miércoles, octubre 20, 2010

 

Querida B.

No se lo cuentes a nadie, pero se jodió el Zen. He mirado en los cajones, en los armarios, en la cocina: no hay repuesto. NO-PUE-DE-SER. Pues sí. La hemos fastidiado y de qué forma.

Como en el cuartito del corazón no se ve un carajo, ni te cuento la de cardenales. Que si un golpe en la espinilla, que si un picaporte en la espalda.

O encontramos la puta ventana o esto va muy mal. Buscar a tientas sus contornos va dejando los dedos que ni te cuento.

¿Podrías darte una vuelta por los chinos cuando vuelvas a casa? Tráete un Zen así redondo, de casco grueso. Sí, el que había era algo tosco pero, joder, alumbraba, alumbraba. Hasta daba para bordar soles y vaquitas de esas que se ven en los anuncios.

Es algo urgente, pero comprendo que, por ahora, tardarás en volver. Te espero aquí sentada, en la oscuridad, canturreando y contando ovejas.

UNA.

1 comentario:
Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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