jueves, octubre 14, 2010

 

Se acabó el verano y ya no tengo dónde esconderme. Ha llegado un otoño lento y marrón que lo está llenando todo de hojas, y por tanto, ha dejado sin espacio apenas el salón blanco y helado.

Ahora hay demasiado ruido, demasiado polvo. Nos apelotonamos como frutos caídos. Mi voz se pierde, acolchada.

Ya no brilla en mitad del espacio, como este verano.

He perdido a los otros, estamos demasiado lejos.

Habrá que aprender a vivir hasta el invierno y luego, marcharse.

Llorar por la leche derramada no sirve de nada.

2 comentarios:
Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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