de albergar dentro el circo Ringling de pulgas y piojos e incluso un piano de cola.

Las comedias de enredo americanas del año la polca (La fiera de mi niña o, más reciente, Qué me pasa doctor). No me hace gracia ni lo torpe que es el galán (¿o debería decir gañán?) ni las salidas de tono totalmente fuera de lugar de la malcriada de turno. Es más, me da hasta rabia.

Hay buen cine español... pero yo no lo conozco. No, en serio, hay MUY BUEN cine español, lo que pasa es que el 99% de las pelis que veo en cartelera o bien aon unos dramones increíbles, o bien se centran en lo más sórdido de la sociedad o bien... tetas y culos, lo de toda la vida. No entiendo ese culto a lo feo, a lo patético, a lo aburrido, a lo peor de lo peor. No me creo a la gran mayoría de los actores españoles. Me dan grima los diálogos recitados con afectación, las pausas imposibles, el ritmo estudiado. Yo voy al cine a disfrutar, a entretenerme, a aprender, a evadirme. Si quiero amargarme viendo amargados, pues... me quedo en casa y me espero a que me venga el SPM, que mola un montón y es más o menos lo mismo pero sin droga ni ambientes marginales. Conclusión: no me veréis en la cola de ningún cine para ver NINGUNA película española.

El teatro me gusta un montón, pero soy demasiado perra para ir. Vamos, que si voy es porque me arrastran.

EXCLAMEMOS TODOS JUNTOS (los tres gatos que leen el blog y servidora): Uy sí qué poco culta, qué poco gusto, qué pena y bla bla bla.

En resumen: que me toca un pie todo esto.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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