lunes, julio 25, 2011

 

Frase manida donde las haya, pero aviso. Llegué al punto álgido, al clímax, a la cima de la montaña. Y ahora inicio bajada.

Lo noto.

En la presión del aire, más bien en la descompresión y descomprensión. En los nudos en el pecho y en las vallas que se me hace a veces un pequeño guisante del camino.

Uff.

No pierdo la esperanza de remontar y quedarme a una altura razonable.

Razonable. Subjetivo. El recorrido del péndulo. Razonable, qué difícil.

domingo, julio 17, 2011

 

Hemos llegado como 20 minutos antes “porsiaca”. Mi primer cine de verano. Gratuito, hasta completar aforo. A saber, que en este pueblo a lo Show de Truman lo mismo van cuatro gatos, pero “quién sabe”.

Noche perfecta. Sitios que no están mal. Ni frío ni calor. Minibere ha dormido siesta, es una peli que tiene ganas de ver desde hace mil y que quitaron del cine sin nos diese tiempo a verla entre unas cosas y otras. Mamá-McGuiver preparada con bolso: botella de agua, lata de Mahou, lata de Coca Cola Zero, gominolas, chocolatinas, uvas, toallitas desechables, kleenex y un señor de Cuenca que pasó un día por mi lado y que había metido en el bolso porque “quién sabe” (es mi lema).

Y entonces ha llegado ELLA.

Rango, se llamaba la película. No se me olvidará. Pero no porque me haya dejado huella, no, sino porque así se lo ha repetido unas (a ver, déjame contar… una… dos… tres…) QUINIENTAS CINCUENTA Y SIETE VECES a su amiga por teléfono justo antes de que empezara.

Una de las voces más enervantes que debe de haber en toda la comunidad de Madrid y me tiene que tocar al lado. Esa, la que habla al límite de su esfuerzo pero sin volumen efectivo, sólo irritante, y con el mismo mismísimo tono de mi “querida” presidenta la Aguirre (puah puah).

Que si niña quieres acquarius, que si niña te sientas conmigo que si… Ha empezado la peli y no ha tardado ni un minuto en comenzar a hablar uy esto no se oye bien uy niña tú lo escuchas uy OIGAN, QUE NO SE OYE. Me he vuelto a mirarla y le he soltado un “si no se calla, vaca imbécil, qué carajos se va a oír” ejem, esto… mentalmente. (Irascible e intolerante sí, cobardica cual gallina, también. Sasoiyo, como diría @Margarito).

Y luego la muy “asesinable”… ¿pues no se ha tirado toda la peli soltando GRITOS del tipo “TOMA YA!”, “AY QUÉ ASCO”, “AAAAY JAJAJA TOMAAAAA”? Una señora que supera los 40 si no más, una peli de niños… ¿pero cómo se puede ser tan molesta sin darse cuenta? La pantalla estaba un poco a mi izquierda, lo cual hacía que me girase en esa dirección. Al igual que doña Gritona. Resultado: cada chillido incrustado en mi lóbulo derecho con entrada directa desde el pabellón auditivo de la misma dirección. En resumen: que me gritaba a la oreja. ¿Por qué, Señor, a mí?

Y sobre todo, por qué por qué por qué con lo tiquismiquis que soy, siempre me toca gente así alrededor.

Seguiremos informado desde Villacaos y El Pueblo Perfecto. Por ahora, continuo feliz (y más desde que acabó a peli y el sucedáneo de la Espe se piró con su hija).

Buenas noches, noches.

lunes, julio 04, 2011

 

Y en esas dos palabras se encierra tanto que no sé por dónde empezar. Entre otras cosas, porque no es mi estado natural ni sé manejarlo. Pero que lo estoy disfrutando lo saben hasta las piedras.

Estoy arriba de la montaña rusa y me da miedo la caída. Pero no quiero pensarla ni que me pueda el miedo.

Tan bien me encuentro que el peligroso vértigo que me bloquea cuando cruzo puentes con el coche parece milagrosamente atenuado. El jevi apenas puede creerlo.

Pero disfruto y me bebo la vida a mordiscos. No hago nada especial, sólo respiro y paladeo. Y eso está bien.

Ya vendrá el invierno. No el bueno, ese que tanto me gusta, sino el negro. Soy la cigarra, canto. Y creo que eso debe ser así.

Porque cuando se está en este estado todo lo demás va rodado. Y lo que ayer eran piedras hoy apenas son el roce de unas matas en los tobillos. Que no hace que me pierda el paisaje, el río o el cielo.

Qué bien, qué bueno. Ojalá supiera cómo compartirlo. Abrir el tarro de la felicidad y darle a todos los que quiero.

En el fondo de la cabeza hay una vocecita que me avisa y recuerdo los “todo o nada” de R. y el balance de su puño cuando lo explica. Me da miedo, claro. Porque si esto es el todo, el nada va a ser una caída de infarto. Porque este entusiasmo me desborda hasta el punto de querer decirle al mundo cuánto aprecio a los que quiero, de comprar cosas que en realidad no necesito, de… ¿qué me está pasando?

Pero no quiero pensarlo. Soy la cigarra.

Y voy a cantar :-)

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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