Esta mañana me he armado de paciencia y he decidido que era hora de ponerme a esperar. Sin parar de moverme, por supuesto.
Y luego he vuelto y me he tomado otra pastillita de paciencia.
Y al rato he pensado que hey por qué no, y allá que han ido dos onzas y tres cuartos.
Disuelta en leche tampoco está mal mmm… hace grumitos.
Con el calor de esta tarde me he vuelto a duchar para sentirme a gusto. Pero dónde habré dejado la toalla… He tenido que secarme con un trozo grande de paciencia.
Me la he llevado de compras y le he regalado unas sandalias monísimas de la muerte. Total, que vaya cómoda ¿no?
Y un collar (de perlas).
Después me la he untado en una rebanada de pan.
Y así todo el día.
Me sale por las orejas, la respiro.
Ahora mismo se me ha dormido en la ceja izquierda (pica un poco, pero me da pena despertarla).
Y espero, espero. Sin parar de moverme, por supuesto.
M.
La paciencia es la madre de todas las ciencias... eso si la suerte solo le llega a quienes la buscan, así que sigue moviéndote que todo llegará
ay ...... que mona la paciencia con su collar de perlas ......
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