miércoles, septiembre 08, 2010

 

Y ahí vine: en una versión con ruedas del famoso camarote.

En los primeros asientos, un señor de esos que creen que a los niños hay que hablarles muy alto para que le entiendan. Dos horas y pico de trayecto SIN PARAR. Mu jevi.

Delante de mí, un chico joven con pinta de “como me vaciles te arreo una hostia que vas a llegar a destino sin billete ni nada” que se queda frito con los cascos puestos… se le desenchufa la clavija y va amenizando durante 10 minutos a todo el personal con su CHUNDA CHUNDA CHUNDA CHUNDAAAAAAAAAAAAAAA a toda pastilla. Juro por esnupi que estuve un rato dándole meneos hasta que llegué a la conclusión de que debía de estar endrogao o algo, porque no había forma de despertarlo. (Y no, no lo estaba, sólo es que tenía el sueño pesado, MUY pesado).

Detrás de mí, un niño de unos 9 años TIQUI TIQUI TIQUI PIÑAUUUU PIÑAUUUU TIRURIRU TIRURIRU BRRRRRRRRR ÑIIIIIII PIII PIIII PIÑAAAAU jugando a algo en su nintendo no sé cuantitos.

Minibere con sus auriculares puestos viendo El Rey León: MAMÁAAAA QUIERO HACER PIIIIIIIIIIIIIIS (volumen como para que la oiga hasta el revisor que se quedó hace 300 km en la estación).

Teléfonos móviles sonando cada dos por tres.

Aquello parecía un recreativo, la plaza de un pueblo o el coño la Bernarda, no sé decidirme por un símil.

El día que RENFE patente asientos insonorizados, se forra. O eso, o que reparta tapones para los oídos y aspirinas.

Que digo yo ¿cuánto se tardará en burro de Madrid a Málaga? Por saberlo nomás.

3 comentarios:
Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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