Hoy ha tocado reconocimiento médico de empresa, no vaya a ser que contraten a alguien enfermo. La de RRHH me ha dicho que sí, que era obligatorio. A los compañeros que se extrañan de que no quisiera ir les he dicho que no, que la empresa no está comprando un caballo y que no sé por qué me tengo que hacer un reconocimiento cuando hace poco que me he hecho pruebas y la empresa me hace un contrato temporal por baja de maternidad de otra trabajadora.
Pero la verdad es que no quería ir porque me veía venir la peli. Empezando porque soy adicta a la cafeína y me dan unas cefaleas del copón si no la tomo. Teniendo en cuenta que me levanto a las 6:30 y que el reconocimiento era a las 11, pa qué contar más.
Otra razón por la que no quería ir es porque me conozco. Me he perdido al ir, me he perdido al volver, he dao mil vueltas, me he metido en un polígono de esos de los 70 donde no cabe un alfiler y todo son naves en calles estrechas… Amos, que ni Ulises. Por poco si no acabo en Pernambuco.
¿Es eso to… eso to… eso todo, amigos? No se vayan todavía ¡aún hay más! Hace un mes le quitamos la tarjeta de memoria al GPS. En ella iban los mapas actualizados pero no son imprescindibles y el bicho funciona bien igualmente. Bueno.. funcionaba. Que se ha desconfigurado. Así es que cuando iba yo con mi dolor de cabeza agudo sin apenas poder abrir los ojos y rezando para llegar viva al curro, oigo una voz sensual que me dice: En 700 metros, gire al nordeste. Y me quedo a cuadros. Su p.m. en verso sabrá por dónde queda el nordeste si yo no sé ni dónde he puesto la mantequilla esta mañana.
Miro la pantalla del GPS: aparece una carretera a la derecha, un espacio en blanco a la izquierda y mi coche atravesado en medio de la nada. En 2,5 km, gire al norte.
Y luego he llegao al curro y me he tenido que volver a casa mala malísima con la puñetera cefalea de abstinencia.
Ah, sobre el reconocimiento: que estoy gorda y soy miope (¡¡dios mio, dios mío!!! ¿¿¿cuándo ha sucedido eso??? ¡qué sorpresa, qué disgustazo!). En fin.
Y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.