La hicieron fija en noviembre, cuando había entrado casi tres meses después de mí y yo sigo sin serlo. Llegar y besar el santo, que le dicen. Y en más de un sentido.
Hoy le ha comunicado a la jefa que está embarazada de dos meses. Comentarios de la jefa: “No sé por qué estás nerviosa, si no echamos a fulanita, que se quedó también al poco de hacerla fija, no te vamos a echar a ti”. Y “¿Vas a comunicarlo ya? Yo tú esperaría, por si pasa algo”.
Hala, con dos cojones y un palito.
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Y bueno, si cada día se confirma que aquí los mandos tienen la sensibilidad de un cardo borriquero, también me voy haciendo hueco entre la gente. Algo es algo.