martes, mayo 05, 2009
(22 de abril, 2009)
Estoy blandita y ñoña. Las ausencias me duelen como si me apretase el zapato. De pronto me pregunto dónde está alguna gente que ha ido desapareciendo por el camino y noto como si se colase el aire frío por los rincones, rincones donde antes hubo calor.
Ayer alguien me dijo que hay quienes nos acompañan un tramo, llegando a ser muy importantes, pero que no siempre estarán ahí.
ME NIEGO. Para mí el tiempo y la distancia no existen ni diluyen ciertas cosas.
Lo malo es que me lo ha dicho alguien en quien confío y que, hasta ahora, va teniendo razón en muchas cosas.
Esta vez TIENE que estar equivocado. Ni quiero ni sé cerrar las puertas.
Yo creo que esas puertas se crean, se mantienen y desaparecen sin que tú te enteres. A la que te percatas, está ahí y cuando quieres darte cuenta, ya no.
Es una mierda cuando te acuerdas pero, haz memoria, ¿De la vida de cuantas personas habrás desaparecido borrando la puerta sin darte cuenta? ¿Cuantas de esas personas te echarán de menos sin que tú lo sepas?
Pues eso, que siempre pasa, aunque no queramos.
Igual lo que deberíamos hacer es apuntarnos en la agenda las personas importantes y repasar la lista cada mes, para no perder a nadie.
A saber...
besos.
A veces son sólo aplazamientos, Bere.
No te quemes por ello.
yo también creo que DEBE estar equivocado ... pero por si las moscaas sabes lo que hago yo???
las dejo abiertas, no vaya a ser que les de por volver un poco tarde porque se han ido a comprar tabaco sin avisar ....
Nos acompañan un tramo, mientras tenemos algo que aprender de ellos. Luego, discretamente desaparecen (o nosotros desaparecemos de ellos).
Pero siempre los llevamos dentro, cuando realmente han sido importantes.
Es lo que hay. Duele y jode. Pero es así.
Otros, en cambio, quisieras sacártelos de encima y no hay manera... ja ja ja.
Pero hay otros más, importantísimos también, que nos siguen acompañando siempre, y aunque a veces no sean muy visibles, cuando nos hacen falta están ahí.
Esos son los que hay que cuidar y mimar más.
Un abrazo.
También a mí la primavera me ha puesto a recordar.
Pero aceptémoslo: el tiempo y la distancia diluyen, y tanto que diluyen, qué le vamos a hacer.
Ex Girasola
¿Tá bien la Dama Berenice?
Publicar un comentario