...pero qué harta estoy a veces de algunos.
La reeducación es posible, sí. No lo creía pero bueno, algo se puede hacer. En mi caso, estoy aprendiendo a decir NO y a decir lo que realmente pienso cuando son críticas. Pero es que comprendo por qué suelo pasar de las discusiones y retirarme sin plantar cara: por simple ahorro de energía cuando me topo con determinados energúmenos (forma masculina como término no marcado que engloba a ambos géneros, tanta tontería con los energúmenos, energúmenas y energúmen@s como si por cambiar una palabra se acabara de golpe la injusticia entre géneros y que si más de uno supiera algo de lingüística se sonrojaría al ver la grandísima burrada que es -en contra de las normas más esenciales de nuestra lengua y del lenguaje en general- usar las y los géneros y géneras gramaticales, gramaticalas y gramaticalos de la y lo forma y formo que lo hacen).
Y (retomando el tema) es que a mí eso de que-tú-has-dicho-no-que-yo-que-tú y que si la abuela fuma, me la trae al pairo. Es que escuchar necedades me da como pereza. Es que perder el tiempo con estupideces como que... tsk... uff... qué pocas ganas ¿no? Es que si tengo que lidiar con el nudo en el estómago cada vez que me acerco a alguien para, o bien tragar bilis, o bien estar horas de rucu-rucu-rucu que-yo-no-me-bajo-del-burro-weno-pos-yo-tampoco y ¿¿pero que le has llamado burra a mi madre?? No, no... que digo que rucu-rucu... que no me bajo... Sí sí, has dicho que soy un burro que lo acabo de leer. Weno, pos vale, pos sí, ea, uy qué mala soy. Hala hala, a vivir tu vida, angelico.
¿Mesentiende?
Claro que a veces, te dan ganas de volver a tener cinco años y largarle al susodicho energúmeno una HOSSSSSSSSSSSSSSSSTIA de esas que sólo se pueden escribir en mayúsculas y con muchas eses.
Me ha vuelto a ocurrir hace poco eso de tener lo que viene a ser (esto se lo pasa diciendo tol santo día un compañero de curro) una discrepancia. Y esta vez he dicho todo lo que tenía que decir. Resultado: berrinche por ambas partes. Mucha bilis pa fuera. En positivo: como una reina me he quedao, oiga. En negativo: no ha servido ABSOLUTAMENTE PARA NADA. Yo sigo en mi burro. El energúmeno (en este caso energúmena) sigue en el suyo. Y claro, entre coger un par de lanzas y espolear a los pobres bichos para ver quién tira a quién, y darme la vuelta para poder tirarnos en la hierba a cazar moscas (tanto el susodicho burro como yo) la elección está clara.
A lo mejor no merece la pena reeducarme... mmmm....
domingo, agosto 26, 2007
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