viernes, enero 29, 2010

La hicieron fija en noviembre, cuando había entrado casi tres meses después de mí y yo sigo sin serlo. Llegar y besar el santo, que le dicen. Y en más de un sentido.

Hoy le ha comunicado a la jefa que está embarazada de dos meses. Comentarios de la jefa: “No sé por qué estás nerviosa, si no echamos a fulanita, que se quedó también al poco de hacerla fija, no te vamos a echar a ti”. Y “¿Vas a comunicarlo ya? Yo tú esperaría, por si pasa algo”.

Hala, con dos cojones y un palito.

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Y bueno, si cada día se confirma que aquí los mandos tienen la sensibilidad de un cardo borriquero, también me voy haciendo hueco entre la gente. Algo es algo.

jueves, enero 28, 2010

No hay cierre de mes que no me pille en baja forma. Las hormonas y los virus se ponen de acuerdo y se van turnando para hacerme la puñeta. Los cierres suelen hacerse el último viernes de mes y por eso, en lugar de salir a las 3, nos quedamos hasta que se termina. Eso pueden ser las 6, las 7, las 8, las mil y monas…

Ayer fui a un hipermercado. Compré tres paquetes de compresas de diferentes tamaños, cuatro de tampax, uno de salvaslip y una tableta de chocolate.

Hoy he perdido la cuenta de cuántos antigripales llevo en el cuerpo.

Mañana es cierre de mes y trimestre.

Socorro.

viernes, enero 22, 2010

Son las 6 de la tarde y el pobre señor, entre reuniones y reajuste de horarios para comer, tiene más hambre que el que se perdió en la isla (que veía margaritas y se creía que eran huevos fritos) <<—mi padre, fuente de sabiduría popular. Quedamos en un restaurante cerca de mi algodonal y su hotel.

Ñam ñam arfs me va contando glups ñam despacito y con buena letra. Que si es una idea, que si hay que hablarlo, que de aquí lo mismo no sale nada… ñam ñam. Que por qué no como yo algo también, que si no ceno arfs glubs. Uy no, pa una vez que no me ciegan las tartas del sitio este y a estas horas, como soy taaaaaaaaaaan cool, me pido un solo con hielo.

Bla bla bla… ñam ñam… bla bla… ñam ¿quieres otra cosa? Bueno va, otro solo con hielo.

….Vuelta a casa…

A las 3 de la madrugada tengo los ojos como platos (tamaño ensaladera, pa ser más precisos) y la sensación de que, si me dan un par de maracas, soy capaz de cantar y bailarme el repertorio entero de Machín, las coplas del querer y un par de discos de Rammstein (maracas cover, por supuesto, que no es plan de perder el ritmo).

El jevi me mira, medio sopa, que acabo de despertarlo con mi decimoquinta vuelta. Levanta la cabeza a duras penas y refunfuña: Mññbss… descafeinado, copón. ZzzzzzZZZzzz.

jueves, enero 21, 2010

Hace un par de semanas me puse uñas de gel. Molaba tó. Larguiiiiiiiiiiiiiiiiísimas y moniiiiiiiiiiiiísimas de la muerte. Y un coñaaaaaaaaaazo para escribir.

Ayer volví a que me las rellenasen. Y me tocó la china ama-sado. Ras ras ras RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS lima p’arriba ras ras RAAAAAAAAAAAAAAAAS lima p’abajo. ¡Ay! Me mira, sonríe. Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis RAS RAS RAS. ¡Ay! Ni pío.  ¡RAS RAS RAS RAS RAS! (Ahí, ahí, con rabia). ¡RASRRÁS! Y es que, si no te gusta que te den palique, este es tu sitio. Aquí no habla español ni el tato. (¡RACARRÁS!)

Sí, sí –te dicen a todo. Ya les puedas estar preguntando que si te puedes dar una capa de color en casa o que a cuánto están las peras de Jumilla.

Después de agotar todos los sinónimos de dolor (pena, daño… ahí se me acabó el repertorio) tuve que recurrir al socorrido ¡AY! señalándome el nacimiento de las uñas. Y que si quieres arroz, Catalina. No sé para qué me callé el que me haces daño jodía china los cojones, si total, pa lo que se iba a enterar… En fin, un show de mímica, sonrisas y síes que ni el Circo del Sol. ¿Marcel Marceau? Un aficionado a mi lado.

Pues eso, que aproveché para que me las cortasen y QUÉ GUSTAZO VOLVER A ESCRIBIR BIEN Y CON VELOCIDAD, COPÓN. :D

miércoles, enero 20, 2010

Hace un día estupendo para que a las pinzas de depilar les haya dao un chungo y estén como la boca de Espinete (es decir, torcidas) y tener que ir a currar en modo Blas ON (por seguir con Barrio Sésamo, pero lo mismo podría haber dicho a lo Frida Kahlo). Y más sin saber si al turco lo veo hoy o mañana.

El turco. Claro, que no he hablado aquí de él. Bueno pues, para resumir, es un señor mu listo y mu molón con el que trabajé en mi anterior algodonal, que ha venido a España y me habla de la posibilidad de un puesto como asistente. Tomayá. (Na concreto, todo en el aire).

En fin, con mis megacejas, al menos, parecerá que tengo el ceño fruncido y se me verá cara de interés… Entre eso y el bigote, espero que me identifique con el pueblo turco y me ofrezca el curro de mi vida. Además, me he lavado el pelo (yo hirsuta pero MU relimpia) y, como nunca me lo seco con secador, iré rezando para no cruzarme con Angel Cristo, por dios, que como me vea me mete en la jaula con los demás leones.

Seguiremos informando.

viernes, enero 08, 2010

No importa los años que pasen ni las veces que la escuche, no me canso de esta canción.

Y cada vez que se acerca una despedida es como volver a encontrarla. Porque hay gente a la que, por circunstancias (de la vida, que se dice) un día sabes que vas a dejar de ver. Los “seguiremos en contacto” van cayendo como las hojas en otoño, así, tan dulcemente que no nos damos cuenta. O sí, pero todos nos callamos.

Gente a la que tienes un cariño especial pero con la que no te une más ese nexo que desaparece o de la que vas a estar lejos y sabes que vas a perder. Lo sabes.

Y es algo triste pero soportable, como saborear los restos de un terrón de azúcar sabiendo que no habrá más, mientras oyes en tu cabeza y tratas de trasmitir de alguna estúpida manera telepática esos don’t you forget about me y los as you walk on by, will you call my name?

martes, enero 05, 2010

Ya desde antes de conocerla, Ñ. la echaba de menos porque nunca estaba. Con un dolor sordo de comienzo, de sonrisa abierta.

Se asomaba a la ventanilla del tren con la esperanza de, pero sólo con la esperanza. Bueno, eso no es del todo cierto: también llevaba el miedo, la ilusión y la cosquilla en el estómago, como si estuviese enamorada, qué cosas.

Primero se intuyeron, se dejaron mensajes de eco, de modo que cuando Ñ. llegaba a un lugar donde ella hubiera estado, oía el final de sus palabras. El inmenso placer consistía en jugar a hacer combinaciones de posibles significados sólo con unas pocas sílabas.

Luego, conscientes una de la otra, se fueron mandando pequeñas fruslerías en botellas que bebían con avidez a destiempo.

Y así pasaron los días. Y se encontraron. Pero, como todo, al descompás. Hasta que el tren dejó de pasar por aquellas estaciones, escasearon las botellas, el eco empezó a dormirse en las cortinas.

Y después de conocerla, Ñ. la echaba de menos, porque nunca estaba. Con un dolor sordo de adiós, de ojos cerrados.

Qué cosas.

lunes, enero 04, 2010

Si trabajas en una oficina y durante tus ocho horas de jornada te pasas unas nueve horas tecleando, si tienes un portátil cuyas teclas sobresalen lo que las tetas de Heidi o el mandao de Ken, NO, repito, NO se te ocurra irte a un sitio de uñas monísimo de la muerte a ponerte unas uñas de gel monísimas de la muerte con las que tardes una hora en escribir un post de briconsejo de apenas ocho líneas y cuyo contenido tengas que corregir chorromil veces porque no atinas con las teclas.

De nada.

Edito. Fe de erratas:

1. Donde en el título pone “bricondejo” léase “briconsejo”.

2. Donde en el texto pone “no se te ocurra” léase “no se te ocurra ni jarta vino a no ser que seas gilip… y masoca”.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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