Se acabó la cuenta atrás: me quedo, al menos de momento, contra todo pronóstico y hasta nuevo fin de contrato. Ni adioses ni alivios ni apretarse el cinturón. Una felicitación a tiempo me ha salvado del despido y ha hecho que mi superior deje de acorrarlarme: así de fácil. Cambio de cartera pero no de departamento, así es que no me puedo quejar: la cartera que estaba llevando es, dicho por todos, la peor en cuanto a volumen, dificultades y presión. Lo malo es que sigo con la misma jefatura (increíble, un día me pongo a contar las cosas que hace y le aplican electroshocks, como poco) que tengo que tratar con un colega que es superguay... mientras no tengas que trabajar con él, y que sólo voy a tener que comunicarme en español.
Lo mejor, con diferencia: la sonrisa de mis compañeros cuando se lo he dicho. No me la esperaba, tampoco llevo tanto tiempo. O a lo mejor es que nunca me acabo de creer que me quieran. En todo caso ahora mismo no dejo de pensar en esas sonrisas. :-)
:D :D :D ^^
Qué guay.
Me alegro, no esta el tema como para irse paseando al Inem a menudo eh jeje? espero que vaya bien y sobre todo, que sigan esas sonrisas!!
un kiss
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