Ya no creo en dios (en ninguno, así, en minúsculas) ni tampoco en las personas. Pero, incongruente que soy, echo en falta un amigo. Incondicional, por supuesto. Y por eso me he buscado un sustituto, un profesional en el arte de escuchar y hacer como que le interesa. Un amigo alquilado.
Con un mínimo esfuerzo consciente, ahogo toda idea contractual y aprovecho lo que tengo. Pero sé que no es real. Para empezar, no hay retroalimentación y nuestras conversaciones acaban siendo un monólogo con acotaciones. Tsk. Otro punto negativo es la constante obligación de mantener la implicación emocional a raya, claro.
Por contra, tiene la ventaja de que no hay que alimentar la amistad más que con dinero, con el ahorro consiguiente de tiempo y esfuerzo que supone por mi parte.
Ayer, paseando por el centro, vi una tienda de otros artículos que bien podría adquirir. A saber: el muñeco que da abrazos con sentimiento (no esos falsos que te da la gente porque sí), la caracola que te susurra al oído que “todo irá bien”, la pareja que siempre tiene la palabra perfecta y la madre que te mima sin chantajes.
Un chollo.
Voy a asomarme a mi cuenta bancaria online y a ver hasta dónde me llega para no ser feliz.
¿Tú no tienes un Jevi y una MiniBere para esos menesteres que tienes que ir comprándote felicidad a pilas?
Jo, nena.
Yo no voy a pilas, voy a birras, así que, si te hace falta, ya sabes... :P
(eso sí, tengo aguante, eh, igual te salgo hasta más cara :p)
Decía Fontanarrosa en su comic
A mi me va bien que ella esté conmigo por mi dinero y no por mis virtudes...porque dinero tengo eh? y virtudes...ninguna
ay mi bereni ... yo estoy con fle ... por dos birrikas y un kas limón pa lo del mezcle te doy abrazos mil ... eso sí ... yo la txapa te la soltaría de pero ya ... así que piénsatelo ...
muchos besos guapísima.
Coincido en la opinión de Fle, pero con matizaciones. Hay cosas que no le va a contar Usted a la MiniBere (porque además puede entrar en cualquier momento en la fase cotorra, esa en la que los pequeños infantes encadenan monólogos que duran desde la hora de levantarse hasta la hora de la comida, y sólo se callan cuando mastican), y otras que tal vez nuestro buen Jevi no tendría por qué entender.
Yo, por mi parte, lamento decirle que ya he pasado la etapa de amigo incondicional. Incondicionales son los padres, los hermanos, tu pareja (si de verdad lo es). Los amigos tienen condiciones. La amistad es biunívoca. Si me da Usted una patada en la boca, lo siento, pero lo más probable es que se la devuelva.
Nada de incondicionalidades. Pero una tarde de paseo y un café sí que me tomaría yo sentado con Su Merced (y la Minibere pululando). Un "hoy por ti y mañana ya veremos". Sin abusar.
Por cierto, ¿sabe qué le pasa a la Dama Tirita, que está desaparecida en combate?
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