sábado, junio 27, 2009

Se ha muerto un famoso, que dios nos pille confesaos.

Porque abras la revista que abras, pongas la cadena que pongas, sintonices la emisora que sea: el difunto. A todo color (en el caso de Farrah Fawcett y Vicente Ferrer, vale; en el de Miguelito, menos). Qué penica daba, qué bueno era, qué malo era, qué de cosas hizo en la vida, qué de pasta movió, qué bien cantaba/bailaba/actuaba/hablaba/setirabapedos/whatever.

En 1900 tal se comió una castaña pilonga… Así era de chico… Le gustaba criar ranas [insertar aquí imágenes de miles de ranas con brazalete negro en un anca + otra intentando hacer un corte de mangas (pobrecita, qué trabajo le cuesta) que siempre hay disidentes orgullosos de no compartir gustos con la plebe].

Blogs, twitter, facebook, comentarios, reseñas documentadas, reseñas sin tener ni pvta idea, por aprovechar el momento y dártelas de trascendente.

Ya van 3 de 3. Si se cumple el dicho, estaremos tranquilitos otra temporada.

miércoles, junio 24, 2009

Esta mañana me he armado de paciencia y he decidido que era hora de ponerme a esperar. Sin parar de moverme, por supuesto.

Y luego he vuelto y me he tomado otra pastillita de paciencia.

Y al rato he pensado que hey por qué no, y allá que han ido dos onzas y tres cuartos.

Disuelta en leche tampoco está mal mmm… hace grumitos.

Con el calor de esta tarde me he vuelto a duchar para sentirme a gusto. Pero dónde habré dejado la toalla… He tenido que secarme con un trozo grande de paciencia.

Me la he llevado de compras y le he regalado unas sandalias monísimas de la muerte. Total, que vaya cómoda ¿no?

Y un collar (de perlas).

Después me la he untado en una rebanada de pan.

Y así todo el día.

Me sale por las orejas, la respiro.

Ahora mismo se me ha dormido en la ceja izquierda (pica un poco, pero me da pena despertarla).

Y espero, espero. Sin parar de moverme, por supuesto.

M.

martes, junio 23, 2009

Quería decirle tantas cosas que, como siempre, no dije apenas nada de lo que realmente quería; pero lo que no imaginaba era que serían las últimas palabras.

Me ha podido la voz negra que llevo dentro. Esa que me dice que hablo demasiado y que por eso, nadie me va a querer nunca.

De pronto me encontré suelta de su mano y no supe cómo había sido. Me senté en el suelo.

Aquí sigo desde entonces.

lunes, junio 22, 2009

Hasta el día en que le plantan un modernísimo edificio ante la ventana del estudio, L. no sabe nada. Son veinte pisos que arrojan una sombra nueva a los muebles y revelan un rincón secreto con el cambio de luz. Bueno, no es que fuese secreto, es que no se veía ahí, en un lateral de escritorio, pegadito a la pared norte. No puede ser que haya aparecido de repente, se dice L. en su desconcierto

Pero lo peor es lo que allí hay. Pedacitos pequeños como de cristal, rojo oscuro, que con un latir suave y rítmico parecen querer dar saltitos de ballet. Qué monos.

L. se queda mirando y siente el dolor estriado en el pecho, un dolor nuevo y agudo recién descubierto, como los trozos olvidados.

L. los reconoce. Y se le viene a la boca el recuerdo de un crac-cris oído así como de lejos mientras trabajaba, leía o hablaba por teléfono. No le hizo caso, lo había borrado de su memoria.

Sin haber tenido consciencia del golpe antiguo, agarrándose el pecho en un intento ridículo por minimizar cuánto le duele, L. acaba de reencontrar unos añicos de su corazón mientras en su cabeza se mezclan ideas de analgésicos y pegamento, o tiritas o café; cómo no, un café lo arregla todo.

sábado, junio 20, 2009

Some people call it a one night stand
but we can call it Paradise

Y es que el Paraíso, así, con mayúsculas, te lo puedes encontrar a la vuelta de la esquina. Porque cualquier cosa que para otros quizás sea algo insignificante, para ti es una ola de endorfinas y caer en el pozo torbellino de la pérdida de noción de espacio y tiempo. Y la felicidad efímera pero casi insoportable de los bobos.

El primer roce. Los primeros besos.

El sol en la espalda helada por el agua mientras hago montañitas en la arena con una uña.

Un abrazo deseado.

Mi niña acurrucada contra mi pecho mientras nos mecemos al compás de una de Machín.

viernes, junio 19, 2009

Qué calorazo, madredediossss. Qué bochorno.

Iba yo con mis gafas de sol por la calle y mi sofocón cuando, de pronto, han empezado a caer goterones helados que hacían fsss sobre mi piel.

:-)

jueves, junio 18, 2009

Well, I take whatever I want,
And Baby, I want you.
You give me something I need,
Now tell me, I've got something for you.
Come on, come one, come on, and do it.
Come on, and do what you do.

Y esta es la canción que voy escuchando en el coche día sí y día también, cada mañana. Muestra de la chulería cock-rockera de la época (¿otro ejemplo? véase la letra de Charisma, de los Kiss).

I can't get enough of your l ove,
I can't get enough of your love,
I can't get enough of your love.


Well it's late and I want love,

[La pregunta: ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?]
Love that's gonna break me in two.
[bueno, a lo mejor porque entonces frases como esta sonarían tal que: echar un polvo que me parta en dos y claro, es que eso duele, cagon el que inventó el kamasutra.]
Don't hang me up in your doorway,
[madre mía, ni que fuese un chorizo o el jamón de los Morancos]
Don't hang me up like you do.
Come on, come on, come on and do it.
Come on, come on, do what you do.

[chica, acaba ya con el calentón de este hombre, que le va a dar algo. Que digo yo ¿qué hará esta mujer (o este hombre, que nunca se sabe) que es “eso que hace” y que debe de molar tanto? ¿Malabarismos con bolas chinas? ¿El 172? ¿Un gazpacho que quita el sentío? ¿Colchas de encaje de bolillos?]

Lo curioso es que voy alternando esta canción con otra de ZZ Top y con el I want to break free de los Queen. Y acabo de enterarme de que el cantante de Bad Company, Paul Rodgers, es el sustituto de Freddie Mercury en el grupo. Qué desactualizadastoi por dios.

Por cierto, que este fue el primer vídeo que vi en mi vida de Queen y, como es normal, aluciné pepinillos. Y no me canso de verlo, es absolutamente genial.

Nota de autoescarnio: durante muuuuucho tiempo no supe que la rubia mona con coletas era el batería. Lo juro por esnupi.

Nota de autoescarnio 2: cantar OOAWONTU BREIK FLIIII a toa voz con una afonía tremenda mientras se conduce con el aire acondicionado a toda caña no es que sea del todo recomendable para la garganta, tsk tsk tsk.

lunes, junio 15, 2009

Las dos y mil y mañana me levanto a las 6: la historia de mi vida.

Tantas cosas a las que darles vueltas en este insomnio.

Y si me voy al paro el próximo 1 de julio, qué haré. Y si no me voy: qué haré. Estoy tan cansada.

Curioso: son las 2:22. Y justo me estaba preguntando si acudir a una cita que tengo ese día (el 22).  Y si voy para nada qué haré; y si no voy y me falta, qué haré.

Que necesitamos un coche, pero es un gasto más, sobre todo en garaje me cagonmisombra y en mi barrio. Y si bla bla bla…

En resumen: marditó pahné, que por su curpita (y ahí lo dejamos porque no me he enamorao nunca de un gitano ni he perdido su querer).

De todo esto tiene la culpa la cafeína. Porque no es que no tenga sueño, no: es que me he metido en la cama para, a los 5 minutos, saltar de ella casi literalmente porque no me aguanto tumbada con las ideas zumbándome como un enjambre. Enjambre cuyo ruido ensordecedor haría levantarse a Napoleón (y volver a caerse a plomo del tremendo cabezazo contra la piedra del sepulcro, oigusté que estos pequeños detalles nadie los tiene en cuenta cuando hace estas hipérboles).

Están cayendo gotas gordas y heladas.

Las 2:33…

jueves, junio 11, 2009

Cada mañana voy a currar en coche hacia el sol naciente. Y no es que la empresa esté en Japón, es que me va dando el sol de cara parte del camino. No veo una mierda pero eso sí, por el retrovisor se divisa a los de atrás clarito clarito.

Es un pasatiempo estupendo en los semáforos y atascos.

La pareja que va cada uno a su bola, el que se saca mocos, la que va cantando con sentimiento, la de la sonrisa bobalicona, el de la mirada vacía. Mira, ese va triste, esa se va partiendo el pecho ella sola, ese tiene una cara de cabreo que asusta.

Y luego, los parecidos. Y es que no sé si porque se ven en pequeñito o porque el cerebro juega malas pasadas pero es un alucine. De pronto ves a alguien y ¡joder, es clavaíto a Gabilondo!

El susto mayor me lo llevé el día que vi a Franco al volante, que casi me trago al que me precedía.

Y me pongo a pensar, más bien, a recordar ese recurso tan y tan utilizado de los mundos paralelos, de realidades alternativas a través de espejos, cristales, puertas. Tan manido ya pero fascinante si se sabe usar bien.

Que digo yo… ¿Y si cuando la gente muere (o está durmiendo) en realidad va a tomar la N-I y conduce conduce conduce sin saber que no están vivos (o despiertos)? Tanto dios y tanta religión, y al final todos acabamos en el gran atasco, a circular para siempre. Chan chan chaaaan. Qué vida esta (o qué no vida). Tanta flor y tanto ataúd cuando lo útil sería un GPS pa llegar adonde sea coñoya.

Ese Franco con su cara de pollo y voz en falsete pensando: un buen par de añitos en la cárcel y palizas a gogó te metía yo por ese adelantamiento, rojo, más que rojo, so masón.

(Hay que ver lo mal que nos sienta a algunos madrugar ¿eh?)

martes, junio 09, 2009

Falta un cuarto de hora para irme y no tengo una mísera factura que echarme al SAP. Habrá que hacer el paripé.

Voy al baño...

Vuelvo del baño.

Al llegar a la puerta de la oficina, me doy cuenta de que me he dejado la tarjeta de acceso sobre el portarrollos.

Vuelvo al baño.

Vuelvo a la puerta, entro, voy a mi sitio.

Ottia, me han mandao un mail en blanco (¿quién es este tío?)... y qué grande se ve mi pantalla... y joder ¿¿alguien me la ha movido de sitio?? Ahora que caigo, los bordes de mi monitor no son negros...¿?

Levanto la vista y veo fotos de niños desconocidos...

JODER, QUE ME HE SENTAO EN OTRA MESA.

A veces me doy miedo, en serio.

 

P.D. así en chiquinino pa que no se vea mucho: es la segunda vez que me pasa.

viernes, junio 05, 2009

Ya no creo en dios (en ninguno, así, en minúsculas) ni tampoco en las personas. Pero, incongruente que soy, echo en falta un amigo. Incondicional, por supuesto. Y por eso me he buscado un sustituto, un profesional en el arte de escuchar y hacer como que le interesa. Un amigo alquilado.

Con un mínimo esfuerzo consciente, ahogo toda idea contractual y aprovecho lo que tengo. Pero sé que no es real. Para empezar, no hay retroalimentación y nuestras conversaciones acaban siendo un monólogo con acotaciones. Tsk. Otro punto negativo es la constante obligación de mantener la implicación emocional a raya, claro.

Por contra, tiene la ventaja de que no hay que alimentar la amistad más que con dinero, con el ahorro consiguiente de tiempo y esfuerzo que supone por mi parte.

Ayer, paseando por el centro, vi una tienda de otros artículos que bien podría adquirir. A saber: el muñeco que da abrazos con sentimiento (no esos falsos que te da la gente porque sí), la caracola que te susurra al oído que “todo irá bien”, la pareja que siempre tiene la palabra perfecta y la madre que te mima sin chantajes.

Un chollo.

Voy a asomarme a mi cuenta bancaria online y a ver hasta dónde me llega para no ser feliz.

miércoles, junio 03, 2009

K. mira la puerta y de pronto siente que no será capaz de abrirla porque al otro lado.

La oye latir y respirar bajito. Cric cric sss.

Porque al otro lado hay una luz cálida y le llorarán los ojos.

K. mira la puerta y sus promesas de paraísos redondos. Decide que la tensión del placer contenido es demasiado.

Porque al otro lado.

O quizás no haya nada más que vacío. Y eso sería aún peor.

Por eso K. apoya la frente en su superficie porosa primero y, luego, la mejilla; cierra los ojos, la roza con los labios, se despega de ella con un dolor casi físico, y se marcha.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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