domingo, mayo 25, 2008
Hay cambios que apetecen mucho y otros que, quizás por venir sin quererlos, cuestan más.
Cuando supe que iba a quedarme sin coche y a empezar a usar el transporte público buf. Con lo que me gusta a mí ir cantando a grito pelao en el coche. Y no soy de las que se mosquean en los atascos: no me importan.
Sin embargo, he recuperado otro: ir sentadita con los ojos cerrados, totalmente sumergida en la música. Una pena que no me dé tiempo a escribir en los trayectos que hago, si no, publicaría a diario.
Ir en coche no te permite leer. Una de las cosas buenas que tiene el transporte público.
Weno... en mi caso el trayecto no da para leer na y además, voy tan apretá que no podría sacar un libro ni aunque quisiera. Y si voy en bus, voy de pie y me mareo si leo. Jate que casi recuerdo con nostalgia cuando iba a Alcalá de Henares en cercanías, tsk. No he escrito yo posts en ese tren ni he leído novelas ni oído música ni na.. ains.
Yo directamente es que odio conducir. :D
Que tiempos aquellos del abonogloglo... XD
No podrás leer ni escribir ...pero la de post que vas a sacar a base de transporte público...ufffffffffffffffffffffff
te lo digo yo
Yo por la manyana si cierro los ojos me quedo dormida y me paso de parada!!
Y cuando estoy trabajando prefiero volverme en bus antes que en metro, porque voy sentadita tan ricamente (es la primera parada, se pilla sitio siempre) y aunque tarda más que el Metro, así aprovecho y leo algo. Y voy por encima de la tierra, que siempre lo prefiero a ir por debajo.
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