La cabra tira al monte. Creo que esta sería la frase adecuada si tuviera que definir mi vida con una sola sentencia.
No recuerdo una sola vez en la que no haya pospuesto algo obligatorio que no tenía ganas de hacer. Ordenar, limpiar, ducharme, llamar a gente por teléfono, leer, leer y leer, jugar en el ordenador, jugar con la consola, cortarme las uñas, pintarme las uñas, escribir cartas, quitarme el esmalte de uñas... lo que sea. Lo que sea para luego terminar lo debido a trancas y barrancas, sin dormir, apurando hasta el último segundo.
Mañana me levanto a las 5 para coger un tren. En la maleta debo llevar ropa para minibere para una semana y para el costi y yo para dos días. La de cosas que he hecho desde que llegué casa, oye... menudas ojeras voy a llevar mañana.
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