miércoles, mayo 28, 2008

No llevo ni dos semanas en el departamento cuando echan al primero. Ala, ahí es nada. Le han dicho que su perfil no encaja (oh, qué originales), él piensa que es porque ha estado de baja intermitentemente, yo estoy convencida de que es porque su verdadero nombre (cambiado al nacer) debe de ser Bocachancla.

Y es que a las empresas/jefes les gusta la gente que no hace ruido o, al menos, que no es conflictiva. Y este hace honor a su verdadero nombre como para que se lo borden en todas las camisas en Times New Roman 72: discute y discute y discute lo discutido (angelico), que eso es o no malo, pero cuando el que te está cortando el paso es tu jefe y ves que su vena del cuello más que vena parece un canelón o incluso canalón, CÁLLATE, bonito. Pues no, él erre que erre.

Pa acabarlo de arreglar, manda un mail a todos los compañeros poniendo a parir al jefe porque no le renuevan el contrato. Pero alma de cántaro ¿tú sabes la de vueltas que da la vida? ¿tú sabes en el entorno laboral lo que algo así por escrito te puede perjudicar? Yo le digo: Bocachancla, corazón, piensa las cosas antes de hacerlas. Pero no, yo soy así, me dice. Que, claro, es lo cómodo para no tener que usar la neurona, para ser un bocachancla y un descarado.

Va contando a voz en cuello que él pasa de todo, que es buena gente, que como él me está enseñando nadie lo hará, que no necesita el dinero para quedarse. Yo no sé. Me da miedo reconocerme en él y me reconozco, sólo que a mí los años me han calzado prudencia a base de hostias. Claro que yo jamás he llegado a ser ni la mitad de bocachancla, pero eso no quita que sienta cierta empatía. Y es que yo empatizo hasta con una zapatilla de cuadros, oiga, es una virtud y un defecto igualmente grandes, buenos y dañinos.

Porque lo malo no es lo que sea o no sea, es que el pobre dice lo que muchos piensan, pero decirlo es tabú. Y así funcionan las cosas. Le gusten o no. Las palabras diplomacia, mano izquierda o prudencia no forman parte de su diccionario. Y así le va, claro.

Voy a echarle de menos, sigh. Quién va a recibirme de vuelta del servicio soltando a pleno pulmón: BEREEEE YA TE VALE ESCAQUEÁNDOTE, QUE IBAS AL BAÑO Y HAS TARDAO UN CUARTO DE HORA (llevaba 3 días en la empresa).

Tsk, una pena, con la de juego que iba a dar.

1 comentario:
  • 29/5/08 19:40, jodie398 dijo...

    Pero cuantos años tiene la criaturita? que bocas madre mia y no te creas juego no dan para nada,
    con el tiempo te ponen de los nervios.

Pss pss sgueme
Bereni-C reloaded

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