jueves, diciembre 27, 2007

Que he dejao el régimen, mirusté mirusté qué pena, no sé si volverá (do-re-mi, do-re-fa).

La empresa que al final no me ha contratado fabrica unas pilulas mágicas que actúan a nivel neuronal provocando sensación de saciedad y eliminando tanto la ansiedad (y, por tanto, la ingesta compulsiva de alimentos que de ella se deriva en personas como yo) como el hambre (viva, bravo, la fórmula de la felicidad). ¿Y qué me han dado a cambio? Una depresión y un constante estado de irritabilidad salpicado de ataques de ansiedad que ríase usted de la señora Seisdedos cuando se cruzaba con Arlequín.

Es decir, que primero me hacen pasar por dos entrevistas, luego me comunican extraoficialmente que me queda la tercera y última pero no me llaman y me tengo que enterar por mis medios de que el puesto está cubierto y, se ve que, para cubrir semejante desliz y malafollá, deciden matarme, eso sí, de modo que parezca "un accidente".

Pos mirusté que no, que hace más de una semana que he dejado las pastis. Que tengo más hambre que el perro un ciego y que probablemente haya engordado uno o dos kilos pero JODER QUÉ BIEN ME SIENTO AHORA Y QUÉ CONTESTA ESTOY OSTIAYA.

Ea. ¿Mesentiende o tengo que coger el ladrillo y liarme a bolsazos contra el que me toque las narices?

Pues eso.

lunes, diciembre 24, 2007

Desde que mini-bere-speedy (alias "la terremoto") empezó a andar, esto es un estrés que sólo entenderán los que lo hayan sufrido. Se levanta, se sienta, coge dos cosas cualquiera, se va a toda pastilla golpeándolas una contra la otra como si fuera un mono con platillos, coge una galleta, se la mete en la boca, la refriega contra el sofá, se cae, se levanta, tira la galleta, coge el correpasillos, se lanza contra las paredes, coge el barco de juguete, recupera el delfín, ve los imanes y se va pa ellos, delfín en una mano y caracol en otra sale corriendo a toda pastilla hacia el dormitorio, coge el teléfono, se lo pone en la oreja, se lo lleva al salón, tropieza, se cae, se levanta, coge una banqueta de plástico, le coloca el biberón del agua encima, lleva la banqueta arrastrando por todo el salón, decide coger el biberón, se va para el cubo de la basura como una flecha MINI-BERE NO MINI-BERE NO!! tira el biberón a la basura y cierra la tapa, me mira, sale corriendo, va hacia el cuarto de baño, se pilla la mano con la tapa del retrete, lloriquea, se vuelve y va derecha hacia la escobilla...

Ayer se me ocurrió preguntarle al sufrido Deye (catarro va, catarro viene, todos se los trae mini-bere de la guarde, todos los pasa ella con un par de atchis y todos se los pega al padre que se me tiene que dar de baja de lo malito que se pone) que qué le gustaría que fuese el próximo (hijo, se entiende). A lo que todo convencido me contestó: "De madera. El siguiente, de madera".

miércoles, diciembre 19, 2007

Ingredientes:

* 1 ballena, a ser posible, blanca como la leche, cegatona como un topo

* 1 bañador modelo "Morcón Ibérico"

* 1 gorro de baño estrujasesos como para disfrazar a lamujerballena de cohete espacial/bolígrafo bic/misil/supositorio (táchese lo que proceda)

* 1 gafas pa nadar con goma que marque bien los laterales de la cara al salir (opcional: ponerse autobronceador por toda la cara menos la zona de las gafas para obtener prestigioso look a lo David Meca)

* 1 recipiente de agua más bien tirando a grande, como para que quepa una ballena, vamos

 

Preparación:

Échese la ballena en el recipiente de agua al que, a partir de ahora, llamaremos mieldapiscina. Dado que estamos hablando de un animalito (ejem) ciego como un topo, obsérvese cómo el pobre bicho bracea (sí, sí) totalmente descolocao, intentando usar su dispositivo de orientación ultrasónico (HIIIII HIII AAAIIII HIIIII AARFSS AAGSS MAJOGO AAARFS HIIII) sin mucho éxito, dado que sin gafas y con las mieldagafas estrujasesos no se ve un pimiento. Después de media hora en remojo, sáquese al bicho y repita varias veces "yo no he nasío pa hacer ejercicio físico".

 

En otro orden de cosas ¿he contado ya que me he apuntado a natación?

lunes, diciembre 17, 2007

Hace muchos años, me regalaron un libro de historias dibujadas (no, no eran "cómics") donde se encontraban leyendas como la de El Monte de las Ánimas de Becquer. Recuerdo que me desagradó mucho el cuento de un prisionero al que la Inquisición iba a ejecutar al día siguiente. El ilustrador había dejado patente el estado físico del reo al llenarlo de pústulas, manchas y heridas que, junto a la expresión desencajada y arrugas de la piel, conformaban una imagen que me impresionó tanto como para seguir recordándola tanto tiempo después.

La historia era la de su huida del calabozo donde alguien había dejado la puerta abierta sin querer, a través de los pasadizos del lugar. Siempre al borde de ser descubierto, escondiéndose y con el corazón encogido. Por fin llega a una grieta en el muro por donde entra la luz cegadora de la mañana. El prisionero no puede creerlo y llora de alegría al atravesar el agujero. Al otro lado lo espera el Tribunal. Se trata de una forma más de tortura, la última, la tortura de la esperanza. En la última viñeta se ve cómo el condenado arde.

Esta mañana me han comunicado, después de dos entrevistas, que no he superado el proceso de selección para un puesto en el que había puesto todo mi empeño. En fin. Al menos no he sufrido ninguna combustión espontánea al recibir la noticia por teléfono.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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