Escapar escapar huir. Lo que siempre he soñado. Lo que he intentado mil veces (con éxitos parciales y efímeros a la vez). Ahora estoy a muchos kilómetros de casa, pero ya no es mi casa, pero lo sigue siendo.
A veces tropiezo y me caen de golpe todos los humores negros y azules. Me meto en la cama y me picotean como abejas los malos recuerdos. Y los vuelvo a revivir. Y me vuelve a doler. Y doy más vueltas, más vueltas... no puedo escapar escapar huir. Es como ver una película en la que los olores, texturas, sonidos, caras y voces se reproducen con tal exactitud que duele el mismo tropiezo con el pico del mueble en el dedo pequeño del pie. Son voces muertas, son telarañas secas que sólo existen tendidas de lado a lado en el hueco entre mis costillas. Pero renacen.
Este finde me toca carretera y manta. El primer viaje largo en coche con mini-bere. Petaremos el maletero como si fuésemos al Japón. Me enfadaré como cuando estoy nerviosa y preocupada. Estaré tan centrada en agobiarme que me relajaré. Y se dormirán las abejas. Voy a volver muerta de cansancio, pero descansada.
Buen fin de semana, si alguien ha llegado a la portada del periódico y ha encontrado el suplemento.
viernes, agosto 17, 2007
Buen viaje!
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