miércoles, marzo 11, 2009

Mañana tengo que volver.

Y no me apetece ni pizca.

Con la estupidez propia de esconder la cabeza como los avestruces (gesto que, por cierto, no es verdad que hagan ante el peligro ni nada parecido) retraso la hora de irme a dormir tanto como puedo. Porque si me duermo, mañana será otro día. Y será el día en que tenga que volver a recoger un par de cosas.

Y me he ido bien y me he despedido. Pero no quiero ir a donde ya no pertenezco, ni ver mi sitio ocupado, ni que me miren casi como si no estuviera, porque ayer mismo me fui. No quiero oír batallitas ni cosas que ya no me afectan, y sentirme perdida y saber que no tiene que ver conmigo, que ya no.

Mierda.

2 comentarios:
  • 11/3/09 03:37, Anónimo dijo...

    Y qué decir más que ánimo... que detrás de un día desagradable de volver donde ya no te sientes en tu sitio vendrá otro día ligeramente desagradable porque vas adonde aún no te sientes en tu sitio.

    Bs

  • 11/3/09 10:37, Anónimo dijo...

    ¿No puedes mandar a nadie y ahorrarte el mal trago?

    Puta crisis.

    Un besote.

Pss pss sgueme
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