viernes, febrero 06, 2009

El sitio es pequeño y algo opresivo. La silla tiene un artículo determinado porque no podía ser otra: todo el mundo la conoce. La pobre ha llegado a ser vulgar, aunque no tiene la culpa.
Hay una ventana pequeña, dos. Hay cuatro paredes pequeñas. Hay un señor que me saluda con una familiaridad que me choca.

Lección 1
Está demasiado cerca, me revuelvo, incómoda.
Y hay un poco de agua en un rincón. Un pequeño charco, no, un escape. Una inundación que sube en silencio cabalgando sobre una voz demasiado fina, demasiado joven.

Lección 2
Hasta que como sin querer hay un océano lleno de ondas doradas. Hay olas negras que se distinguen en el grado y brillo. Hay una pausa en el tiempo. Un salto. Una escalera de caracol. Una noche terciopelo azabache y caliente. Una tormenta suave, unas hojas secretas.

Fin de la clase
Y emerjo en el metro, como un pez desbocado, a otra noche distinta donde hace frío y el aire atraviesa a las personas.

Lo aprehendido
La fuerza de las mareas, la inmensidad del mar. El miedo de ser chiquitita y que me devore su boca negra.
La tormenta de mi sangre encerrada y sin ojos. El miedo de que la presión de la sal la haga salir a borbotones para descubrir, tal como temía, que es negra como la boca del mar.

2 comentarios:
Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

Marcas de ganaderos
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