sábado, octubre 14, 2006
Al igual que un día decidí no volver a llorar, otro día decidí no volver a ser curiosa. Estaba leyendo Momo. Hay un capítulo en el que ella y sus amigos juegan a que van en un barco, y Momo es una nativa de un pueblo que no muestra nunca curiosidad. Uf, impresionante. Años de condicionamiento voluntario (lo cabezones que somos los niños, oye) y llega a ser un acto reflejo integrado en tu personalidad.
Esto me dura hasta ahora. Y hay gente que no lo entiende. Alguna vez supongo que han pensado que es una pose, o que soy falsa. Ni lo sé ni me importa.
Así, suena una ambulancia, se oye un golpe al otro lado de la oficina, viene alguien nuevo... La gente vuelve la cara, se levanta, se asoma a la ventana. Yo no me muevo. Es que me da igual lo que esté pasando.
Y en cuanto a los cotilleos, y en cuanto a "jo no me dejes con la intriga cuéntamelo". Pues sí, cuéntamelo. Ah ¿que no me lo quieres contar? Pues no me lo cuentes. Total, es tu vida y si no sé qué pasa, la verdad es que tampoco va a quitarme el sueño. No me importa, en serio, en absoluto. Qué gano yo con saber o no saber algo que no me concierne.
Pero la falta de curiosidad por cosas que me parecen banales o que respeto tiene una consecuencia secundaria: me sube la bilis cuando me encuentro con ese tipo de personas que se equivoca conmigo y me interroga ya sea sobre mí o sobre personas que conozco de una patética forma tan sutíl como despertar a alguien a martillazos. Aunque a veces he de reconocer que me lo paso pipa: pongo mi mejor cara de idiota y sonrío como si no pillara qué me están intentando preguntar. Y me da igual si piensan que realmente soy idiota o se dan cuenta del tema. En ocasiones parecer poco avispado es una ventaja. Y qué decir de aquellos que disfrutan como locos de sus pajas mentales y quieren hacerme partícipe: uy qué pasará, oye y tú sabes esto, fíjate lo que he oído allí, pues yo creo que fulanito tal... Cómo podría explicarlo: QUE ME IMPORTA UNA MIERDA y además me molesta un montón que me coman la oreja.
A ver si un día decido no cabrearme con los que son gilipollas y me sale. Ese día triunfaré como los Chichos.
Además y hablando de Momo. Cada vez hay más hombres grises en el mundo...
Un beso de hace siglos que no te veía.
Uhm momo, siempre he tenido pendiente ese libro, pues ale antes de Noviembre cae
Por cierto lo de las ganas de preguntar es cierto que se te pasa, siempre y cuando no tengas a ninguna gacelita cerca ejem ejem
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