miércoles, octubre 29, 2008

Llevo tres días aquí vegetando y poniéndome hasta el culo de bollos en los intermedios. El que nos está dando la tabarra ahora, tras pasarse el horario por el forro de sus gafas de pasta negras y llegar casi una hora tarde, nos lanza, a golpe de gomina, mohines y escurridizos dedines de bailarina del Bolshoi, tal batería de tecnicismos y siglas en su peculiar inglés engolado (e INCORRECTO) que nos tiene a casi todos justo en al límite del coma profundo.

Ya he pasado por la fase A) querer arrancarme las orejas, B) hacerme la muerta y que me saquen de allí, C) morirme, directamente.

En la fila justo ante mí, tengo la GRANDÍSIMA suerte de tener sentado al Gran Gurú, al dios de estos temas, que no sé qué pinta en este curso si ya lo sabe TORO TORO Y TORO, y no duda en matizar, cuando lo cree conveniente, las palabras del Sr. Gomina-Gestitos-profesor.

El susodicho Sr. Gomina no sólo aplaude y alienta al borrico, sino que se pierde en su palabrería y la mayoría de las veces se olvida hasta de dónde está, embelesado con su propia inteligencia. De hecho, no nos sorprendería que empezase a tocarse, tan enamoradísimo de sí mismo se ve.

De todo esto estoy sacando varias enseñanzas útiles. A saber:

1. Que el Hemoal es un magnífico remedio contra las bolsas de los ojos (Sr Gomina-Gestitos dixit)

2. Que por muy pedante y amanerado que pueda ser un pimpollo, no quiere decir necesariamente que no sea hetero (o que su señora esposa no sea una tapadera, clarostá), a pesar de que el 99% del alumnado opinase lo contrario.

3. Que, si uno se pone, puede pasar tres días dando un curso y llamando a la misma persona por hasta cinco nombres diferentes, no importa las veces que la susodicha le corrija.

Ay madre qué ganas tengo de volver al trabajo. ¡Que vivan los cursos de formación de empresa! Grumpf.

martes, octubre 28, 2008

A mí es que la lluvia me gusta horrores. Y no acabo de entender esas caras y esos mohines de "tengo el cuerpo igual que el día". Pues no.

La lluvia: la excusa perfecta para ponerse las siempre chulas botas de goma y chas chas chas saltar en los charcos o meterse en otros profundísimos para, de cualquier forma, conseguir que el agua acabe entrando por arriba. Y los pies dentro chof chof porque merecía la pena a pesar de la regañina segura.

El chasquido de los coches en el asfalto, el olor a mojado, las gotitas como mordisquitos fríos chipichop chipichop, la piel de gallina. Y el cielo de gris elegante como si fuese un novio con chaqué. Las nubes gordas y pesadas, con los pechos a reventar de lluvia. Y a llorar y a gritar y a reír. Pero siempre salpicando.

El reflejo rojo cristal de los semáforos en el suelo. Ris ras ris ras ese triángulo de burbujas que queda en el hueco entre los dos limpiaparabrisas, imposible de llenar.

La música de susurros y tambores diminutos sobre los tejados, sobre los cubos de basura, las chapas y las hojas de los árboles, azotadas merecidamente. El baile de las gotas en los cristales, el relato de Cortázar.

Y llueve y llueve y llueve como si el mundo fuera a desdibujarse.

La lluvia como redentora, arrastrando todo el polvo, limpiando mi alma de barro. Me abrocho el chaquetón impermeable, me calzo el gorro de plástico y voy dejando atrás, a simple golpe de talón, el pasado, el miedo y caras en la lluvia, sabiendo que no soy la nueva y anónima esposa de Lot y que no voy a volverme, y que no queda nada que mirar.

domingo, octubre 26, 2008

Esto es algo que he sentido miles de veces, algo que pienso y a lo que nunca he dado cuerpo por escrito. No sabría expresarlo mejor. Pasen y lean a coco.

jueves, octubre 23, 2008

Menos de una semana. Eso ha durado mi determinación.

Y es que no se me pueden pedir peras porque ni siquiera soy un olmo.

Y es que la cabra tira al monte y el alacrán le picó a la rana.

Pero me encuentro mucho mejor siendo un poco más yo misma.

Ain.

lunes, octubre 20, 2008

Ay qué pereza pero sí. Toca el momento tortuga, meter la cabeza, esconder los miembros. O el mandarina, endurecer la piel y hacer que palpite el sol entre mis costillas reconvertidas en pepitas (y toda por dentro de color naranja dulce).

Ay qué pereza renunciar a compartir y tener que bajar las persianas. Hacer el esfuerzo de no ser yo misma, acostumbrarme a la semioscuridad. Volver a pasar las horas como flotando, sonrisa hueca y dientes brillando. Aprender a no tenerme miedo cuando estoy sola. Respirar los silencios como si fueran algo deseado. Concentrarme en que la vida está fuera y comienza a las 6 de la tarde. Convencerme de que esto que me pasa de 9 a 6 ni me concierne ni debe provocarme más que dinero.

domingo, octubre 19, 2008

G. o .G. Igualmente tiene ese sentimiento de desazón y desarraigo, y varias palabras más que empiezan por des, como destornillador o destripaterrones. Porque .G no se ahoga en un vaso de agua, pero sí que le viene grande. Como no es que sea persona de no tener recursos, se agarra al borde y patalea suavemente con los pies. Después de todo, el ejercicio se supone que es positivo ¿no?

.G ya no se molesta en corregir a los que se empeñan en que la vida es cuadriculada y los puntos deben ir detrás de las iniciales. A veces es más fácil dejarse llevar que discutir con los ciegos de Razón y Verdad. Aunque casi es peor la bromita pesada y los tiritos de carácter sexual. Eso se le hace insoportable.

.G intenta siempre sacarle partido a las cosas. A veces, cuando va en el tren y éste hace una ese, .G entrecierra los ojos y se deja llevar por la música del sempiterno mp3 que ya viene a ser una extensión más de sus orejas: si mira hacia el fondo del vagón casi puede sentirse de nuevo en el Enterprise, el látigo o el gusano loco. .G piensa que es divertido. Sus labios se curvan, imperceptiblemente, hacia arriba.

viernes, octubre 17, 2008

Medio día es exactamente lo que me ha durado el buen humor, hasta que me ha estallado la sonrisa en plena cara.

Y no aprenderé a cerrar la boca, ni los postigos. Y no aprenderé a inventar oasis en plena ciudad.

Y no aprenderé a retirar la mano o, mejor aún, a no sacarla del bolsillo.

Y no sé si es la rabia de no poder dejar de ser yo misma la misma estúpida o el escozor de la palmada, pero aún me pica el dorso de la mano.

Un día lo mato lo mato lo mato y... sí, LO MATO.

No, no es pa tanto.

Dí que sí, que sí lo es.

Pues eso: que tengo un compañero de fatigas con el que me río un webo pero cuya forma de trabajar y carácter me pone cardiaca. Formamos "pareja" porque ambos debemos saber llevar el trabajo del otro cuando falta. Angelico. Pero oye, nos llevamos bien, y no hacemos mal tandem (laboral, clarostá). Sobre tó porque yo no me callo y si le tengo que poner cara de perro se la pongo, y porque él hace como que no me la ve o me lanza un hueso pa que lo mastique y me calme (según toque).

Pase que me aturrulle, que haga las cosas de prisa y corriendo, que no me escuche cuando hablo, que hable cuando no le escucho, que pretenda que deje lo que estoy haciendo YA para hacer otra cosa que a él se le ha puesto que hay que hacer ahora, que me cuente la vida y milagros de sus amigos como si yo los conociera de toda la vida... pero lo que me saca de quicio es

- PSS PSS PSS Bere, ven, corre, tienes que ver esto, ven (mirando fijamente su monitor y haciéndome señas)

- Joder, Super, que estoy liaísima y en mitad de un pedido y tengo que enviar esto otro por correo antes de las tararí que te vi. ¿No puedes contármelo luego?

- Que no tía, que tienes que verlo. Deja lo que estás haciendo. Verás, verás. Tienes que ver esto, es importante.

- Grumpf, Super... uf... enga, voy ¿qué... (me agarra de la silla y me lleva rodando, literalmente, hasta su sitio)

- Mira, tía, ¡mira qué apartamento TAN wapo nos vamos a pillar pa Nochevieja el Chopi, el Mani y el Cerolo!

_ !!!!######@ ggrrr.... grr....argsrrrr.....

jueves, octubre 16, 2008

No te encuentro.

No es que te esté buscando (sé que no estás) pero me siento un poco perdida.

Aquí no hay sonrisas dulces y ojos soñadores, jabones de Marsella, alohas, viajes en coche con el cenicero a rebosar ni sushi sin compartir. Nadie escucha a James Blunt ni se disculpa por los pelos de perro en los asientos.

Aquí no encuentro a quién querer.

Aquí no me quieren como tú me querías.

miércoles, octubre 15, 2008

El miedo es un bicho verde que duerme en mi estómago. Y siento sus uñas diminutas treparme hacia la garganta.

Si se escapase no quiero escuchar mi voz estridente y asustada. Por eso es momento de callar, no sea que lo descubran asomándose al balcón de mis dientes. Y lo escondo. Bien tapándome la boca al reír, bien parapetándome tras un muro de palabras.

Esto último se me da tan bien...

martes, octubre 14, 2008

Voy haciendo diagonales no sé si por ahorrar tiempo, por aburrimiento o por simple pereza. Calculo la ruta más corta. Es un orden dentro de mi caos. Me calma, qué tontería.

Si mi entereza se va al carajo tengo que organizarme todo lo posible para ir clavando endebles soportes sobre los que mantener el equilibrio, para que algo, al menos, tenga una cierta lógica. De ahí las listas con cosas por hacer, redactadas casi compulsivamente.

viernes, octubre 10, 2008

Hoy he oído de alguien que me cae bien un comentario despectivo sobre un aspecto del físico que yo, jate tú por donde, cumplo con creces. Decía este chico que tiene como norma nunca estar con alguien así. Creo que sabe que he oído lo que decía. Quiero creer que no pensaba en mí ni me estaba teniendo en cuenta. Contrariamente a lo que esperaba, no me afectado. Viniendo de quien venía, lo mismo podía haberme puesto en pié y soltarle una de mis respuestas típicas: "Tranquilo, cariño, que no tengo intención de violarte a pesar del magnetismo animal que te hace irresistible a cualquier bicho viviente" o lanzarme a listar sus imperfecciones  hasta quedarme afónica, que hubiera podido, sí (esto último no es propio de mí). Ni lo uno ni lo otro: he seguido leyendo como si oyera llover.

Creo que no cuesta tanto ser menos cruel o mirarse en el espejo, teniendo en cuenta que cuando apreciamos a alguien o nos enamoramos, el físico acaba siendo lo de menos, o que el 90% de las personas que conocemos no son ni altas ni guapas ni tienen buen cuerpo, etc etc etc, como decía en la serie Tiberio Claudio César Augusto Germánico, y a nadie le gusta que le hagan notar sus defectos.

jueves, octubre 09, 2008

...ay no, que estoy con el portátil, que aquí no tengo que bloquear el equipo.

Saco las llaves para llamar al ascensor.

La contraseña de casa no funciona en el ordenador del curro CURIOSAMENTE.

El ordenador del curro CURIOSAMENTE no se apaga al pulsar  la tecla de función y la de hibernar.

Me dejo el móvil en casa.

Me olvido el cargador en el trabajo.

Se me va, se me va, se me va. No tengo la cabeza en la que lo tengo que tener. Estoy saturada.

Me vengo abajo por cosas que sé que en otro momento ni me plantearía. Veo cosas malas donde no las hay. Y las malas no las veo venir.

Demasiados cafés.

¿Cómo era eso que hacía yo para relajarme? ¿Fumar?

Me vuelve ese mareo y esa rabia que me ciegan y me quedo bloqueada y en blanco delante de la pantalla. Me reinicio como un windows cualquiera.

Necesito vacaciones ya.

SOCORRO.

martes, octubre 07, 2008

A F. le gustaba la lluvia pero desde que ya no mira al cielo ha olvidado cómo era.

Pero no es solo eso.

Un día F. decidió pasarle el plumero a su colección de comas y para facilitarse la labor las quitó despacito una a una y las fue colocando en una caja de cartón blanca. Cuando fue a buscarla no pudo recordar dónde la había puesto.

Bueno al menos le quedan los puntos. No es mal recurso y el resultado después de todo podría ser peor.

lunes, octubre 06, 2008

Llueve en mi corazón y sopla un aire limpio que me anuncia un invierno lento. En un susurro sé que puedo agarrarle las crines al frío y cabalgar hasta la orilla del agua para respirar sal y saborear la arena.

En los sueños se me mezclan verdades y mentiras hasta formar una madeja. Me escuecen los ojos y, si los entrecierro, no distingo el rojo del negro.

Un paso después del otro, porque si levanto la cabeza y me hago sombra con la mano, puede que vea horizontes demasiado verdes y me haga daño el sol.

Es tiempo de deseos de noches muy largas para dormir sin sentir sobre el terciopelo oscuro del olvido. Se me anuncia un invierno lento y cruel. Y no sé cómo abrigarme.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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