martes, agosto 29, 2006


Pues eso, que me lo pongo, que qué alternativo, que cómo mola, que abajo la tiranía de microsoft, que abajo los pop-ups, que viva el zorrito qué mono es...

Pues no, pues no y PUES NO.

Estoy hasta el moño de entrar en páginas que no funcionan o cuyo contenido se ve descolocado si entro con el zorro, de tener que limpiar la caché cada vez que quiero ver los cambios de una página (si no, no me los muestra), de que ponga un medidor de estadísticas y cada vez que borre la caché me empiecen a contar mis propias visitas...

Que estoy del zorro hasta el parrús. Y mira que soy defensora de los animales y pacifista: pues que viva la caza del zorro. Viva el explorer hostiaya. He dicho.

domingo, agosto 27, 2006

Más me hubiera valido balar (joe qué efecto cacofónico más gilipollas) antes de ir a este restaurante. Partiendo de la base de que soy consciente de que me leen cuatro gatos y da la casualidad de que han ido conmigo al sitio este, no pierdo la esperanza de que alguien más de Madrid lea este post y tome nota. Pero ojo, no me refiero a los demás de la misma cadena, donde el trato y la calidad siempre han sido estupendos. Sólo hablo de este sitio en concreto.

La primera en la frente: "Hola ¿cuántos van a ser?" "Cinco". "Ah, pues aquí" (y nos dirige a una mesa de 4)... Esta tía no sabe contar o es una culo estrecho que en su subconsciente rechaza el sexo anal (o algo, es que no se me ocurren más explicaciones).

Acabamos de salir de una olla de cocido (ya pueden llamarle spá o como quieran) y hemos estado andando un buen rato. Las lenguas se nos pegan al paladar como si fueran estopajos (no, no podemos pronunciar las erres, demasiada sequedad). Nos da las cartas. "Ya sabemos las bebidas ¿nos podría...". "No no no, hay gente que está antes que ustedes" Y se larga. Hala, con dos cojones. Cara de pasmo de mi vecina de enfrente. Aprovecho para darle un toquecito en la barbilla y cerrarle la boca (no vaya a ser que le entren moscas, ya se sabe, y es que se la ha quedao como desencajá a mitad de la frase).

Por fin le da la gana de venir a tomar nota. "Pues queremos un tal, dos taliscuales y esto, lo otro y... por favor, este plato pero si no le importa en vez de esto me pone lo otro." Careto de la camarera. Se va y nos deja a tos papando moscas. Vuelve y me dice que sí. "Bien, pues entonces eso". "No no no ¿pero esto?" "Sí, justo lo que le he preguntado antes". "¿Y no te da igual con macarrones?". Muy bien, bonita, trabajando en un italiano y no distingues un tipo de pasta de un bigudí, perfecto. "No, le he preguntado antes que si podía ser esto". Careto, muecas. Se larga sin decir ni pío. Mi vecino de al lado se queda con el dedo en el aire cual prócer sobre su caballo y, por supuesto, la boca abierta. Vuelve a los 5 minutos. Ya estamos todos cabreados porque aún no ha anotado nada.

Al rato llega la comida. Teníamos que haber sido más previsores y explicarle lo que queríamos con palitos o manzanas o yo qué sé. Nos falta uno de los entrantes (¿qué pensará esta señora que quiere decir dos?) De esto nos damos cuenta al repartirlos, claro, porque los deja todos en una esquina de la mesa. Da gusto encontrarse con admiradores del Inspector Gadget pero tampoco hay que llegar al extremo de pensar que todos tenemos sus habilidades, así es que tras varios intentos de "¡adelante gadgeto-brazos!" y ver que no sucedía nada... hemos ido pasándonos las cosas de una a otra punta.

En fin, resumo: media hora entre primer y segundo plato. Uno de los comensales se nos ha dormido (lo juro por esnupi). En ese intervalo, los vecinos de mesa se han agarrado un cabreo de tres pares y se han largado con viento fresco (no queremos saber por qué, bastante tenemos con la camarera lista que nos ha tocado).

Huímos de allí como de la peste. El café no nos lo tomamos en ese sitio ni de coña. Afortunadamente (rima asonante, qué bonito), sólo tenemos que cruzar la calle para llegar a una terraza al aire libre, nos instalamos en una mesita, al fresco, ay qué bien se está aquí, es de lo más... de lo más... ¡CHOF! Cagarro blanco en la blusa de aquí la escribiente. Levantamos la vista al cielo y vemos con horror cinco culillos esponjosos apuntando hacia la mesa, listos para el bombardeo: estamos justo debajo de un árbol cuajado de jilgueros. Nos hemos mudado de mesa y aún seguimos con la duda de si serán hordas mandadas por la astuta camarera que, si bien no sabía contar, mala leche tenía como para hacer algo así.

Dios... menos mal que mañana es lunes.

sábado, agosto 26, 2006

Abro la revista del Círculo de Lectores y a mitad más o menos me encuentro con su jeta. Porque este señor no tiene cara, no, tiene una jeta de cemento armao.
Y no sé qué me da más rabia, si que haya estafadores, timadores y gente sin escrúpulos que se cachondea de la gente; o que algunas personas se dejen estafar, timar y mangonear por individuos de esta calaña. Y hasta programa de televisión tiene. También esto me hace replantearme para qué sirve reálmente la educación (aparte de para socializar, aborregar, civilizar y crear la idea de autoridad) si no es para, entre otras cosas, despertar el sentido crítico de los educandos.

Tuve la suerte de hacer lo que en su momento se llamó "bachillerato experimental" donde el libro de ciencias sólo contenía preguntas, donde la asignatura de lengua y luego la de literatura tenían como base la lectura de Cortázar, Benedetti, Vargas Llosa, Poe, García Márquez, Cela, Delibes... y luego la práctica eran relatos que debíamos escribir. No sé si todos aprovecharon esos años para mamar del pensamiento crítico: todo es cuestionable, la palabra escrita no es un cánon sólo por el mero hecho de estar impresa, los periódicos deben analizarse, etc.

Sin embargo, por mucho que me duela, pues algunas me son muy queridas, hay personas a las que el filtro de la educación no les ha servido para nada... Y claro, señores como el jeta que nos ocupa se forran a su costa. Lamentable. Y más lamentable aún los que lo defienden recurriendo a pruebas científicas del calibre de: el insulto libre y la ignorancia e ingenuidad más absolutas.

¿Un ejemplo? Los ectoplasmas de las niñas que jugaban al corro en un cementerio. Se ha logrado encontrar la foto que se utilizó para trucar la fotografía. Y ahora va de defensor de la verdad. Lo dicho: una jeta de cemento armado y, como dicen en mi casa: no tiene vergüenza ni la conoce.

De los astrólogos, videntes, aramises, señores vestidos de mesa camilla etc. ya si eso hablo otro día, que me caliento y acabo echando humo por los ojos.

Leer más:

Las niñas del cementerio (visto en Magonia)
Las niñas del cementerio (visto en Círculo escéptico)
Las niñas del cementerio (visto en Bajo el volcán)

Y, pa no aburrir, otros ejemplos:
Las caras de Bélmez (visto en Bajo el volcán)
Iker Wallace Jiménez (visto en Uno por uno, uno; uno por dos, uno...)

miércoles, agosto 23, 2006

Mira que tengo cuidado, mira que utilizo normalmente una dirección de mailinator, mira que no me apunto a nada como me genere la más mínima duda, mira que si me registro en algún sitio en seguida entro en las opciones para buscar y desactivar cualquier casilla que permita el envío de correos de cualquier tipo a mi cuenta... Pues nada, me han cazado los spammers.

Primero fueron correos en japonés. Toma ya. Han sido meses pero POR FIN se cansaron. Y ahora, los de toda la vida.

¿Alguien sabe cómo contactar con los traficantes de direcciones de e-mail para que modifiquen mis datos y decirles que NO QUIERO ALARGARME EL PENE, NO NECESITO VIAGRA Y NO QUIERO VER TÍAS EN BOLAS? Si es que son unos informales ¿qué trabajo los cuesta investigar un poquito? A ver si tengo suerte y alguien relacionado con el tema les transmite el mensaje: QUIERO FOTOS DE AUMENTO O DISMINUCIÓN DE TETAS, GUÍAS DE PUNTO DE CRUZ, TÍOS EN BOLAS Y FOTOS DE GATITOS.

Así, sí que tendrían éxito conmigo. Si es que donde no hay voluntad... tsk.

lunes, agosto 21, 2006



Diez mimos trabajan para amortiguar el ruido nocturno en las zonas de marcha de Barcelona

Artículo aquí. Lo mejor: los comentarios que le siguen.
Se trata de una idea del ayuntamiento que consiste en colocar a estos mimos en las zonas de marcha nocturna para concienciar a los clientes de garitos y terrazas de las molestias que causan a los vecinos con el ruido que provocan.

Y digo yo, es que en este Madriz nuestro estamos siempre a la cola de todo. Tanto cartel de obra y tanto disculpen las molestias... Seguro que esas mañanas que, estando de baja, me he despertado a las 8 con el ruido de los martillos neumáticos, si me hubiera asomado a la ventana y hubiera visto un mimo junto al obrero haciendo la señal de "silencio" cual cartelito antiguo de consulta de la SS (Seguridad Social, SS... ¿hay tanta diferencia a veces?), seguro que hubiese empezado el día con una sonrisa de oreja a oreja y feliz como una perdiz. Y qué me dicen de ese señor obrero, casco amarillo, piel morena de trabajar de sol a sol (aparte del color de piel original), cigarrillo en la comisura de los labios... ese obrero digo, dándose cuenta de que no pude tener mejor trabajo en este mundo que darle al martillo bajo la lluvia, porque ese mimo señores, ese mimo, le ha descubierto el valhalla, el nirvana. Todo es felicidad. Pobre hombre, seguro que tiene que contenerse para no tirar su herramienta a un lado y ponerse a bailar por toda la calle cantando al ritmo del "del pita pita del"...

Si es lo que yo decía, donde no hay voluntad... tsk.

P.D.: En cuanto al artículo, bueno, yo sólo espero que los clientes no abandonen los locales a lágrima viva, conmovidos hasta el tuétano ante semejantes medidas desesperadas.

P.D. ii: Pobres mimos.

P.D. iii: Toma ya... Buscando algo más para documentarme voy y me encuentro con que esta idea ya se puso en práctica en Madrid en mayo de 2005. Cosas veredes...

domingo, agosto 20, 2006

...el zapato más feo del mundo.



Y es que, visto de más cerca (pincha en la imagen) parece estar hecho de goma. Y anda que vale barato...

Citando a mi adorado Obélix "están locos estos..." (¿pijos? ¿horteros?).

miércoles, agosto 16, 2006

Definitivamente, desde que dejé de estudiar mi vida es un puro desastre.

No hay mejor acicate para leer un libro, ordenar los cajones o limpiar el acuario que la obligación de estudiar. Así, los libros más densos que he leído y los zafarranchos de limpieza más aparatosos (y exitosos) que he montado han sido durante la época de exámenes. Sólo me faltaba sacarle brillo a los pobres peces que miraban con sus boquitas desorbitadas y sus ojitos haciendo blub blub (o al revés) a la loca que iba de un lado a otro del cuarto, trapo en mano, tirando bolsas y bolsas de apuntes viejos, limpiando cristales, peinando al gato, decidiendo hacer punto de cruz para regalar marcadores de libros a las amistades...

Y claro, así me luce el pelo ahora. Mis armarios son puro caos. Me mudé hace 5 años y aún tengo cajas sin abrir... Aunque la vida del currante + amo de casa también tiene sus compensaciones. Ahora mismo, sin ir más lejos, tenía previsto estar limpiando el baño. Y he decidido hacer dos posts del tirón...

¿Alguien quiere un marcador en punto de cruz?

martes, agosto 15, 2006

A todos nos gusta sorprender, extrañar, que nos miren y digan "oh". Sin pasarnos, claro. En el cole a ver quién lleva la cartera, el lápiz, el juguete más chulo. En la pubertad y adolescencia ni lo cuento: ya hablé de mi pasado de quinceañera gótica.

Y mírate, mírame. Somos todos iguales. No tenemos NADA de especial. Salieri afirmaba ser el patrón de los mediocres en Amadeus, yo también le rindo culto.

Tomemos como ejemplo la música. Entre mis grupos favoritos se cuentan bastantes góticos, me gusta Rammstein, Depeche, el rock, algo de pop y techno y, sobre todo, ODIO las baladas de chillonas norteamericanas uuhh oooh ailopiu ainidyu aicantlifwizauzyuu uuhhh. En general no me gusta la música española. Bueno, tengo que puntualizar, no me gusta el único tipo de música española que se radia y promociona. Hay muchos más pero no tienen promoción. Ahí está Circodelia, por ejemplo. Hoy día parece que si no te gusta Amaral o la Oreja o el Efecto es que no tienes buen gusto. Manda narices. Pero que me disperso.

Estábamos con la idea del extrañamiento. Cuando me dicen que tengo gustos raros, flipo (¿¿raros?? ¿porque no me gustan las voces aniñadas, la música empalagosa y los temas manidos de siempre? ¿desde cuando es AC/DC raro POR DIOS? ¿o Red Hot Chili Peppers o Franz Ferdinand?). ¿Y por qué no puede gustarme una determinada canción de hip hop o de OBK? Por eso, ya que tengo fama de "rarita" entre mis compañeros de curro, me encanta la cara que ponen cuando se suben en el coche y lo primero que oyen son trompetas, maracas, y esa voz antigua que me transporta...


Para poner música utilizo Castpost

Ojos extrañados, incredulidad y, de pronto, la iluminación sanagustiniana: ¡Tíaaa quita esoooo! A joderos todos: pa' cuando me subo en los vuestros y tengo que irme aguantando las náuseas de amarales y orejas.

Y digo yo... ¿Por qué tienen que ser incompatibles Los Beatles con Marilyn Manson, Camilo Sesto, Tiziano Ferro o Café Quijano?

lunes, agosto 14, 2006

Andaba yo parloteando alegremente con la dependienta de una tienda cuando se dió cuenta de que llevaba varias manchas en la camiseta, cosa que pareció molestarle bastante. Que si claro en una tienda, que cuando no era fruta era otra cosa... a lo que le respondí que no se preocupase y le conté cómo una profesora que tuve nos regañó una vez por reírnos de su falda manchada de tiza. Ella había elegido ser profesora por vocación y era propio, si escribía en la pizarra frecuentemente, mancharse de tiza, y que esas manchas eran poco menos que pinturas de guerra de las que se sentía más que orgullosa.

La chica de la tienda sonrió y me dió la razón. Yo le dije: "mira, fíjate cómo vengo hoy". Y le mostré mi blusa manchada de rotulador azul (que torpemente había intentado quitar con agua y había dejado hecha un cerco enorme) y el brazo derecho lleno de trazos de rotulador verde que había dejado sobre la mesa después de clasificar unos expedientes. (Trabajo en una oficina, soy administrativo). Ella se echó a reir y enseguida cayó: "jajaja, sí, a ti se te nota enseguida dónde trabajas, como hace unos días, cuando venías con el brazo y parte de la blusa en azul". "Sí", le respondí, "es que planté el antebrazo justo sobre un tampón de entintar." "Jajaja.... Sí... ", me responde ella, "es lo que tiene trabajar en una guardería: los niños, además de torpones, son muy guarros"... "Ehhbhssshhh.. ejem.. pchhsssí.. torrrrpes como ellos solos, sí....je-je". Y salí de la tienda con mucho mejor color que cuando entré... pero en la cara.

domingo, agosto 13, 2006



De cadenas, del color negro, de los muertos, de los muertos con cadenas de color negro.
De la rabia, de la tristeza-grillete en la garganta.
De los mantras obsesivos en la ducha.
De la obligación de respirar bajito.
De esconder el brillo bajo la cama.
De los sacos a la espalda.

Desatada.

Para saborear las endorfinas, pura química, en el aire.
Para reír hasta que se me parta el alma.
Para querer sin preguntas.
Para dejarme querer, por fin.

sábado, agosto 12, 2006



A algunos nos gusta empezar el periódico por el final...

¿Y por qué no? ¿quién ha dicho que tenga que ser de otro modo? :-)

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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