martes, noviembre 30, 2010

 

Que lo normal es cantar, lo sé, pero yo bailo. Bueno, bailar lo que se dice bailar… Pero empezaré por el principio y no por en medio, como hago tantas veces.

Ya no sé si no me gusta bailar porque me da vergüenza (mortal) o si, verdaderamente, es que no me gusta y punto. No bailo. Y no será porque no lo haya hecho antes.

Un día de ocio y mimos suele incluir una ducha con música alta, y ésta suele ser la incluida en mi lista UPS del iPod. Se llama así como se podría llamar “patatas al gratén” pero UPS me pareció más adecuado porque son canciones que me animan y que suelo utilizar cuando tengo que caminar largas distancias (entre media y una hora, vaya, que tampoco me voy a poner medallas a estas alturas).

Y al igual que los días negros me dejo azotar por el agua haciendo que caiga a plomo y ardiendo sobre la nuca y dejando resbalar todo lo malo por la piel, los días blancos bailo.

La dimensiones de la bañera no me dan ni para un triste moonwalk, así es que lo que hago más bien es mover las caderas hacia los lados, y poco, que no es plan de matarse. Pero me gusta y me hace sentir bien.

¿Cantar? Eso lo dejo para el coche, gracias. También sin grandes aspavientos, que lo mío es más de gato atropellado que de Christina Aguilera.

Os dejo mi lista de UPS, mezcla de todo y sin más criterio que el de que es música que me pone en marcha, me alegra y me hace feliz. Desgraciadamente, faltan algunas que no están en Spotify. Por ejemplo: Old Time Rock'n'Roll de Bob Seger, Back in Black de AC/DC, Chase the Sun de Planet Funk o Twist and Shout cantada por The Beatles.

LISTA DE UPS DE BERENI-C (AKA MAYMIU)

domingo, noviembre 21, 2010

 

Snif… snif… que mi Remedios es famosa.

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(Otra cosa es que ella no salió del alma, pero eso son minucias.)

viernes, noviembre 19, 2010

 

Con la maestría imposible del señor Miyagi, revuelve en mi garganta con unos palillos chinos y ¡zas! encuentra cosas pequeñitas, brillantes, oscuras e insólitas para mí.

¿Por qué te sientes sola? –me pregunta. Y yo no lo sé, pero no es algo nuevo ni cambiante. Pero insiste. ¿Por qué te sientes sola?

Si esto es lectura fría, debe de ser muy buena, porque al rato aparece la respuesta. Y esta vez es una pelusa de lana negra, hecha un nudo. Vamos aflojando y estirando a cuatro manos hasta extender el grueso hilo.

Y sé que tiene razón, que hay gente que se va pero que, la mayoría de las veces, soy yo quien se retira.

Porque me he dejado guiar por primeras impresiones que luego han llevado al desengaño; porque hay determinadas personas que me hacen gastar una energía que prefiero reservar para otras cosas; porque me agobio; porque no me gusta mezclarme en determinadas actitudes; porque no pertenezco a nadie.

Cambio de perspectiva: no es lo mismo que te abandonen que marcharte tú.

Saberlo ahora explica muchas cosas y justifica muchas otras.

La leche.

jueves, noviembre 18, 2010

 

En la búsqueda obsesiva de la aprobación de los demás y su amor (te da igual si pena, paternalismo…), si te enganchas en la compulsión de la búsqueda has dejado de buscar realmente, porque lo que te importa es el camino, el impulso, la ansiedad. Y nada la calma. Nunca será suficiente.

Si estás de acuerdo con todo el mundo ¿quién creerá en tu palabra? ¿cuándo tendrás tú razón? No tendrás razón ni criterio, nadie querrá conocerlos porque no serán válidos más allá de unas horas.

Si le prometes amor sincero a todos ¿quién se sentirá realmente amado por ti? ¿quién te corresponderá si llega a la conclusión de que tu amor va y viene como el viento? No estarás amando.

Si lo regalas todo y a todos de forma indiscriminada ¿qué te quedará? ¿quién le dará valor a tus presentes si no significan nada ni siquiera para ti? No serás apreciado por ello.

Si amoldas a golpes tu carácter al del entorno ¿quién eres? ¿cómo va a quererte alguien que no sabe quién o qué eres? No tendrás identidad.

Si no te haces oír porque lo que dicen los demás siempre es más importante y cambias de opinión según lo que toca ¿quién va a escucharte? Estarás mudo, además de sordo y ciego para tu voz.

Si tú no significas nada para ti, no significarás nada para los demás.

No serás nada.

¿Cómo va a quererte nadie si tú no quieres a nadie, si te quieres de forma equivocada, egoísta y victimista? Eso es no querer o malquerer.

Y así, ad infinitum.

lunes, noviembre 15, 2010

 

Hay días redondos, ligeros y brillantes como una canica. Duros, fríos y perfectos, con ese chirrido del cristal al chocar.

Hay días pelusa que se van arrastrando sin querer, que remontan el vuelo ante cualquier puerta que se abre o cierra. Que nacen de debajo de los radiadores y se esconden bajo la cama.

Hay días cuadrados, que no encajan, que no se dejan descuadrar. Uno dos uno dos. Mirada al frente, días extraños, días de papel.

Hay días estrella con aristas que arañan y hacen daño. Quemando las retinas pero tan bellos. Días de hornear galletas a su calor.

Hay días mojados en los que todo resbala, como lágrimas de cronopio en la lluvia. Días con forma de gota que deforman las imágenes hasta la risa.

Hay días hermosos.

martes, noviembre 02, 2010

 

Hay noches en las que no quiero dormirme y lucho contra el sueño a brazo partido. Las causas pueden ser diferentes pero el fondo el mismo: ese rato sola conmigo en el que las ideas vuelven y se manifiestan.

Darme cuenta de que estoy sola y dejar que me acosen los remordimientos o sentir que me invaden los nervios, la rabia, el hambre, el dolor, la ansiedad.

Otras veces es que, simplemente, no quiero que llegue mañana. Es evidente que no podré evitarlo, pero al menos podré dilatar el tiempo y no comérmelo de un bocado a golpe de unas horas de inconsciencia.

Al final no es una noche en blanco, ni tampoco es negra: acaba convirtiéndose en un arrastrarme por el cansancio y el picor de ojos. Una mezcla nada homogénea entre el gris y los rayajos mezclados como pinceladas al azar.

Esta es una noche gris.

Y a lo mejor debería ser valiente y enfrentarla hasta que se vuelva negra.

O también puedo ponerme la radio, claro.

lunes, noviembre 01, 2010

 

Soy un desastre, puro y duro. Me refiero a desordenada. Voy dejando las cosas en cualquier sitio y, lo que es peor, como tengo memoria de pez, luego no consigo recordar dónde. A veces se me cae algo y digo luego lo cojo. O guardo algo en un sitio que no es el suyo y digo luego lo saco. Y ni lo cojo ni lo saco ni recuerdo el lugar en el que estaba. Un caos.

Vivir conmigo misma es desesperante. Que se lo pregunten al jevi.

Pero ahora necesito orden.

De un puñetazo en la mesa se me cayó el castillo de naipes de la cabeza. Llevo un tiempo intentando recuperar el equilibrio, esa tranquilidad emocional que he conocido recientemente y que perdí. Necesito recolocar, encontrar el sitio de cada cosa.

Y me paso el día ordenando. De forma casi compulsiva. Al menos, lo es para mí, que siempre he sido todo lo contrario. Y eso me aporta paz. Quién iba a decirlo.

Este nuevo yo es una maravilla, qué pena que no me vaya a durar…

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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