domingo, julio 13, 2008
Sed

D. tiene una sed terrible, tipo cartel de 7eleven: nunca se apaga.

D. va a la piscina una vez por semana, toma dos litros de agua al día, sobre su mesita de noche -cómo no- Agua, de Joaquín Araujo.

Le gusta caminar bajo la lluvia y sentir cómo se le pega el pelo a la cara, cómo le va pesando la ropa. Son cosas que le hacen sonreír.

Pero sed ¿de qué?

D. navega, saborea, compara marcas de agua y no cambia la suya por otras. Ha probado a leer, viajar, escribir, comprar compulsivamente, emborracharse hasta perder el sentido, correr con los ojos cerrados. Y... nada.

Sus tripas son una esponja, la magdalena del chiste, un colador, un tamiz, el desierto lunar. D. se consume y, mientras tanto, gasta todo el dinero que gana en beber.

Puede que D. no necesite agua, puede que ni siquiera tenga sed de ella. A lo mejor de lo que tiene sed es de la propia sed y así, claro, quién puede saciarla.

1 comentario:
Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

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