jueves, febrero 22, 2007

No me voy a andar con tonterías y voy a afirmarlo nada más empezar y rotundamente: ¡qué lista que es mi niña! Y es que, no sé los demás niños, pero la mía, señores, viene con RADAR incorporado y varios detectores a cual más sensible. ¿Que no me creen? Palabra de oveja (desatada). Expongo a continuación una serie de ejemplos que no vienen sino a confirmar que el tal Murphy ese era un soplagaitas.

Detector nº1: Están dando el tiempo en la tele. Galicia, chubascos blablabla, Cantabria nieblas blablabla, ajam, Cataluña fuertes vientos blablabla... nieblas por aquí, temperaturas por allá, ajam. Madrid... ¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! A la mierda. Y lo mismo para: resolución de cualquier caso de CSI, frase ingeniosa que da la clave de la enfermedad en House, ingrediente secreto de la cocina de Ariel... Tiene un detector la tía que la impulsa sin remedio a proferir gritos que ni la mismísima Juana de Arco en la hoguera (cuando se le derritió el walkman, como diría Morrissey), LO JURO.

Detector nº2: Salir de casa es como organizar un viaje a Japón para tres años. Todo preparado después de HORAS. Me he duchado mientras ella estaba en el columpio, he aprovechado una mini siesta para vestirme, la he cambiado, ha comido, he conseguido ponerle el abrigo y tragarme el correspondiente berrinche. Abro la puerta, llamo al ascensor... snif snif... pero pero... ¿a qué demonios huele aquí? Hala, pa dentro. Este es el detector de: como mi madre está agobiada y llega tarde, voy a: cagarme/echar una bocanada/tirar el chupete al suelo (táchese lo que proceda).

Detector nº3: Este pongo directamente sus pensamientos. "Como mis padres acaban de sentarse a la mesa y mi madre acaba de poner los platos calientes (y son huevos fritos, que fríos dan un asco que pa qué) voy a ver si armo la de dios es cristo y les jodo la cena, ea, que hubieran puesto medios"

Detector nº4 (y el que más me jode): Estoy por empezar a usar claves secretas para hablar con la gente. No sé cómo ha logrado entender lo que digo a los tres meses. Si no, no se explica que CADA VEZ que al día siguiente he quedado con alguien, tengo una cita importante, tengo que ir a varios kilómetros de casa, voy de viaje... y necesito dormir o, al menos, no ir hecha una zombie, esa noche decide que es San Rorro Llorón Por La Gloria de Mi Madre.

Y bueno, en el detector nº4 estamos: mañana tengo que levantarme a las 9 y, además, he quedado a mediodía con unos amigos. Son las 3 de la madrugada y acaba de dormirse. Pero no como los demás bebés ¡eso sería dejar de fastidiar a mamá y no entra en los planes, no! Se ha dormido en el columpio donde la he soltado porque no podía más. Y ahora tengo que meterla en la cuna, y se despertará y seguirá la juerga.

Qué bonita es la maternidad, sí señor. Pa que luego digan que las madres estamos ciegas con los hijos. Si esto que he contao no es de ser una superdotada, que venga dios y lo vea. Y el Murphy, ya os digo, un pringao, un principiante.

viernes, febrero 09, 2007



Para quien no se sepa el chiste, que pinche aquí.

martes, febrero 06, 2007



Soy fan incondicional de la serie Me llamo Earl. El protagonista, después de años cometiendo fechorías, decide apuntarlas todas en un papel para ir arreglando todo lo que hizo mal. Él cree en el Karma, una fuerza del Universo según la cual toda buena acción tiene como consecuencia algo bueno, y todo lo contrario. De este modo, si obtienes algún beneficio no merecido, el karma hace que te ocurra algo malo para compensarlo. Así es el karma, como dice Earl.

Hace algo más de una semana que la peque duerme por las noches 3-4 horas, se despierta para comer, y vuelve a dormir unas tres horitas. Hasta ahora no dormía por las noches más que tramos de 15-20 minutos y yo estaba al borde del agotamiento físico y mental más absoluto. Esto es el paraíso :-) Claro que, también, en ese tiempo, me he acatarrado dos veces, me he quedado en la postura del teto al ir a soltar a la fiera en la cuna por un extraño pinzamiento en la espalda que me ha tenido baldada un día entero (cuatro de la madrugada, sin poder moverme y gritando: ¡NEEEENEEE NEEENEEE QUÍTAME A LA NIÑA DE LOS BRAZOS, AAAAAAAY! ) la niña, por su cuenta y riesgo, decidió hacer vuelo sin motor en un súper para espanto de su madre y horror de los presentes que presenciaron como el carrito hacía la cabra y su madre, por este orden, la leona de Castilla y luego la Magdalena; y ahora, además de ir soltando mocos verdes a troche y moche, que ni el fantasma salchichero de Ghostbusters, hablo como si fuera un híbrido entre la Duquesa de Alba y el Gallo Claudio.

Hoy la moco ha dormido 6 horas del tirón, acaba de comer y se ha vuelto a dormir. Estoy acojoná... HOY NO SALGO DE CASA.

lunes, febrero 05, 2007

Reproduzco aquí, íntegramente, un post de Gerardo García-Trío, autor del siempre interesante blog Bajo el Volcán. No hago comentarios porque me pierdo... y porque tengo a la fiera corrupia en la cuna a puntito de arrancar por soleares.

22 enero, 2007

La AVT pone una querella a Javier Marías

La organización de extrema derecha Asociación Víctimas del Terrorismo pone una querella a Javier Marías. La "razón" es este artículo de Marías, que suscribo totalmente, en su sección "LA ZONA FANTASMA" en El país semanal de este 21 de enero de 2007:

Un país demasiado anómalo

En verdad este país es anómalo. ¿Qué ha pasado en él para que hasta el colectivo de personas que merecía –y tenía– toda nuestra compasión, nuestro respeto y nuestro apoyo se esté convirtiendo en uno de los grupos sociales más antipáticos, irrazonables, verbalmente agresivos y –lo que es peor– temibles? Desde que el señor Alcaraz se puso al frente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, ésta ha pasado a ser, para gran parte de la población, algo con lo que más vale no cruzarse ni encontrarse en la calle, y yo no sé hasta qué punto sus miembros más sensatos, menos manipulados y envenenados –aún habrá muchos, espero–, se dan cuenta del flaco favor, incluso del enorme daño, que ese dirigente les está haciendo al utilizarlos principalmente como “brazo manifestante” de la extrema derecha mediática, encabezada por la emisora radiofónica de los obispos siembracizañas.

El día del primer atentado mortal de ETA tras su larga tregua tácita o declarada, una buena amiga mía, que vive cerca de Sol, se acercó tranquilamente a uno de los quioscos de esa plaza para comprar el periódico. Se encontró allí con verdaderas masas, lo cual no tiene mucho de particular en las desaforadas y estiradísimas fechas navideñas (solían iniciarse el 22 de diciembre, ahora los comercios y los alcaldes las adelantan un mes, cosa demencial e insoportable, y más o menos equivalen al Ramadán, en lo que se refiere a paralización de la vida activa). Pero le llamó la atención la proliferación de banderas españolas, y se puso alerta. Al contármelo hizo hincapié en lo que todos los moderados de este país sabemos, con tristeza: ¿qué clase de lugar es este en el que todavía nos sobresalta y alarma la abundancia de enseñas del país nuestro? (No sé si quienes abusan de ellas para sus fines particulares son conscientes de cuánto las ensucian, a ojos de la mayoría.) Allí estaban congregados los miembros de la AVT, con pancartas llenas de insultos y de disparates, pidiendo, a estas alturas, “la verdad sobre el 11-M”, y acusando no tanto a ETA, que acababa de dinamitar Barajas, cuanto al Gobierno socialista. Mi amiga compró EL PAÍS, como suele, y el quiosquero le dijo: “Este sí me queda. Hoy aquí se ha agotado La Razón y se está agotando ya El Mundo, mira cómo está la plaza”. Ella no sólo miró, sino que oyó. Algunos manifestantes, muy cerca de ella, gritaban: “¡Hay que fusilar a Zapatero! ¡Hay que fusilarlos a todos con una Parabellum!” No pudo reprimirse y los miró, como diciendo: “Miren, aquí ya no se fusila a nadie”. Ni siquiera llegó a decirlo, no le dieron tiempo, así que los miró con reprobación tan sólo. Pero eso bastó, y que llevara EL PAÍS bajo el brazo, para que los energúmenos de la AVT (cuesta escribirlo: ¡energúmenos en la AVT, merecedora hasta hace no mucho de toda nuestra simpatía!) se pusieran a seguirla en su recorrido y a llenarla de improperios. Esos individuos eran guerracivilistas. No sólo por los insultos que escogieron (“¡Perra, roja, miliciana, guarra!”; en el 2007, parece increíble), sino por montar en cólera al ver el diario que ella leía. Mi amiga siguió adelante, sin ya volverse, pero al comprobar que la retahíla de injurias no era cosa momentánea y no amainaba, dio media vuelta y, como me dijo con gracia, entró a “pedir asilo político” en la Librería Méndez de la calle Mayor, cuyos dueños no se sorprendieron y le confesaron que no era la primera vez que tenían noticia de escenas parecidas. Tres días más tarde mi amiga fue a su banco, y allí le contó el cajero que, sólo por llevar este periódico –sin que en su caso mediara ni mirada–, miembros de la AVT, el mismo día del atentado, lo habían seguido llamándolo “¡Hijo de puta!” durante un buen trecho. Mi amiga, así pues, no fue la única víctima de las Víctimas, o de sus jaleadores.

Yo he oído contar muchas veces a mis padres que durante la Guerra Civil los motivos para sacar a alguien de su casa y darle el paseo eran a menudo proporcionados por los porteros o los vecinos: “El del segundo leía El Socialista”, se chivaba el portero a los falangistas sevillanos, y eso bastaba para que éstos subieran por él y se lo cargaran. “El del tercero iba a misa”, acusaba un vecino ante los milicianos madrileños, y éstos ya veían razón suficiente para borrarlo del mapa. Esto se parece demasiado a la actitud observada el 30 de diciembre por algunos miembros de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Hay que decirlo una vez más: a las víctimas de ETA hay que compadecerlas, alentarlas, ayudarlas, procurar que reciban justicia y resarcirlas en la medida de lo posible, porque han pagado y sufrido en nombre de todos. Pero ser víctima no da la razón, ni hace más sabio, ni convierte a nadie en santo, ni lo exime de su obligación de respeto hacia los demás ciudadanos. Si una víctima delinque, no por eso deja de ser víctima, pero pasa a ser también un delincuente. Y si una víctima persigue e insulta a quien le lanza una mirada o lee el diario que le apetece, tampoco dejará de ser víctima, pero además se habrá convertido en un energúmeno, un intolerante, un enemigo de la libertad y un miserable. Que el señor Alcaraz, de quien las Víctimas están siendo víctimas en los últimos tiempos, se pare a pensarlo un minuto, y se aplique el cuento.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

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