Hoy he estado en una iglesia. La puerta estaba abierta y yo, simplemente, me he dejado llevar. Allá al fondo dos sacerdotes preparaban la misa. La gente iba goteando y colocándose al tresbolillo. Me pregunto cómo puede oler a cera si ya no hay velas; a lo mejor lo que siempre he tomado por cera quemada es algo que flota en las iglesias. El eco en los techos altísimos, el crujir de la madera, ese susurro que parece recorrer las paredes. Me he sentido cómoda.
Han sido muchos años de adoctrinamiento, de ir a misa, de leer, de escuchar e incluso, al principio, de creer. He vuelto a oir las palabras que dan inicio al rito: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Y yo no me quería mover de allí. Si no hubiera sido por la peque, me habría quedado a escuchar los mantras repetitivos, el eco rebotando, los sonidos magnificados por el silencio cruel, la carta a los corintios de San Pablo. Hubiera repetido las palabras, hubiera hecho los signos. Me he sentido cómoda y a la vez he tenido una extraña sensación de vuelta a un sitio querido (?).
Han sido muchos años de adoctrinamiento. Me he acordado de un profesor que nos daba razones para la grandiosidad de las iglesias en el pasado. Una de ellas era crear un ambiente que envolviera al que entraba de modo que se creaban unas condiciones tan diferentes del exterior y tan efectistas, que conseguían aislar al individuo y hacerle sentir, a la vez, temeroso de dios, asombrado de su grandeza, insignificante ante su magnitud. ¿Habrá sido algo así? No lo sé. Pero me ha costado arrancar. La niña me esperaba en casa para bañarla y darle la papilla.
Y al pensar en ella me he despegado de la misa y he sonreído. Porque ella no va a ser adoctrinada. No va a sentirse culpable por inventos de los hombres, ni obligada a rendir cuentas según sus normas, no va a creer en que todo lo arregla un ser superior magnánimo pero implacable, va a ser dueña de su vida. Y, como mínimo, en ese aspecto, va a ser libre.
jueves, septiembre 20, 2007
Di que si, hay que ser consecuente con tus creencias y enseñarle el pensamiento critico desde pequeñas. La pequeña gremlin no está ni bautizada (mis padres aun sueltan espuma por la boca del disgusto)
El problema lo tendré cuando le toque hacer la primera comunión y vea que todos sus compañeros de clase tienen una fiesta en la que reciben un montón de regalos y ella no.
Estoy pensando en cambiarle la comunión por un viaje a eurodisney, pero no se si será peor el remedio que la enfermedad.
Yo de vez en cuando hago turismo por alguna iglesia. Son sitios muy chulos siempre y cuando no te los creas.
como objeto de turismo una iglesia siempre da colorido a un viaje, se debe visitar sp la catedral de las ciudades porque además si sabes donde están y te pierdes con un vistazo al cielo te orientas que te cagas. eso sí el problema viene cuando quieres ir a la estación de autobuses, te pierdes y terminas una y otra vez en la catedral, eso es como un mal sueño
Yo tengo ciertos problemillas gracias a esa gran secta que tiene edificios con olor a cera. Uno de ellos, son los insultos que me echa mi madre por el hecho de ser tía y querer ser libre. Sigh.
También yo he sido criado sin doctrinas ni ese tipo de ataduras, y mira que bien he salido :-P
Na, en serio, un diez para ti
"El eco en los techos altísimos, el crujir de la madera, ese susurro que parece recorrer las paredes ..." Te a quedado muy bien, es curioso ... me ha echo recordar a mis tiempos de estudiante ...
Un saludo,
Proshen.com
Siempre pensé que las Iglesias eran sitios en los que había que pedir perdón demasiadas veces a gente que no conocías de nada
BIen por tu hija
Se feliz
P.D: Me siguen encantando las Panteras Rosas que saben a naranja
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