Hay veces en las que no todo es mala leche y gente que camina con los cuernos por delante, como los toros saliendo del chiquero. Son las menos, pero las hay. Y se agradecen.
Ya he mencionado que todos los días entraba a un edificio donde 9 de cada 10 personas no me devolvían el saludo o me cerraban la puerta en las narices. Un día llegué a encararme con alguien, cosas de ir acumulando mala leche. Es como los que se suben al metro sin dejarte salir, agachando la cabeza y empujando, sin mirarte a los ojos. No te miran, no eres un ser humano, no mereces respeto. También les he soltado más de una vez un exabrupto. Es como llegar a la sala de espera del médico, dar los buenos días y que no te conteste más que alguna viejita despistada.
Pero quiero dedicarle esta mierda de post en esta mierda de blog a quienes hacen que me reconcilie con el mundo. Como la gente que iba a la clínica a la que he estado yendo algunos meses para hacer rehabilitación: es otro mundo. Todos te saludan al entrar, cuando llegan, al salir y cuando se van. El primer día creía que al atravesar la puerta había llegado a otra dimensión.
Quiero dedicarle esta mierda de post en esta mierda de blog a Mario y Carlos, que trabajan en el parking del edificio donde aparco a la moco cada día para poder ir a currar. Porque siempre que me ven bajan a sujetarme las dobles puertas para que pueda pasar con el carrito, porque me saludan con una sonrisa, porque me preguntan qué tal me va y me animan cuando es viernes. Y eso, cuando estás en una mierda de ciudad y escribes una mierda de post en una mierda de blog, cuenta más de lo que parece.
viernes, junio 29, 2007
Pues aprovecho mi mierda de comentario para darte una mierda de abrazo :P
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