Mi madre me lo lleva diciendo desde que tengo uso de razón: “Mira quereh tentá, hiha” (Nota del Traductor: Qué indecisa eres, hija). Después de comparar tarifas, morderme las uñas, comparar velocidades, morderme los dedos, comparar características, morderme los muñones, multiplicar por pi erre cuadrado y hacer el pino puente, me decido a cambiar de operadora para conseguir, espera… [pausa dramática a lo Barney Stinson] el móvil de mis sueños.
Entre que me enteré el sábado de que la promoción acababa el domingo y la dichosa indecisión, termino por solicitar la portabilidad ayer por la noche. Arfs.
Primera pantalla:
nombre, apellidos (esta me la sé)
dirección, teléfono (vale, facilito, vamos bien)
operador, icc (joder, a desmontar el móvil)
número de cuenta (mierda ¿donde lo tengo ahora?)
plan, pitos, flautas (esto… plan B siempre, piii piii y la de Hamelín ¿será eso lo que me están pidiendo)
[dos pantallas más y un cuarto de hora después]
¿¿que cuántos pelos tiene en el sobado el vecino del quinto??
Y así un rato.
Hasta que todo se queda en blanco. Terminado. Finish, sacabó. Ya he metido dos veces el número de cuenta, le he hecho la cera en las axilas al vecino (¡gratis!) he aprendido a hablar indonesio y me he cagado en repetidas ocasiones en la web de mi “nuevo” operador.
Esta mañana he llamado, extrañada de no haber recibido ningún mensaje de confirmación ni contrataque de mi actual compañía para ofrecerme el oro y el moro.
Que no tienen constancia de mi solicitud, dicen. Que vuelva a entrar a intentarlo. Que la promoción era hasta ayer, que qué hago, pregunto. Que entre a ver si sigue vigente, me dicen (¿¿holaaaa?? ¿hay alguien ahíiiiiii? toc toc. Ah, pues esta cabeza suena a hueco, sí). Que buenos días y que va a hacer portabilidad con ustedes su santa madre si eso, digo yo.
Y así me he quedao con mi mismo terminal y mirando hacia el infinito mientras me hago sombra con la mano a la espera de que a algún helicóptero perdido se le caiga un móvil como el que quiero y vaya a dar en mis manos (¿imposible? bueno, si a Earl le tocó la lotería sin haberla echado y a la que lleva menos que yo en el curro la han hecho fija con sus bonos, su plaza de parking y su seguro médico privado gratuito y se ha quedado embarazada del tirón, yo ya me espero cualquier cosa).
1. Tengo que ver "Me llamo Earl". Sospecho que me encantaría xD.
2. Sí, tu madre tiene razón.
3. Si te sale el contestador, en el momento de silencio, prueba a decir "zanahoria". Verás cómo te pasan con una persona humana.
4. La tecnología ejloquetiene.
y 5 y ya. Tranqui, que seguro que cae. Aunque sea por negligencia. Los signos están cambiando!
ay ......... bereni ......... ay .........
¿No te hicieron traducir al hebreo un texto en cantonés? qué raro..
Jamía, ¿qué teléfono es el que quieres con tanto empeño?, ¿se puede desde ese teléfono hacer despegar un cohete desde Cabo Cañaberal?, ¿quiero uno?
Y que móvil era?
Con contraoferta te dejan los móviles más baratos que con portabilidad. Si aun quieres un móvil nuevo vuelve a pelearte con la web y espera la llamada.
Pueee... el Sony Ericsson Aino. Y lo malo es que creo que sólo lo tiene Movistar :-/ Orange dice que próximamente, pero no los quiero ni harta vino.
¿Texto cantonés al hebreo? Bah, eso era demasiado fácil. Tuve que traducirlo pero a binario.
Biónica: TIENES que ver Me llamo Earl. :-)
A quien corresponda: Me llamo Earl debería ser de visionado obligatorio para todo el mundo, un capítulo por la mañana, para empezar el día con unas risas, y un ratito por la noche, para soñar con Jason Lee.
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